Alec.
Después de un trabajo duro, todos estaban en la casa tomando algo, y aunque le había costado convencer a sus hermanos de entrar a su vieja casa, donde compartían de niños, ellos aceptaron entrar a quejas, compartiendo una mesa con todos, algo que al ojiazul le hizo alegrarse más de lo que estaba, al parecer el sol estaba volviendo a salir para su vida y aunque no lo dijera parecía volver a renacer, dejar aquella niñez traumática como un recuerdo uniéndose en su inconsciente. Podía ver a Magnus sentado frente a él, riendo juntos a los demás y pensó en lo bien que se sentía cuando había recibido aquel comentario positivo de su trabajo, no podía creer que sus ánimos subieran por lo que él hacía o decía, era como volver a vivir la niñez junto a él, cuando le quería y nadie le llenaba la cabeza que él era quien había acabado con su vida.
—Alexander...
Reaccionó viendo como Magnus le miraba susurrándole su nombre, comenzó a avergonzarse internamente por ser atrapado mirándole, miró hacia todos lados para ver si alguien le estaba mirando por lo sucedido, pero al ver que no era así, ya que los niños estaban conversado en la otra esquina y Isabelle estaba tratando de explicarle a Clarissa el trabajo de su hermano teniendo la atención de los demás, volvió la mirada al moreno.
— ¿Si?— susurró.
— ¿Tengo algo en la cara?— preguntó confundido.
Negó con la cabeza riéndose.
— ¿Entonces por qué me miras tanto?— añadió— o debes estar pensando en algo.
—Sí, estaba pensando, lo lamento si te incomode.
El chico asintió sonriendo volviendo la atención al grupo mientras que el sacó el celular para pararse y hacer una llamada, cuando había ido a pedirles reiteradas veces el perdón de Raphael por lo sucedido, pudo conseguir el número del chico por unas de las trabajadoras, había sido un poco acosador en buscar en cada unos de su personal aquello, pero sabía que lo necesitaría, además podía saber aún que Raphael Santiago cómo su pareja y los cercanos no le habían perdonado, pero como habían hecho sus hermanos, no resistiría tener una conversación para la ayuda de la arreglo de la casa del moreno. Pidió disculpa y caminó hasta la cocina marcando el celular sintiendo como era respondido al instante.
— ¿Hola?
—Raphael soy Alexander Lightwood ¿Tienes un momento para hablar?— preguntó algo nervioso.
Sintió un chasquido del otro lado de la línea.
—No porque hayamos hablado y quedará todo bien, puedes venir hablarme a estas horas— dijo molesto.
—Es sobre la vieja casa de Magnus.
Se escuchó un silencio.
—Dime.
—Estoy arreglando la vieja casa de Magnus Bane, y quería preguntarte si eres capaz de aportar algo para la ayuda, por lo menos para reforzar de que la casa no se derrumbe si la volvemos a reconstruir— añadió el ojiazul esperanzado.
—Está bien, mañana pasaré por allá— respondió Raphael— no puedo creer hasta qué punto has llegado para probar tu verdad Alexander.
La llamada se cortó de inmediato por la parte de él y él ojiazul se dedicó a guardar el celular en su bolsillo sintiendo como las palabras de su madre resonaban en su cabeza, una vez más.
<<Tú hijo mío, nunca te rebajaras al nivel de nadie, tu marcarás los errores, los pecados de los demás, porque el señor te ha sacado de ese camino descarrilado en la cual estabas, y te dio ese don que no debes desaprovechar. >>
— ¡Papá Alec!
Dejó que una vez más las palabras se fueran con el viento y vio como Rafael venía arrastrando a Sam hasta donde estaba, podía ver cómo su sobrino aún se ponía tenso en su presencia, se agachó para estar a la estatura de ellos.
— ¿Si? ¿Qué sucede pequeño?
— ¿Puedo comunicarme con mi novio? Es para que Sam lo conozca ¡Por favor!
Aún el niño mantenía aun contacto por videos llamadas con aquel muchacho y no se lo negaría, ya que cuando le había conocido su "novio" había venido incluido con él, pero podía ver a Rafael sucio por el trabajo anterior y prefería que se diera un baño antes de la llamada.
—Pero mira cómo estás, deberías darte un baño.
— ¡Papá!— se quejó— pero si a mi novio no le importa verme así, además si me baño Sam se irá.
—Está bien, vayan— dijo resignado— Sam ¿Puedo hablar contigo?
Vio como Rafael se retiraba como si supiera de que se trabaja, viendo como el otro niño volvía hacia donde estaba el mirando hacia el suelo quedándose a unos pasos.
— ¿Puedes mirarme? Por favor.
El niño era una fotografía de Jace. Vio como el niño le miraba con lágrimas retenidas en sus ojos.
—Sé que me temes y me odias por todo lo que he hecho, y lo lamento, sé que no me entenderás ni mis acciones anteriores y que no crees que estoy haciendo esto por mí bien mental, pero quiero ganar tu corazón una vez más ¿Qué puedo hacer para lograrlo?— preguntó— quiero que me quieras como lo haces con Magnus, sé que nunca será así, pero quiero un poco de tu amor.
El niño le miró a los ojos, y después de un momento le sonrió, pero no era una de esas falsas si no verdadera.
—Tus acciones irán mostrándome si vale la pena quererte tío Alexander— dijo el niño— aún no olvidó lo que pasó en aquella heladería ¿Y si nunca se hubiese creado aquel antídoto? Hubiese muerto, todo porque quisiste matar a tío Magnus.
Vio como el niño se iba hacia donde Rafael había desapareció mientras él se quedó ahí, nadie sería de confiar en él otra vez por todo lo que había pasado la última vez. Vio como Isabelle entraba al lugar con platos entres sus manos, sonrió cuando le vio, pero no era una sonrisa de esas de cariño si no de las cuales eran falsas.
—No sabía que estabas aquí.
Alec tratando de que lo que fuera a decir su hermana no le lastimara trató de sonreír.
—Sí, estaba por pedir postre.
—Genial, aunque deberías apurarte, está corriendo un buen chisme en la mesa.
— ¿Cuál?— preguntó curioso.
Sabiendo que estaba cayendo en las garras de su hermana.
—El doctor Sam, invito a cenar a Magnus ¡Se formará una pareja muy hermosa!
Algo que le cayó como un balde de agua fría por el cuerpo del ojiazul, pero tratando de hacer como si no pasará nada sonrió forzosamente.
—Eso no es un chisme, se venía venir, felicidades— dijo.
Para salir hacia el patio apretando los dientes y sus puños, estaba molesto, aunque no sabía porque era la razón, pero lo estaba y necesitaba calmarse o haría algo estúpido.
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Primer Amor. •Malec•
Fanfic||Malec|| Un enamoramiento en la niñez es algo que suele recordarse por años, un amor inocente y aventurero. Pero no para estos dos niños que tuvieron que enfrentar graves situaciones antes de reencontrarse otra vez a su mayoría de edad. Hay un pro...