Deje a Xiro en su cuna. Lo cubrí con cuidado y me quedé observándolo dormir. Podría hacer esto todo el día. Su pequeño rostro es aún más adorable cuando duerme.
Un par de fuertes brazos rodearon mi cintura, Loki pego su pecho a mi espalda y también hundió su rostro en mi cuello.
- ¿Ya está dormido? – susurro.
- Tan puntual como siempre.
- Es que es tan bueno como su padre – murmuro provocándome un cosquilleo y también una sonrisa.
- Engreído – susurré.
- Con Xiro ya dormido me parece que ya puedes atender otros asuntos.
- ¿Qué asuntos?
- Algo mucho más serio – insiste.
- No tengo idea de lo que me quieres decir – dije aguantando la risa. Sé muy bien lo que quiere, pero me gusta oírlo de su boca.
Loki bufa y hunde aún más su rostro de en mi cuello.
- ¿Por qué no vienes y ya?
- No me has dado un buen motivo – dije. Xiro se movió un poco, acaricie su mejilla para calmarlo.
- El increíble encanto que tiene este niño y que obviamente heredo de mí te tiene atrapada – dijo en tono serio.
- ¿Así? ¿Qué sugieres para evitarlo?
- Sacarte de aquí lo antes posible – casi sin ningún esfuerzo Loki me alzo. Podía ver como la cuna de Xiro se iba alejando cada vez más hasta que solo vi la puerta cerrada – Ahora estás a salvo.
- ¿Y, ya que estoy a salvo que propones? – pregunte aun dándole la espalda. Loki me obligo a verlo. Esos ojos brillantes y oscuros que demandaban algo , me provocan ardor en todo el cuerpo - ¿Quieres que te dé atención?
Loki beso desde mi cuello hasta la comisura de mis labios.
- Eso me encantaría – murmuro. Beso, mis labios de tal manera que me hacía suspirar cada vez que apartaba siquiera unos milímetros sus labios de los míos.
- Loki – murmuré.
- Chss ... No haremos mucho ruido, o al menos yo. Trata de mantenerte silenciosa – murmuro con una sonrisa burlona.
Quise reclamar, pero Loki me cerró la boca con otro beso. Me di cuenta de que ya estaba sobre la cama. Termine por dejarme llevar por sus caricias.
Le estoy dando la espalda a Loki. No sé si seguirá despierto, solo lo escucho respirar y también puedo oír su corazón. Es muy tranquilizador. Es un momento extraño después del acto, de no saber qué hacer como actuar, aun así me siento medianamente cómoda con el aquí conmigo.
Hubo un repentino peso en la cama, que se movió hacia la orilla de esta. Miré hacia atrás, vi la blanca espalda de Loki, y también su trasero.
- ¿A dónde vas? – pregunte incorporándome.
- Será mejor que regrese a mi habitación – respondió mirando el suelo en busca de su ropa.
- Sujete su brazo – Por favor, quédate – suplique, Loki paso de la sorpresa a la burla – no me hagas repetirlo.
Loki volvió a la cama con una sonrisa sin decir nada más. Lo abracé y escondí mi rostro para evitar que viera mi vergüenza.
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A veces creo que lo odio más de lo que puedo quererlo. Lo odio por poder llevarme tan rápido a la cama, y por hacerme suplicar. Pero lo quiero por todo lo que puede provocarme con tan solo estar aquí.
