texts [en edición]

《92》

Morir es lo que le da sentido a vivir.

No podríamos vivir sin saber que tenemos el tiempo contado y es lo que le da el sentido a la vida.

La adrenalina de morir, de saber que en cualquier momento podría acabar, es lo que le da a la existencia un toque de aventura.

Conocer gente es adrenalina pura.

Conocer gente es arriesgarte a construir un lazo amistoso/amoroso con alguien, y si lo haces, le darás a otro ser humano algo muy preciado; el poder para destruirte.

Nadie se queda en tu vida para siempre.

Deberías saberlo desde ya.

Pero también debes saber que en algún momento de tu vida llegaran dos personas. Puede ser en diferentes momentos, diferentes escenarios, diferentes estados personales o diferentes capítulos de tu vida, pero llegaran, y las dos cumplirán un papel diferente.

Una de ellas sera tu alma gemela, y no me refiero a amorosamente, me refiero a ese amigo que si no lo tienes, lo sueñas. Ese amigo que te escucha, que te aconseja, que sabe todo sobre ti, que sabes todo sobre el y que, pase lo que pase, siempre estará para ti.

La otra persona cumplirá el papel amoroso, esa persona que te revoluciona, que te cambia. Esa persona con la que ríes, gastas bromas, hablas, aconsejas. Con un poco de suerte terminas siendo la pareja de esa persona, pero a veces no es necesario. A veces no se necesita tener un título, no se necesita porque dentro de cada uno saben lo que sienten, quizás a la otra persona le guste otra, pero dentro suyo sabrán que no se conocieron en vano, tu dentro tuyo sabrás que si se da, lo harán bien, y si no también. Porque tu sabes que diste lo mejor.

Dicen que te enamoras una vez en la vida y el resto tratas de buscar a alguien que te haga sentir igual.

Porque a veces no se da como nosotros queremos.

Pero estar enamorado y estar encaprichado no es lo mismo.

Recuerda que si tiene que ser, será y si no, un día te despertarás y te darás cuenta que no la extrañas más.

Suele pasar que estas personas nos fallan, nos fallan reiteradas veces, hasta llegar el punto que las pierdes.

Y cuando pierdes a esas personas jamás vuelves a ser el mismo, un vacío se apodera de ti, y un frío te abraza, hasta llegar al punto de quiebra.

Maya lo averiguo perfectamente.