Mi Nuevo Socio [MNS] [TERMINADA]

|Capítulo 27| ¿Travesura? Realizada|

-Creo que ya está- susurró para sí misma.

Sacó la bandeja del horno y la colocó en la encimera.

La castaña se tomó un tiempo para admirar el pastel que tanto tiempo le había costado hornear para la cena.

Hoy era la cena dónde iban a anunciar a su familia su embarazo, además de que hoy les iban a informar que Draco y Hermione se iban casar.

-¡Mamá!- gritaba la pequeña de ojos verdes mientras checaba cada rincón de la casa en busca de su progenitora.

La mansión estaba en completo silencio y a la pequeña le parecía bastante tétrico.

Le había costado bastante, la mansión era increíblemente gigante y todavía se perdía en ella.

Dió un paso y el suelo crugió, haciéndola jadear, el hecho de que hace un par de horas había visto una pelicula muggle con sus hermanos, aumentaba más su miedo por ser apuñalada al dar un paso más en esa gigante casa que fácilmente podría ser un hotel 5 estrellas.

Sus piernas flaqueaban y empezaba a desesperarse.

Odiaba estar sola...tenía pavor de estar sola.

-¿Mami?- susurró.

Por detrás de ella Scorpius sonrió macabramente y avanzó lentamente, procurando que la pelinegra no escuchara sus pasos.

-¡Bu!- gritó con fuerza mientras la tomaba de la cintura.

La chica gritó y se dió la vuelta, le dió un puñetazo en la nariz y esta le comenzó a sangrar al pequeño rubio de 10 años.

-Maldita sea, Abigail- exclamó mientras se agarraba la nariz.
-¡Lo siento tanto!- lloriqueaba Tamara.

Draco que escuchó eso salió del cuarto, y se encontró con Scorpius sangrando y Tammy mirándole preocupada.

-¿Pero qué demonios?- dijo incrédulo.

-¡No era mi intención Draco! ¡Scor me asustó! ¡Yo lo quiero mucho Draco, no quería lastimarlo!- la niña se echó a llorar y Draco la abrazó.
-Hey, tranquila, estoy bien- decía Scorpius intentando que parara de llorar.
-¡No me mientas! ¡Tú nariz dice otra cosa!-.

Sacó su varita y apuntó a la nariz del pequeño.

-Episkey- murmuró.

La nariz de Scorpius se acomodó rápidamente y dejó de sangrar.

-¿Ves, Tammy?-.

Scorpius le limpió las lágrimas de las mejillas y la abrazó.

-No pasa nada, hermosa-.
-Distancia- murmuró Draco.

Los pequeños asintierón y se separarón el uno del otro pero seguían tomados de las manos.

Draco alzó una ceja  y miró sus manos unidas.

-¿Qué? Los novios hacen ese tipo de cosas- habló Tammy, encogiéndose de hombros.

Draco sonrió y negó con la cabeza.

-No es cierto- negó el rubio.
-Claro que sí, he visto como mamá y tú se cogen-.

Draco empezó a toser, al ahogarse con su propia saliva al escuchar a Tamara decir eso.

"HE VISTO COMO MAMÁ Y TÚ SE COGEN"

Pero qué demonios, ni siquiera parecía que Tamara tuviera 9 años. Tenía más madurez que Scorpius.

-¿Qu-qué has dicho?- tartamudeó.

-Que he visto como se cogen de las manos-.
-Ahhh-.

-Tengo hambre- habló Tamara.
-Mamá cocinó algo- dijó Draco.

Los pequeños asintierón y salieron de allí rumbo a la cocina.

(-)

-¿Creen que este pastel me lo pueda comer?- murmuró Draco.

Scorpius, Tamara y Draco estaban alrededor de la pequeña mesa que tenía el pastel.

Los tres lo miraban con fascinación, se veía realmente delicioso.

-Supongo que es para comerse- murmuró Scorpius.
-Obvio que es para comerse, no seas tonto Malfoy- atacó Tammy viendo el pastel, con agua en la boca.
-Esa boca- la riñó Draco y Tammy rodó los ojos.

Los tres estaban ansiosos por comerse el pastel, pero ninguno se atrevía a tocarlo.

-Anda Draco, tú eres el adulto- incitó la pequeña.
-¿Y si tú madre se enoja?-.
-No lo creo-.

Draco se acercó un poco más al pastel ignorando el hecho que los pequeños tenían la mano detrás de su cabeza, dispuestos a atacar.

-Sólo una probada- dijó Draco.
-Sólo una-.

Finalmente los pequeños empujarón la cabeza del rubio al pastel y estallarón en carcajadas.

-¡Eso fué genial!- habló Scor y chocó los cinco con Tamara.
-¿Travesura?-
-Realizada- contestó Scorpius con una sonrisa, Tammy besó su mejilla y corrieron escaleras arriba antes de que Draco los agarra.

-¡Potter! ¡Malfoy! ¡Son unos bastardos!- gritaba Draco furioso.

Con una servilleta terminó de limpiarse la cara y se dispuso a salir corriendo detrás de la pareja.

(-)

Hermione los miraba sin poder creérselo. Tenía el ceño fruncido y los labios en una fina línea recta.

Delante de ella estaba la pequeña mesa embarrada de pastel y del otro lado estaban los tres responsables, aún con manchas de chocolate en sus ropas, Draco aún tenía glaseado en su cabello rubio y Tamara manchas de chocolate alrededor de la boca.

-¡¿Pero cómo se les ocurre semejante barbaridad?!- gritó.

Tamara, Scorpius y Draco bajarón la mirada al suelo, totalmente avergonzados de lo que sucedía.

-Repito, ¿a quién se le ocurrió hacer esto?-.

Ninguno de los tres decía nada, y la paciencia de la castaña no tardaba en agotarse.

-No pierdas la paciencia- susurró Draco.
-La paciencia no es una virtud, es una pérdida de tiempo- Hermione arrastró las palabras de una forma en la que toda serpiente hacía.

Draco no evitó sorprenderse por todo lo que había cambiado Hermione en todo el tiempo que estuvierón separados.

-¿Me van a decir quién fué o tendré que meterme en su mente para ver quién fué el culpable?-.

Los niños señalarón a Draco y este los miró indignado.

-Malditos niños hijos de...-
-¡Draco!- lo riñó Narcissa desde el otro lado del comedor.

El rubio bufó.

Hermione se cruzó de brazos y lo miró esperando una explicaciones.

-¡Por las tangas de Merlín, no me veas así! ¡No soy un niño, joder!-.

Hermione lo miró mal y Draco sonrió inocente.

-Lo siento-.
-Eso pensé-

Hermione sacó su varita.

-¡Agh! ¡Genial! ¡Ahora tendré de limpiar todo!- murmuró Draco.
-Así es querido...-.

Draco rodó los ojos.

-Lavaras los trastes después de la cena, esto lo limpio yo-.

Apuntó a las manchas de chocolate en la mesa y dijo.

-Fregotego-.

Ahora sólo quedaba su ropa.

Apuntó a las manchas de ellos mientras inhalaba profundamente para calmarse.

-Evanesco-.

《Sólo espero en Dios y este trio se comporte en la cena》Pensaba la castaña furiosa.