Capítulo 11: "TRAS LA TORMENTA PUEDE SALIR EL SOL"

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Furia. 

Dolor.

Traición.  

Es el fuego de un volcán en erupción.

No se detiene hasta verlo en el piso,  sin moverse. En este momento, no le importa si está muerto o solo inconsciente. No. Afila sus ojos de un verde líquido, transmiten todo lo que siente dentro. Y duele. 

No le pedirá perdón. El otro tampoco pedirá que se disculpe. Esta vez se lo merece.

— ¿Por qué has hecho eso?— Inhala y exhala descontrolado, se ha cansado de golpearlo hasta que los nudillos le duelan— Dime... ¡Dime que mierda tienes en la cabeza como para meter a ese idiota en este infierno! ¡Explícame qué consigues destruyendo la vida de un chico que tiene todo por delante!

— Tiempos desesperados, medidas desesperadas, Arthur— Francis abre sus ojos. Está vivo. Se limpia el rastro de sangre que corre por una parte de su boca . 

Arthur cae al suelo, levanta su cabeza y Francis sabe, que si las miradas mataran, él estaría tres metros bajo el suelo, retorciendose.

— ¿Vienes a darme una excusa tan tonta? ¿Crees que llegaré a entender lo cagada que has hecho con esa frasecita de mierda?

— No es eso, Arthur. Iván es peligroso, está enfermo y tú lo sabes perfectamente. En cambio, tu chico es perfecto, nunca había visto a alguien capaz de hacerle frente a ese loco... salvo tu hermano— Luego le señala con un tono ponzoñoso— Pero Scott no está, y si tú hubieras aceptado ayudarme, no me habría visto obligado a reclutar al muchachito éste.

Arthur aprieta los puños y se levanta.

— Vete a la mierda, Francis. 

Francis lo observa irse, observa la espalda llena de polvo alejarse. Se toca su rostro.

Quizá esté destrozado su cuerpo pero...

Sonríe con amargura.

Con sólo unas pocas palabras ha destrozado la mente de Arthur.

Observa el cielo oscuro a punto de llover. Tan negro, tan impasible.

Suspira, preguntándose ¿Cuándo cambió todo? ¿Cuándo pasó a tener una relación de desconfianza y engaños?

¿Cuándo cambió su amistad?

Las nubes grises le responden, le dicen que no busque esa respuesta. No la encontrará.

-x-

Arthur cruza por las sombrías calles, aquellas donde los faroles apenas y recién comienzan a encenderse. Se detiene de improviso, al darse cuenta que en las escalinatas del  Museo de Historia Natural está sentado Alexander y sus dos gorilas.

Su preocupación aumenta cuando sabe que ya se han percatado de su presencia. 

Alexander se levanta y se acerca. Los otros dos están como dos perros guardianes al acecho.

— Arthur.

— Alexander— Corresponde el seco saludo. 

— Quiero proponerte algo.

Arthur alza las cejas con sorpresa...y desconfianza.  No le da buena espina.

— ¿Qué sería?

— Me enteré lo de Alfred— Arthur siente como una aguja le pincha la espalda, el pecho, la cabeza. Se pregunta cómo las noticias vuelan tan rápido— Está descartado de todos modos por culpa de ese idiota.

A tres pasos de ahorcarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora