2da TEMPORADA. capitulo 3

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te quitaré la camisa de fuerza, pero tienes que portarte bien, de todas formas me pidieron que te esté vigilando desde lejos, cualquier cosa que pase, tendré que cortar tu visita.— decía el viejo mientras me quitaba la camisa y la doblaba para sostenerla entre sus brazos.
— juro que no creare ningún escándalo.— dije tratando de ocultar mis ansias, con la muñeca extendida esperando a que Ronaldo me colocará mi pulsera y con la vista a la ventana grande que daba al patio, donde todos ya se estaban reuniendo.
— joder, deja de moverte que no te la puedo colocar, pareces un niño pequeño, en serio.— me reí y trate de quedarme quieto. Cuando terminó de ponérmela, apretó fuerte mi muñeca y jaló un mechón de mi cabello. — pásala bien.—
Corrí al patio y busque la mesa que tuviera un cubo con el mismo color de mi pulsera.
Al visualizar el cubo, estaba tomado por unas gruesas manos, y al levantar un poco la vista me topé con Liu, quien se dio cuenta de mi presencia y se levanto de golpe.
— Jeff...— dijo con un hilo de voz. Había cortado su cabello tipo claro oscuro, se miraba más sano que nunca, sus ojos se llenaron de lágrimas y corrió a abrazarme. — cuanto tuve que esperar para poder abrazarte.— poco a poco subí mis brazos por el dolor que sentía y lo abrace con toda la fuerza que pude e igualmente comencé a llorar. — lo siento tanto.—
— ¿por qué dejaste de escribirme?, pensé que me habías olvidado, pensé que jamás volverías.— comencé a quejarme mientras lo seguía abrazando con fuerza.
Nos separamos y nos sentamos en la mesa mientras nos calmábamos.
— Cartas, todos los días te escribí, pero el correo me las devolvía, de hecho, las tengo aquí, todas.— tomó su portafolios y lo subió a la mesa, al abrirlo, mire todas las cartas que, claramente, si me había escrito, las tome y comencé a ver todas las fechas, día tras día seguido este año y medio, hasta una carta de ayer. — no sé por qué razón o circunstancia nos cancelaron todo, de verdad lo lamento.—
Mire sus manos y note un anillo de compromiso en su dedo anular de la mano derecha, tome su muñeca y lo acerque a mi rostro.
— ¿te has casado?— retiró su mano de golpe y se retiró el anillo para guardarlo en su bolsillo. — ¿con quién te has casado?— río nervioso y cambio el tema de manera repentina.
— me encargue de que tuvieras a alguien que cuidara bien de ti, de alguien que no te tratara con miedo o asco.—
— ¿Ronaldo?—
— el antes trabajaba en la empresa de conserje, fue despedido y entro a este hospital. En cuento fui informado de eso, me aseguré que él fuera tu cuidador.— reí mientras agachaba la cabeza.
          — te lo agradezco.—  nuevamente levante el rostro y lo mire directamente — ¿cómo se encuentra ja...— me interrumpió.
          — te tengo muy buenas noticias, más bien, las mejores que podrás escuchar...— cerré la boca y suspire, proseguí a escucharlo — conseguí, por medio de unos contactos de la empresa, unos papeles para poder sacarte de aquí, ¡mañana mismo volverás a casa!— abrió los ojos como platos y me cerré con fuerza mis puños.
             —¿qué acabas de decir?— pensé que mi emoción de verlo había transformado sus palabras.
           — volverás a casa mañana.— se levanta y sacude mi cabello para después alejarse sin decir nada más.
Me le quedé mirando mientras se alejaba, procesando la información en mi cabeza, y un suspiro de alivio al fin salió de mi. Si era cierto lo que Liu acababa de decir, mañana volvería a casa.

Al atardecer, los que habían sido visitados dentro de aquí, tenían que volver a sus habitaciones, los que habían salido, tenían un límite de volver hasta las 11:30.
Yo ya me encontraba empacando, Ronaldo me había dejado sin mi camisa y solo me estaba observando desde la puerta.
— Jeff, toda tu ropa cabría si la acomodaras bien.— dijo mientras se reía, ya que me encontraba peleando con la maleta.
— no importa cómo vaya, lo que importa es que ya me iré.— dije exaltado — además...— calle al ver a un guardia en la puerta, Ronaldo se dio cuenta igual y dio media vuelta de inmediato.
—¿no te habían advertido ya de que no puedes tener a ese psicopata aquí adentro sin camisa?— dio dos pasos dentro de la habitación y tomo con fuerza su cinturón. Ronaldo se inclinó un poco y pidió disculpas. —ya me avisaron las enfermeras de que también se la quitaste en la hora de visita, en serio es una locura, ¡sin camisa en el patio!— sacó su vara golpeadora y la tomo entre sus dos manos.
— su tratamiento a ido muy bien, ahora es muy calmado y creí que podría andar sin problemas.—
—¡pues creíste mal!, es un asesino, un psicopata desquiciado, un enfermo mental, un...— mi paciencia se agotó y me levante.
— bueno, bueno, ya entendí, ¿no?, soy una mierda de persona lo sé, ¿y tú qué?, ¿crees que el ser oficial te hace mejor persona?...— me fui acercando a él hasta quedar a solo unos centímetros y comencé a hablar más bajo — tú y yo somos iguales, queremos poder, el querer sentirnos arriba de todo, el arremeter contra vidas inocentes solo para demostrar que somos fuertes.— se me quedó viendo firmemente.
— ¿qué te hace pensar que quiero eso?— pregunto de manera sinica.
— la manera en que te paras, la manera en que hacer sentir menos a alguien, la manera en que te pones a provocar miedo, también no creas que no te he visto follarte a las enfermeras, pero no creas que lo hacen por gusto, lo hacen por miedo a que las mates... — estas palabras me quedaban justas, y eso me molestaba, así que retrocedí y seguí en mi maleta — justo como yo lo hacía.—
— idiota, yo no soy tu.—gire mi rostro para verlo una vez más y recibí un puñetazo en la cara haciéndome caer y sangrar de manera inmediata.
— ¡porfavor deténgase!, ¡usted sabe que puede perder su trabajo por esto!— grito Ronaldo mientras lo alejaba de mi — ¡lárguese!—
Vi que el oficial se quedo con ganas de más, y yo de igual manera, pero era mayor mi deseo de irme, claramente, aunque sí el oficial se quejaba, podrían ponerme un punto malo y no dejarme salir, ahora eso era lo que me preocupaba.

-TRUST ISSUES- [+15]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora