El cuerpo me arde bajo sus ojos, las piernas me hormiguean y las manos me sudan. Su mirada se ha tornado. Si no estuviera sentada ya me habría caído. Es como si ya hubiera visto estos ojos antes, ese verdes y es intensidad al mirarme, si no fuera tan borracha y tuviera tantas ganas de vomitar creería que son mariposas lo que siento.
El silencio que abunda el coche es tranquilizador, excepto por el tic que produce el indicador de cambios de marchas. Una tos fingida hace que nuestras miradas se separen, haciéndonos volver a la realidad, quitándome incluso el mareo de la borrachera... bueno un poco, las ganas de vomitar sigue ahí.
Miro a la segunda persona que hay en este coche, una rubia de bote con más raíz que pelo está encima de él con muy poca ropa -por no decir que va desnuda-, la camisa esta encima del volante, lleva puesta una falda que no sé si se le puede llamar falda a ese trozo de tela.
Empiezo a tener náuseas, voy a vomitar en cero coma, tengo que salir... bueno mejor dicho NECESITO salir de aquí. Como había planeado, abro la puerta y intento salir en silencio sin molestar mas de lo que ya lo había hecho, y todo con la mirada del chico de ojos verdes mirándome fijamente, al contrario de la otra, que se le ha tirado encima a lamerlo. Como si los dioses me castigaran por lo que había hecho esta noche, al poner un pie fuera mi pie otro pie de dentro se engancha con el cinturón y caigo de morros al suelo. Me he dado un buen golpe en la nariz ya que mis manos no han querido colaborar en la caída... duele bastante. Me intento levantar poco a poco pero no puedo, mi pie sigue enganchado en el cinturón.
Tengo un dolor de nariz de mil demonios, miro hacia arriba y la gente que pasa por ahí se queda mirando, espero que estén tan borrachos que no se acuerden de esto, no creo que lo hagan, tampoco creo que lo recuerde yo. Si ahora mismo me vieran mis padres me encerrarían en mi habitación sin salir lo que me queda de vida.
Siento como mi pie es liberado y cae al suelo, apoyo las manos en el suelo y hago un intento de levantarme pero no tengo mucha fuerza para hacerlo, justo cuando pienso que no puedo quedar más en ridículo, alguien me coge en brazos y me ayuda a ponerme de pie. El aire enfría el lado de cara que ha impactado con el suelo. Menudo moratón voy a tener de recordatorio a la fiesta de hoy.
-Oh dios... -susurro para mí misma, llevándome la mano a la cara.
-¿Has venido sola? -pregunta una voz ronca que me deja sin aliento.
-¿Quién eres? ¿Por qué siento que ya te conozco?... ¿Te conozco? -las preguntas salen solas.
-No me has contestado a la pregunta. -dice frunciendo el ceño, haciendo su rostro más atractivo.
-Tú tampoco has contestado a las mías. -contesto un poco mareada notando como mis fluidos van subiendo por mi garganta.
En un abrir y cerrar de ojos estoy expulsando todo lo que he comido y bebido, el chico de ojos verdes me gira hacia un lado y me sujeta el pelo. Me abraza el cuerpo con su brazo para que no caiga sobre mi propio vómito, cosa que agradezco. Las piernas me tiemblan, no tengo fuerza en el cuerpo, apenas y puedo mantener los ojos abiertos.
Cierro los ojos y me dejo caer un momento mientras intento recuperar la compostura, no me puede desmayar aquí, por mucho que el de ojos verdes me transmita confianza no puedo confiar en alguien que hace cosas en la parte delantera de su coche.
-Gracias. Tengo que irme... -sin esperar una respuesta, vuelvo a recuperar la compostura como puedo y me voy otra vez a la casa. De vuelta a casa, Allison aparece en frente de mí, con el pelo mojado y una ropa que no es la suya, seguro que la habrá cogido de la casa.
-Estás hecha una mierda, nunca te había visto así. -Sus cumplidos animan mi estado de ánimo- Ven a la casa, necesitas un poco de agua. -Si solo necesitara un poco de agua mi vida estaría solucionada, ahora mismo me hace falta mas que agua.
Me coge del brazo y tira de mí hacía la casa. La cual se ha quedado casi vacía, solo quedan unas cuantas personas, las cuales se han quedado dormidos donde primero han pillado. Pasamos a la cocina y me echa un vaso de agua. Es agradable el frescor que deja al bajar por mi garganta.
-Tenemos que irnos a casa, pero al parecer vamos las dos borrachas. -dice con un tono divertido.
-Yo os puedo llevar. -dice una voz a mi espalda, por un momento no la reconozco.
-¿Puedes llevarnos de verdad? -Jack esta igual que la primera vez que lo vi al entrar.
-Pues claro que si pequeñas, para eso están los compañeros de baile. -se me escapa una risita tonta, todavía sigo un poco borracha.
-Despertar, ya hemos llegado a casa... ¡DESPERTAR! -grita Jack y pegamos un salto del asiento.
-Gracias por traernos. -dice Allison con una sonrisa.
Salimos del coche y Jack me da las llaves de mi casa. Intento meterla dentro de la cerradura, es imposible atinar cuando casi no puedo ni mantener los ojos abiertos, la cabeza me da vueltas. Jack al ver mi intento fallido de abrir la puerta, se acerca y la abre por mí, saca las llaves y me la entrega otra vez.
-Adiós, voy a dormir. -se despide Allison, vemos como sube las escaleras y desaparece al doblar la esquina.
-Duerme bien pequeña, espero que nos veamos otro día. -se despide y yo le doy un abrazo de respuesta. Tengo que admitir que me ha caído bien y que el alcohol está influyendo mucho para que yo le dé un abrazo.
-Adiós Jack.
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Maybe is a dream
Loup-garouEl no volvió a aparecer, pero parece que no se ha ido, siento su presencia en cada lugar al que voy, siento su tacto cuando voy a dormir y veo sus ojos en la oscuridad de la noche. *** Tiene mas demonios que el maldito infierno... Pero sonríe como u...