Capitulo 26.

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— ¡ha quedado bastante bien!— exclamó Marian mientras miraba el pastel a detalle.
Me rasque la cabeza mientras sonreía, era buena chica, una linda chica que entregaba todo a Jeff y el la trataba como basura.
         — te he dicho que soy buena en esto... se me ha hecho un poco tarde, debo irme.— tome mis cosas y me acerqué a la puerta principal, pero la voz de ella me detuvo.
          — llévate un pedazo, gracias por la ayuda.— me entregó un plato con aluminio para proteger la rebanada.
          — gracias... ¡Ah! Y Marian, un consejo mío es que, le pongas un alto a Jeff o seguirá abusando de ti y sé que eres buena chica.— bajo la cabeza y tallo sus brazos. — sé que puede ser difícil, pero es lo más sano, ¿sabes?, yo también estoy enamorada de él.— rápidamente me miró con los ojos tan abiertos, sorprendida — pero ahora sé que estar esperando algo de él causará mi muerte, tengo un niño que depende de mí y yo no debo depender de alguien más. Te deseo suerte.—
  Me marché y me despedí con hipocresía de la  vieja decrépita. Camine de vuelta a la casa, ya estaba oscureciendo y no quería toparme con personas indeseables.
         —¡¿Jane?!— y hablando de personas indeseables. Me doy media vuelta y sonrío.
         — Richard, que... sorpresa.— digo nerviosa, venía con sus amigos, al parecer saldrían a tomar.
         — si bueno, en este pueblo no es sorpresa toparse con alguien... Adelántense chicos, ya los alcanzo.— sus amigos le hicieron caso y se marcharon sin el, dejándonos solos a solo cinco cuadras de casa. —¿vas a algún lado?— se acercó más y retrocedí un poco.
         — voy a casa, de hecho.— evite su mirada.
         — si gustas te acompa...— lo interrumpí.
          — Richard, recuerda que te dije la última vez.— se rió y rodeo mi cuello con su brazo.
         — vamos que no pasa nada.—gire mis ojos y al final accedí, si no lo dejaba venir conmigo de todas formas me seguiría.
  Seguimos caminando y yo venía escuchando más problemas con su padre junto con un montón de planes que quería cumplir, y el primero era salir de este pueblo.
         — y entonces comprare una casa, tendré una bella esposa y... La verdad no me gustan los bebes, pero creo que podría tener un niño.— lo mire de reojo y reí.
         — bueno, ya hemos llegado, mejor ya vete.— lo quite de encima mío y me acerqué a la puerta.
         — Jane, ¿qué tal si salimos?— me detuve en seco y me giré lentamente hasta verlo cara a cara. — si no quieres está bien, digo, sería algo, interesante.— me le acerqué nuevamente y lo tome por los hombros.
         — no es que no quiera, si no que, Richard, no quiero que mueras, ¿Okay?— me tomo de las mejillas y me acerco a él hasta una distancia donde podía distinguir sus ojos color miel.
          — te prometo que no me pasara nada, ¿Okay?, solo dame una oportunidad de conocerte mejor...— cerró sus ojos, sentía cuál era su intención, pero en eso se escucha la puerta y sale Liu con Lane en brazos y llorando.
           — ¡Jane!, ¡ayúdame por favor!, ¡no para de llorar y quiero llorar yo también!— me suelto de golpe y corro a tomar a Lane en brazos, devuelvo mi vista a Richard quien suspira y ríe bajo. — ¿y el?— lo apunta Liu y después se cruza de brazos.
          — Nadie, ya se va a su casa.— me miró con esos ojos verdes de que no estaba convencido para nada, pero le dio igual y me cargo junto con Lane para meternos a casa.
           — hasta luego.— se despidió Liu y cerró la puerta con una patada que hizo llorar más a Lane.
  Me bajo con cuidado y comencé a mecer al pequeño, quien lloraba de manera inconsolable. Revise su pañal, pero estaba más limpio que su consciencia, le hice algo de comida pero la tiro al suelo, igual que al pastel de fresas que traje, y eso jamás pasa.
         — no me digas que...— puse mi mano en su frente, estaba ardiendo en fiebre. — tiene fiebre, ¿desde cuando está así?— Liu me miró asustado y se puso a pensar.
          — bueno, diez minutos después de que te fueras comenzó a ponerse algo necio, y después de cinco comenzó a llorar.— ya llevaba un buen tiempo con fiebre.
          — rayos, necesito medicina y...— subí las escaleras a toda prisa y el detrás mía, lo recosté en la cama y lo tape. — trae una cubeta con agua tibia y una pequeña manta.— asintió y corrió nuevamente hacia abajo.
   Al parecer tenía frío, ya que al sentir el tacto de las sabanas dejo de llorar un poco, solo se quejaba y respiraba con dificultad. Me mordí las uñas por los nervios mientras pensaba en qué hacer, Susan le daba unas gotas junto con una crema que le ponía en el pecho, pero no recuerdo cuales gotas y mucho menos la crema.
    Liu apareció con la cubeta y la pequeña manta; la moje, exprimí y se la coloque en la frente, pero él se la quitaba, tal vez no le gustaba la sensación.
           — vamos Lane, debes dejártela puesta para sentirte mejor...— mientras seguía peleando con el le dije que tenía que hacer a Liu — ve a la farmacia y pide unas gotas para el resfriado, algo para la fiebre y una crema, ¡rápido!— se fue de inmediato, dejándonos solos a Lane y a mí.
    Tenía miedo, no sabía qué hacer, en realidad siempre lo cuido Susan y yo solo estaba a su lado. Como desearía que Susan estuviera aquí.

          — creo que deberíamos llevarlo al doctor.— sugirió Liu, el bebé al fin se había quedado dormido — no queremos que se agrave todo esto.— asiento levemente mientras me limpiaba las lágrimas y lo envolvía en una sabana ligera, ya que la temperatura podía aumentar si lo tapaba demasiado. 
  Bajamos con cuidado y subimos al auto, justamente cuando Liu retrocedió con el auto, Jeff apareció de la nada y se subió al copiloto, apestando todo el auto.
          — ¿a dónde vamos?— Se abrieron las ventanas.
          — llevaremos a Lane al doctor, tiene fiebre muy alta.— Jeff me miró fijamente, trato de pasarse hacia atrás pero no lo deje.
          — ¡no te acerques! ¡No quiero que lo toques!— torció la boca y se volvió a su asiento, miro a Liu y este alzó los hombros.
         — ni a mí me deja tocarlo.—

-TRUST ISSUES- [+15]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora