En Deuda

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Se juró por días que no iba a volver, ni a las reuniones, ni en general a nada que tuviera que ver con ese grupo, no lo cumplió, a su piso terminó llegando Jehan y preocupado terminó regañándolo, tenía que haber aceptado el favor, el pintor se negó, el poeta lo acusó de terco, el pelinegro le dio la razón con dignidad y tampoco aceptó el dinero que no estaba pidiendo y el castaño intentó darle

Ya molesto, el poeta terminó dejando el piso para volver días después a extenderle una tarta de durazno como reconciliación y le dejó pasar, no podía enojarse con él, Jehan era demasiado puro para el mundo y por eso mismo es que no entendía porque estaba con ellos, así que Grantaire intentó hacerle entrar en razón y decirle que eran ociosos peligrosos de oír, pero el poeta zanjó el tema volviendo a verle en silencio y metiéndole un pedazo de tarta a la boca

-Solo quiso ayudarte- abogó Jehan por Enjolras y Grantaire exhaló

-No tiene por qué, ni siquiera somos cercanos- renegó reclinándose en su puesto- ¿Qué le importa?

-Se trata de ti y tu bienestar- explicó viéndole- creo que le preocupas, a todos de hecho- añadió

-Solo debo hablar con Minette y... ¿has visto a Eponine? Es quien los pone en contacto conmigo- recordó recién y Jehan negó- claro, todo está bajo control, no es la primera vez que pasa, solo exageran- altercó y le removió el cabello ante la seriedad inminente de Jehan- voy a estar bien

-¿Y por qué no has regresado a las reuniones?- atacó de nuevo inconforme con esa respuesta

-¿Acaso te envió? Dile que no pienso volver, allá ustedes y sus demencias, una en la que no deberías estar por cierto- insistió en su tema molesto de sentirle enviado- esto es bajo, utilizarte así y qué tú aceptes su juego- renegó volviendo a beber- ¿Qué? ¿Qué les dijo? ¿Qué tan grave es mi crimen?

-Qué estabas endeudado con personas peligrosas y poco más que eso, tengo mente propia, ¿recuerdas?- reprochó ofendido- No estoy aquí porque me enviara, no soy un niño, vine aquí porque estoy preocupado por ti, no soy su marioneta- renegó levantándose para irse- haz lo que quieras Grantaire, pero ten la gentileza de tener cuidado, si no es por ti, entonces hazlo por quienes nos preocupamos por ti- insistió girando a darle la cara pese a dejarse retener cuando Grantaire se levantó a abrazarle- eres un imbécil- juró correspondiendo el abrazo enredando sus dedos en los rizos del pintor- y te pones en peligro así como si nada, sin siquiera decirnos que lo haces desde hace tiempo- echó en cara la ofensa de haberse callado

-No lo vi necesario- confesó calmándole- estoy bien, siempre estoy bien- prometió y calló cuando Jehan le rozó la marca del pómulo- excepto por eso- forzó la sonrisa y maldijo cuando Jehan oprimió el puño en su costado- y por eso- susurró faltándole el aire

-¿Por qué te cuesta tanto aceptar su ayuda?- lamentó apartándose- Solo... solo acéptala, no es que te lo esté regalando, solo tendrías una deuda con un deudor que no te mate por mora- insistió

-No estoy pidiendo su ayuda, de hecho, de no ser por culpa de ese día, ni siquiera lo sabría- insistió apartándole- he solucionado mis propios problemas

-Son casi 800 euros, Grantaire y ya te los están cobrando, ¿acaso crees que te dejarán pagar una parte?, quieren el dinero completo, a ver, ¿de dónde los vas a sacar?- regañó logrando callarle

-Si la acepto, que no se le ocurra que sea regalada- juró y Jehan sonrió alegre, el pintor le puso la mano en la cara- eres un extorsionador de peligro- regañó negándose a verle o lo convencería que era lo correcto

-Lo sé, no eres capaz de decirme que no- burló con las manos en la espalda

-Eso es lo más peligroso, que lo sabes- defendió volviendo al sofá y su cerveza- ahora, solo tengo que lograr que no haya querido cambiar de opinión, porque si es así, me niego a rogar- juró y Jehan le sonrió seguro que eso no pasaría

Rebelde InvoluntarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora