Ritmo de Vida

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El lunes siguiente a las 5:30 de la tarde, Grantaire llegó al Musain y al otro extremo, Joly y Bousset alzaron la mano para saludar. Les sonrió y fue con ellos para apoyar la frente en la mesa volviendo a verles a los pocos segundos; preocupados seguían con la vista fija en él, intentó hablar y solo suspiró volvió a bajar la cabeza. Qué iluso se sentía el pintor cuando la semana culminó

-¿Día difícil?- dudó Bousset y Grantaire negó- ¿semana?- titubeó y a eso sí le afirmó- bueno, al menos ya comienza otra- animó

-Y será igual que la anterior- juró el pintor sin alzar la vista- me va a dar gastritis y me voy a morir de eso en un tiempo y la culpa la va a tener esa maldita agenda- juró casi neurótico señalando la nada cómo si ahí estuviera el objeto antes de removerse el cabello y erguirse dándoles la cara- Yo creí que lo más difícil ya había pasado y que ahora, tendría que estar insoportable para los demás por tener que aguantarme perdido en mi propio mundo y ¡me han timado!- renegó irguiéndose de nuevo quitándole la cerveza a Joly necesitado de un trago- ¿Quiere saber lo peor? Mi enemigo es una agenda y estoy perdiendo- burló negando incrédulo, los otros dos intercalaron mirada confundidos

-¿Cómo una agenda?- tuvo que verificar Joly al ver que Grantaire se perdió en sus pensamientos

-Eso, tal como me oyes- confirmó el desaliñado artista, bebió y ya más calmado se codeó en la mesa- intentar verme con Enjolras es imposible, nunca tiene tiempo, 20 de 24 horas del día está ocupado y las otras 4 duerme- exageró volviendo a beber- ¿Cómo va a funcionar cualquier tipo de relación así?- lamentó- ¿cómo hago que saque algo de tiempo o pueda cancelar? ¡No puede ser que todo sea tan crucial! Tiene que haber algo a lo que pueda faltar- renegó y justo en ese momento su móvil vibró

Lo sacó, leyó, se petrificó, volvió a verlos, releyó incrédulo de lo que decía y alcanzó a esbozar una sonrisa antes de terminarse la cerveza de Joly con un solo impulso, se levantó y se fue dejándoles aún más confusos. Grantaire subió a su moto y solo pensaba que tal vez, solo tal vez, Jehan tenía razón y todo solo era cuestión de hablarlo

¿Quién lo diría? Hablar podía servir de algo, aunque siendo justo no hablaron, más bien lo riñeron, pero ¡eh la riña de la madrugada había valido la pena! Se juró sin poder evitar sonreír y emprender camino rumbo al campus. Quién sabe, tal vez la semana si mejoraría como dijo Bousset, pero hasta no ver, no creer, se obligó a espabilar de tan repentina suerte y optimismo, tenía que contenerse, pies en la tierra y esperar sin precipitaciones, se recordó deteniéndose frente a la Sorbona para decirle que ya estaba fuera

-¿A dónde?- fue su saludo al verlo salir

-Qué puntual- notó el rubio aliviado cómo para sonreírle recibiendo el casco- a Ternes- le pidió subiendo- voy tarde Grantaire, el seminario tardó más de lo pensado- le advirtió al no verle arrancar

-¿Y de ahí?- insistió emprendiendo camino buscando en su mente la ruta más rápida

-¿De ahí?- dudó seguro de no tener más pendientes, no afuera al menos- A casa a terminar un ensayo para el debate de oratoria y hacer un artículo de economía- reconoció y el bufido del otro fue toda la respuesta- no necesitas esperarme, puedes solo llevarme- le propuso, Grantaire solo le miró por el espejo

-¿Qué harás mañana?- se forzó por no indignarse, logró captar su atención- Mi facultad ofrece un PinturaFest en la plaza del sol, será todo el día, podríamos ir- propuso en el semáforo girando a verle

-Mañana no puedo, día ocupado- reconoció tras un siseo que casi sonó doloroso

-Qué novedad- renegó sonándole eso parecido a la charla de anoche- ¿seguro que no me estás evitando?- echó en cara

Rebelde InvoluntarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora