Demanda de Palabras

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Aun no se ha ido, pero creo q madame no sale más, a lo mucho volverá ya para despedirse porque mucho fue lo q le saque a Enjolras en este cap y ahora me odia por eso, así q seguiré intentando conseguir información de utilidad... porq ella ya cooperó con su parte
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Desde la mesa del café, la mujer castaña, de bléiser crema y lentes de media luna, los miraba por los ventanales, hasta que entraron. Los vio y dio un pequeño sorbo de café, afirmando cuando notó que llegaban ante ella, de la mano, pero todo lo que pudo sentir ante esa imagen se ocultó tras una calma exorbitante, en la que solo alzó la vista cuando los tuvo ante ella y sonrió subiendo solo la comisura de los labios y que gesto tan conocido fue ese para el pintor

-Llegas tarde- aclaró madame a Enjolras- ¿tú eres Nicholas?- dudó y como pudo el pintor atinó a afirmar- Delphina- presentó extendiendo la mano

-Madame- musitó el pintor en un hilo de voz y se apresuró a tomar asiento cuando ella se los indicó, pero antes que Enjolras lo imitara, ella le dejó la mano en el pecho

-Antes que te sientes, haz el favor de traerme unos ponquecitos de esos que tienen en la barra, los de frutas, nada de glaseado- encomendó con esa sonrisa tan igual a las suyas, que Enjolras no le correspondió, pero que cuando sonreía, era la misma, comparó Grantaire- de paso, haz tu pedido, para que no vayas solo por el ponqué- encargó despachándolo de ahí, pese a que seguía frente a ella

-Hay meseras que pueden hacer eso, Delphina- le aclaró Enjolras y al no verla cambiar de opinión, fue al sitio refunfuñando sin terminar ninguna de las frases

Llegó a la otra punta del café, jurándose no perdonarla si lo hacía huir, como para llegar a la barra, con la vista fija en ellos, mientras hacía la fila que hacían los clientes que iban a pedir para llevar y desde allá pudo apiadarse de Grantaire que volvió la atención a ella cuando le habló

-He escuchado de ti- reconoció Madame- ¿Así que artes?- dudó y tras forzar una sonrisa y rascarse el mentón Grantaire le afirmó y luego negó- No pareces muy seguro, ¿sí o no?

-Diseño- aclaró y la mirada consternada lo extrañó, pero se sobresaltó cuando ella le puso la mano sobre la suya

-¿Pero cómo? ¿Qué haces en diseño con el talento que dicen que tienes?- lamentó y Grantaire solo pudo sonreír consciente de eso, pero de arte no se vivía, no personas como él- considera la opción de no renunciar al arte- aconsejó y exhaló dando un sorbo a su café con una sonrisa repentina y melancólica- Madame habría estado encantada contigo, imagina, un artista en la familia- comentó para sorpresa de Grantaire- y ella que amaba el arte en todas sus expresiones- prometió e intrigado con ese tema si captó su atención

-¿Lo hacía?- dudó temiendo sacarla de sus recuerdos

-¿No te lo ha dicho?- comentó y negó, ella suspiró

-No habla mucho de ella, o de ellos- aclaró como el pasado en Toulouse se quedaba allá

-Siempre ha sido así, pero sí, imagina la casa desfilando maestros de cuanto arte existe, mientras ella esperaba que alguna cautivara a Alexandre y él solo aprendió a deshacerse de ellos y para enmendar su falta, no le habrá atraído el arte, pero sí el artista- divagó y Grantaire se limitó a sonreírle todavía incómodo, pero un poco menos, para alivio de Enjolras que exhaló al verlo sonreír y pudo concentrarse en la fila, como para no ver cuando madame se apoyó en la mano del pintor- ¿entiendes bien en lo que te involucras?- dudó y el escalofrío no ser suficiente subió por la columna del pintor- ¿Eres consciente de lo que estás haciendo?- insistió para sobresalto del pintor

-Le juro Madame que es muy enserio lo nuestro, para mí lo es- defendió apartando la mano y empuñando, ella sonrió callando cuanto estaba listo a afrontar las murallas que le alzaran

Rebelde InvoluntarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora