Save Me » Yoonmin

11. Namjoon.

Mi cabeza dolía. Mi cabeza estaba matándome. Los recuerdos de aquella noche se acercaban a mí, sin dejarme respirar.

Como tomé una cuchilla en nuestra habitación destrozada. Destrozada por mí. Y como la trate de pasar por mi brazo, pero no pude. No pude. Aquello era algo que no iba a poder. Luego recordé que esa cuchilla era de Jimin. Jimin sí lo había hecho, sin decir nada, él lo hizo y se tragó el dolor. Recuerdo que dejé la cuchilla en una de las mesitas de luz, abrí el cajón y saque los polvos blancos. Me senté en la cama, aquella cama que tantas veces habíamos dormido él y yo, aún sintiendo su figura en esa maldita cama, y simplemente... empecé a esnifarlo. Cuando supe que tenía que haberme detenido, no lo hice. Seguí haciéndolo hasta que sentía que poco a poco el aire se me iba. Pero no me detenía. No quería detenerme. No podía detenerme.

Y todo quedó oscuro.

Me sorprende el hecho de seguir vivo. ¿Quién me habrá encontrado? ¿Por qué tuvieron que encontrarme?

Me moví un poco pero las agujas de mis brazos hicieron presión haciendo que me doliera. Hice una mueca y miré mi mano izquierda. Pero... ahí había algo raro. Yo me acuerdo haberme puesto el anillo que le había dado a Seokjin. No estaba. ¡No estaba!

Me moví rápidamente haciendo que las agujas del brazo derecho tirarán de sí y se desconectaran. Grité. Mi grito salió más desgarrador de lo que esperaba.

No pude haber perdido su anillo. Él iba a volver por el. Él... ¡no lo puedo perder! ¡Si no lo tengo él no regresará! ¡Él no se casará conmigo! ¡Él...!

—¡Quédense afuera!—escuché una voz. Era un chico con una bata blanca—. Le está dando un ataque.

Vi que agarró una aguja para inyectarme algo por más que me negaba a que lo haga. ¡No, no, no! ¡Debo encontrar el anillo de Seokjin...!

Pero todo se estaba haciendo lejano y solo pude ver a una figura con una camiseta negra, ojos rasgados de color marrones claros, pelo castaño y alto, súper alto.

Seokjin.

Lo vi una vez más antes de enterrarme en la oscuridad.