Maldita Swan

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Como se podrá notar la historia ha sufrido sus alteraciones respecto de la original. En esta historia no aparecerán ni Ginebra ni Violet, para empezar. Los cambios creo yo que se irán notando a medida que la historia evolucione. Quiero decir que es un Fanfic Alternative.

Gracias por leer y espero que se pueda disfrutar al menos un poco.

Maldita Swan

Regina ingresó a través de la enorme puerta que llevaba al salón. Normalmente, tomaba su desayuno con Henry y Snow por las mañanas, mientras hablaban de cómo avanzaba su misión en el bosque encantado y de la evolución de Emma. Pero aquella mañana había despertado más tarde y, además, tardado el doble para vestirse después del altercado 'Emma Swan'. Su hijo no había regresado de la excursión aún y su esperanza de reunirse con la señora Charming se esfumó al ver que no estaba allí. Pero Regina supo reconocer de inmediato el brillo rubio de su "compañera de piso", por así decirlo. Al verla refunfuñó. Maldita Swan.

Emma la observó mientras devoraba un huevo escaldado y una media sonrisa se dibujó en su rostro durante todo el proceso que necesitó su boca para tragarlo – Buenos días alcaldesa – le dijo mientras señalaba el puesto en la mesa delante de ella - ¿es que ya ha recordado que soñó anoche?

Regina estaba a punto de sentarse cuando escuchó la pregunta de la rubia y gruñó con desagrado – si vas a estar así prefiero no desayunar – espetó girando sobre sus talones para marcharse.

-Vale, vale – Emma levantó las manos en señal de paz – solo bromeaba Regina, no tienes por qué montar un drama de este asunto – se sirvió una pieza de pan y un poco de jamón – tampoco es para tanto, solo fue un desliz.

-Emma... ni desliz ni ocho cuartos – la morena se sentó y con pocas ganas dirigió su mano al cuenco de la fruta, mientras veía como la sheriff le servía leche en un cuenco – gracias – murmuró sin darle importancia – ¿sigues insistiendo en qué te llamé a ti?

-Es que me llamaste – replicó la rubia con diversión – quieras admitirlo o no, lo hiciste – agregó mientras untaba un trozo de la pieza de pan con mantequilla y se lo pasaba a su acompañante recibiendo de su mano dos piezas de manzana bien cortadas – gracias – dijo luego.

-No sé qué es esa manía de insistir con lo mismo – bufó la reina.

Fuera, el mini grupo de excursionistas estaba de regreso. Henry sabiendo que era hora de desayuno se dirigió al salón con prisa, pretendiendo comer algo antes de darse un baño y ayudar a Belle. Cuando llego a la entrada se quedó en silencio observando el pequeño intercambio verbal y físico entre sus madres. Le pareció divertido lo bien que se compenetraban a pesar de que la conversación estaba cargada de contrariedad. Un gruñido en su estómago lo delató.

-Henry – dijo Regina soltando el pan con mantequilla – has regresado, ¿qué haces ahí?

-Observar – comentó el joven acercándose a sus madres.

-Así que por fin han vuelto de esa "cosa de hombres", chaval – dijo Emma con una voz más grave de lo habitual consiguiendo una sonrisa de la morena, primera del día – y a juzgar por tu aroma parece que ha sido un éxito – se tapó la nariz con dos dedos.

-Ah, bueno, sí, no ha estado mal – dijo el chico dejándose caer en la silla – muero de hambre – acercaba la mano a los huevos cuando la alcaldesa le dio un golpe - ¿qué? – se quejó.

-Con esas pintas no te sentarás a la mesa – dijo escuetamente – ve a darte un baño...

-Pero muero de hambre...

El poder de la Daga - SwanQueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora