|05| Sigues siendo mía, Granger|

3.2K 215 8
                                    

Al cabo de unos días, me encontraba como siempre en la oficina  sentada detrás de mi escritorio  revolviendo los papeles con desesperación.

-¿Dónde estás?- murmuré  mientras seguía buscando.

Abrí los cajones en busca del dichoso papel, pero seguía sin encontrarlo.
Me pasé  las manos por la cara en clara señal de frustración, demonios,  respiré profundamente para calmarme.

Alargué la mano sin dejar de respirar para no caer en una crisis nerviosa, tomé el teléfono de la oficina y marqué, esperé  pacientemente a que mi secretaria y cuñada  contestara.

–¿Se le ofrece algo Srita. Nott?– preguntó Daphne en la línea, rodé los ojos ante la formalidad de mí cuñada.

–Sí, dile a Ginny que me urge verla y que se traiga el contrato que firmamos la semana pasada con la constructora.

–Enseguida– respondió la rubia en la línea y luego cortó la llamada.

En ese instante mi celular sonó, la pantalla se iluminó con una foto graciosa de Chris haciendo gestos, fruncí el ceño al darme cuenta del nombre con el que el rubio había guardado su contacto.

–Hola Chris guapísimo y ardiente Evans– respondí con sorna, haciendo referencia al nombre con el que el jóven se había guardado.

La hermosa risa de Chris sonó por el auricular y yo de igual forma sonreí al notar la melodiosa risa que tenía el muchacho, que lograba erizarle la piel.

–¿Me extrañaste guapa?– preguntó con coquetería y mi sonrisa no pudo evitar hacerse más grande.

–Creo que no tanto como tú a mí– la carcajada fué la respuesta. –¿A qué se debe tú llamada, guapo?– cuestioné siguiéndole el juego.

–Me invitaron a una fiesta, me dijeron que podía llevar a una chica muy hermosa y pensé en tí– mis  mejillas se tiñeron de rojo de inmediato, involuntariamente me mordí el labio conteniendo una sonrisa. –¿Qué dices? ¿Quieres ir conmigo a una fiesta?–  giré la silla de escritorio mientras jugaba con un mechón de cabello castaño.

–Por supuesto que sí, guapo.

Podría jurar que lo sentí sonreír contra el teléfono.

–Genial, paso por tí a las 8.

–A las 8 me parece bien.

–Nos vemos en la noche hermosa– corté la llamada y una ola de felicidad me invadió completamente.

Suspiré nuevamente para luego dar la vuelta sobre  la silla. Al hacerlo, el corazón casi se me sale del pecho, solté un grito ahogado.

Enfrente de mí escritorio se encontraba Draco Malfoy mirándome con rostro inexpresivo, pero con sus ojos ardiendo en llamas por la rabia.

–¿Con quién vas a salir en la noche?– cuestionó, pude notar como todas y cada una de sus facciones se tensaban al mismi tiempo que su mandíbula se apretaba.

–Eso no es asunto tuyo Malfoy- escupí con desdén.

–Es muy tarde para que andes en la calle Hermione.

Hermione se paró de su silla y rodeó el escritorio hasta ponerse enfrente de él.

–A ver...Draco, escúchame bien; tres cosas: la primera, no eres mi padre para decirme que hacer, segunda, soy una mujer libre y puedo salir con quien yo quiera y tercera...eso no es asunto tuyo.

Me dí la vuelta para alejarme y volver al escritorio, sin embargo él me tomó de la cintura con fuerza, ya se le estaba haciendo costumbre.

–Suéltame– murmuré.

Draco quitó el cabello del hombro de la chica y dejó un beso que logró quitarme el aliento.–Claro que es asunto mío Hermione– aclaró mientras dejaba un camino de besos por el largo de su cuello, ladeé mi cabeza dándole más acceso, el rubio la tomó de la cintura alzándola sin dejar de besarle el cuello, Draco se encaminó hasta el escritorio, con una mano quitó todos los papeles que allí estaban y depositó su cuerpo sobre este, le abrió ambas piernas colocándose entre ellas, ella soltó un inevitable  gemido, la mano de Draco acarició sus piernas con cuidado desde abajo.

Sus miradas se conectaron, y Hermione pudo dislumbrar el deseo en los ojos del rubio.

Draco  se inclinó en el escritorio, acarició con su pulgar el labio inferior de la chica y el corazón de Hermione se aceleró.

-Todo lo que tenga que ver contigo me importa- susurró muy cerca de sus labios.-Recuerda que sigues siendo mía Hermione.

Dicho esto se levantó de golpe acomodando su ropa, giró sobre sus talones y salió de la oficina dando un portazo dejándome totalmente pasmada arriba del escritorio con todos los papeles desordenados a mi alrededor.

Mi Nuevo Socio [MNS] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora