-No, no puede ser-Maya se movía nerviosa-¡No puedes ser tu!-comenzó a gritar y a correr, pero el la alcanzo y la agarro de los brazos.
-¡Soy yo!-Maya miro a Misteriosito, quien poseía una cara borrosa y mezclada.
-¡¿QUIEN?! ¡¿Quien eres?! No puedo verte.
-Yo, no puedo creerlo.
Misteriosito llevaba una camisa y unos jeans y su cara era una amplia y colorida mezcla de otras caras que a Maya le parecieron muy familiares, se podría decir que conocía a todas las caras de allí.
-Maya-comenzó a decir, ¡Maya!, ¡¿Maya?!-luego de eso la agarró de ambos brazos y la sacudió- MAYA.
Maya despertó agitada y con su madre moviendola de un lado a otro.
-¿Que pasa?-preguntó algo brusca por el mal sueño.
-Alguien te busca.
Maya frunció el seño sin tener pistas de quien sea.
Antes de llegar a la puerta se le cruzó la idea de que fuera Lucas y sonrió, pero al abrir, se encontró con alguien mas.
-Adam.