Cinismo

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¿Qué se hizo el supuesto discurso que le daría a Enjolras nada más le viera? Pareció desaparecer al tenerle cerca, pero se esperó por horas, todas las que aguantó sobrio, en que se dejó deslumbrar por el magnetismo mismo que tenía su causa de insomnio, pero su venenosa elocuencia salió a relucir estando ya tan ebrio como para que Enjolras se negara a sostenerle la conversación en un punto de la discusión

Muy bien dice el dicho, que el pez muere por la boca. Grantaire era un gran pez, uno que pese a verse deslumbrado ante Enjolras, con el corazón desbocado, el estómago contraído y las manos frías sintiendo que en cualquier momento se quedaría ciego por estarle viendo, al momento en que el alcohol tomó la palabra, su cinismo salió a flote sin poderlo controlar siquiera. Lo que haya podido agradarle al líder en su momento de sobriedad, se desvaneció a los pocos minutos de empezar su discurso

-¿Qué sentido tiene que te explique? ¿Por qué tendría que importarte? No bebo, no tiene explicación, solo, no lo hago y ya, no me ves preguntarte porque parecieras desesperado por dejar a la facultad sin alcohol- pidió Enjolras agotandose la poca paciencia que tenía la tercera vez que Grantaire insistió en saber porque si mucho había tomado dos cervezas

-Que pedante tiene que ser vivir contigo- enjuició golpeando la mesa recalcando su punto- si se nota que eres el alma de la fiesta- burló riendo cortamente- no bebes, no fumas, mientras puedas evitarlo no bailas, ¿tan siquiera follas?- enlistó notando que Combeferre retuvo a Enjolras evitándole hacer una locura- no, no, no te metas, déjale responder... ¿aparte de estudiar haces algo más? Sí, espera... ya me acordé- juró con burla apoyándose en la mesa, inclinando el cuerpo hacia adelante viéndole- jugar a salvar el planeta... habiendo modos más rápidos de morir- lamentó con pesar ensanchando la sonrisa al notar el impacto de los demás y  la molestia de su líder que aún se forzaba por ignorarle- pero si quieres una muerte lenta, te recomiendo el alcohol, ahorra problemas- aseguró y eso fue el desemboque de esa riña

Una que terminó con Grantaire riendo sin estar seguro que le divertía tanto, tal vez era oír que sin importar lo borracho que estuviera el pintor, cuando involucró su causa como tiempo perdido, Enjolras todo se lo refutaba pese a las insistencias de sus amigos que le ignorara, que solo eran desvarios de ebrio o tal vez era ver la furia que se notaba en el rubio ante cada cosa dicha por Grantaire o lo tentado que estaba el pintor al ver sus labios moverse. Como fuera, algo le resultaba verdaderamente cómico de ese encuentro

-Suicida- enjuició finalmente restándole importancia a la explicación de Enjolras logrando silenciarle unos segundos en que alzó las cejas ante tal acusación, algo le contradijo, pero Grantaire no lo oyó- di lo que quieras, tú y todos ellos es lo que son, el motivo es lo de menos- declaró tomando su trago y sujetándole del mentón apretó sus mejillas para que dejara de hablar- que desperdicio de vidas- decidió antes de soltarle e irse a la mesa con Joly y Bousset seguido de Bahorel. Sí, estaba huyendo, porque borracho y todo, alcanzó a temer cuando el disgusto de Enjolras se transformó en furia cuando le tomó del rostro- y ahí va, su ángel vengador- resumió a los de la otra mesa cuando Enjolras abandonó la facultad para no ir tras él y posiblemente matarle- cuando regreses, trae el apocalipsis, a ver si me muero- le dejó dicho gritando a todo pulmón antes de soltar a reír ante el ademán que le dedicó- parecía más agradable el día que le ayude a escapar- juró volviendo a beber divertido, antes de alzar su cerveza- ¡POR LOS ANGELES!- brindó y negó- no, por Apolo- corrigió bebiendo acompañado de los otros que lo secundaron sin saber a qué se refería, pero era una excusa para beber

¿Tenía que ir? No, para nada, pero al tercer intento de huirle a Bahorel, Grantaire logró salir de la facultad para rondar el campus en busca de su ángel vengador o dios justiciero... ¿Por qué lo buscaba? No lo sabía, recordaba que había algo más que quería decirle, ni siquiera lo recordaba, pero no se iba a ir sin decírselo... era algo sobre Jehan. Se forzó por recordar siguiendo varias de las voces que oía fuera de la facultad antes de distinguir entre tragos la de Courfeyrac, pese a no entender una palabra de lo dicho.

Rebelde InvoluntarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora