Conocerse

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-¿Qué sabes tú de mí?- retó Grantaire golpeando la mesa en la siguiente reunión crucial- ¿Quién te crees tú para poder juzgarme o tildarme de inútil?- insistió cuando captó la atención de todos- no, no me calles- riñó a Joly cuando le puso la mano en el hombro- ¿Crees saberlo todo de mí como para asegurar cualquier cosa?- replicó a Enjolras que bramó al oírlo y volvió la vista al grupo

-Sé que llegaste borracho, como a casi todas las reuniones y que en ese estado de ebriedad no me sirves para lo que haremos hoy, por eso te envío a casa, tampoco sé porque insistes en venir si te niegas a servir, pero no me interesan los motivos que te lleven a beber, me basta con saber que lo haces y por llegar a seguir haciéndolo, no puedo confiarte nada, ni siquiera hacer vigilancia porque podrías quedarte dormido- replicó desde su sitio y en su sitio el pelinegro refunfuñó. Muy dentro de él sabía que tenía razón- y también sé que pese a ello, insistes en venir, pero hoy, no requerimos tu presencia, Grantaire, ve a casa y descansa, ni siquiera sabes lo que estás diciendo- impuso desde su sitio

-¿Por eso me lo dices de lejos y sin sostenerme la mirada?- burló con una sonrisa torcida alcanzando a verle fruncir el ceño, querer ir hasta allá y que fuera lo que dios quiera- para evitar acercarte y saber que no es así... o tal vez, para sentir que de verdad es lo justo, acallar tu consciencia, convencerte que expulsarme a tu voluntad y capricho no en un desborde de arbitrariedad y totalitarismo sino que es lo correcto, que lo haces por la causa, cuando la gran verdad es que cualquier excusa te sirve para quererte deshacer de mí- echó en cara antes de aplaudir- felicidades, chief in rouge, es usted todo un líder, una persona inspiradora, embustera e igual de falsa que los políticos contra los que profana- juró levantándose y apoyándose en la mesa con dificultad- ¿sabes por qué regreso? ¡Por ellos! A mí tu causa, tú y lo agradable que sea mi presencia para ti, es lo que menos me importa, pero tengo motivos para estar aquí y es que se te ocurrió involucrar a mis amigos en tu suicidio comunitario, así que- decidió y se sentó con propiedad en su sitio- acostúmbrate a verme, ¡PORQUE NO ME VOY A IR- le gritó desde su puesto abriendo los brazos pese a perder el equilibrio aunque Joly le retuvo para que no cayera- déjale que se acerque, Combeferre, es evidente que quiere recordarme mi lugar, porque en una sociedad justa y equitativa como la que él quiere, yo estoy bajo su suela en la escala social- se burló al ver que el castaño intervino alcanzando a susurrarle al rubio que le ignorara

¿Qué milagro pasó? Bahorel lo sacó a rastras de ahí, porque de seguir hablando dios sabía que Enjolras le habría disparado ahí o se le iba encima y siendo honesto, no sabía que sería más peligroso, pero su recompensa fue partir hacia el piso del pintor aguantando sus desvaríos de ebrio mientras le llevaba a casa, dejándose culpar y golpear por Grantaire que le reprochaba por haberle sacado del café

-Tú es que no sabes cuándo callarte- juró Bahorel tirándole a la cama- lo admito yo creí que sería divertido verles reñir, pero es que no se dan tregua, no hay reunión en que no terminen destrozándose- juró acomodándolo en la almohada- descansa, esta noche no iremos a ninguna parte- impuso cuando Grantaire quiso levantarse para volver

-Me odia- reconoció viendo el techo con una sonrisa conforme e ilusionada que a Bahorel le extrañó- nunca creí que una mirada pudiera expresar tanto odio- insistió tocando las yemas de sus dedos- tengo que dibujarlo- decidió y creyendo eso desvario de ebrio Bahorel le acercó el lápiz y libreta jurando que ni siquiera lograría ser capaz de hacer un boceto, se equivocó- ¿has notado que incapaz de omitirme?- burló empezando a trazar con tal maestría como si estuviera sobrio- oigo a Combeferre decírselo, que me ignore, que no me escuche, pero es incapaz, simplemente tiene que oírme- insistió y con más frenesí siguió dibujando- ¿alguna vez te has detenido a pensar en lo que es sostenerle la mirada y sentir que bajo esa expresión te quiere decir algo? Yo sí- divagó y Bahorel a su lado le vio trazar

Rebelde InvoluntarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora