"Las MARAYA"

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Disclaimer original: Bueno, ahora sí, he perdido la razón completamente. Suerte que ya quedan solo 2 capítulos y 1 potencial epílogo porque creo que he tocado fondo en mis barbaries literarias. No me odien mucho please! Ustedes recuerden este fic por sus buenos momentos jajajajaja (se ve perdiendo follows). Como alguien dijo al leerlo, aquí hay como un comienzo de mini-historias sobre la historia general.

"Las MARAYA"

Uno de los efectos colaterales de romper la maldición de Camelot era el incremento de la tasa de natalidad. Ahora, las mujeres del reino volvían a ser fértiles y a ser madres, algo que en 32 años no había sucedido y, por tanto, estas féminas no estaban preparadas para las nuevas condiciones. Muchas de ellas habían abandonado su hogar con el paso de los años y habitaban aquella lúgubre taberna, inmunes a la posibilidad de dar a luz. Y muchos maridos se habían convertido en asiduos bebedores de alcoholes destilados en el mismo sitio. Uno de los problemas más graves que había provocado Cora al poner a dormir a Lancelot, era la disolución de muchas familias. Algo con lo que Arturo tuvo que lidiar y que, aún hoy, la mesa redonda intentaba corregir. Era simple, ¿para qué casarse y formar una familia cuando no existía una posibilidad de tener descendencia? Los hombres preferían trabajar para el reino y gastarse sus monedas en alcohol o en mujeres que no daban problemas. Las mujeres, frente a esta situación, también debieron buscar sustento, incluso convirtiéndose en mujeres que no daban problemas para aquello que muchos querían. Al tercer día de rota la maldición, una mujer que llevaba 32 años muy, pero muy embarazada, dio a luz un niño sano. Eso marcó el final de aquella etapa sin ambiciones, pero, aun así, muchas cortesanas prefirieron ese trabajo que volver con sus antiguos maridos o pensar en ese asunto de "tener familia".

Hook llevaba un tiempo sin hacer visitas a la vieja taberna. Prefería pasar el rato con Belle en la biblioteca o, como hoy, en el salón bebiendo té con la joven pelirroja como todo un señorito inglés, con la pequeña diferencia de que él poseía un garfio como mano derecha. Desde que Emma había desaparecido de sus días como interés amoroso, el capitán había encontrado consuelo en las historias de la pelirroja y en aconsejarla sobre la situación con el cocodrilo. Belle estaba inquieta por las nuevas circunstancias en las que Rumple pasaba de ser un oscuro fanático del poder a un hombre común, con la oscuridad desterrada en otro mundo. La pobre estaba deseando regresar a Storybrooke para verlo y saber que sería de esa agrietada relación que poseían. Belle acababa de llenar su taza de té negro con leche cuando la puerta se abrió de par en par y dos señoritas pertenecientes a la taberna entraron como tropel, mientras Arturo intentaba contenerlas.

-Señoritas, por favor, cálmense – les solicitó no dejándose amedrentar por sus malos modales y gritos bárbaros – Capitán Jones – le dijo - ¿conoce usted a estas mujeres?

Hook las observó consciente de que las recordaba. Una era una mujer muy exuberante que nunca pasaba desapercibida cuando estaban en la taberna. La otra una mujer muy tímida y tranquila, que desentonaba completamente con el ambiente, sin contar con que tenía una pequeña cojera que le restaba autoestima, pero no miradas. Hook sabía que la noche después de que Emma se enterará del asunto de los besos, se había acostado con ambas, por puro despecho.

-Estimo que sí, Sir Arturo – dijo poniéndose de pie - ¿de qué va todo esto?

Hubo un griterío inentendible de parte de las señoritas y Arturo las silenció con un movimiento de manos - ¿tuvo usted relaciones con ellas? – las mujeres volvieron a gritar algo parecido a un SI, pero el caballero reaccionó - ¡Señoras por el amor de Dios! ¿Podéis manteneros en silencio un momento?

Por la puerta del ala de dormitorios apareció una agitada Emma y un Lancelot que se acomodó el cabello en el primer espejo que pilló. Tras ellos también llegaron, aunque mucho más comedidas y elegantes, las hermanas Mills. Arturo le dirigió una mirada suspicaz a Lancelot. Ahora entendía por qué había salido corriendo cuando escucharon la historia en las puertas del palacio. Fue a buscar a su nueva cómplice en escándalos, Emma Swan.

El poder de la Daga - SwanQueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora