-TRUST ISSUES- [+15]

2da. TEMPORADA. capitulo 30

Inmediatamente me quita de un empujón y de levanta con dificultad para caminar hacia su peinador.

— Si sólo has venido a molestarme, entonces es mejor que te largues por que yo no te quiero aquí.—

Torcí el ceño y me dejé caer sobre la cama nuevamente con mis ojos clavados en ella, ¿por que me estaba repudiando tanto? Entendía su molestia, pero yo venía con mucha seguridad de que la recuperaría con el simple hecho de presentármele en frente, pero lo único que me he ganado es ser apartado y sin siquiera tener la oportunidad de tocarla como he querido.
Se termina de cambiar, un lindo vestido verde suelto tipo camiseta que asienta más su redonda panza y unas sandalias cómodas mientras que el cabello se lo deja suelto por lo húmedo.

— Meteré a lavar tu ropa y después a secar para que te puedas cambiar...— sacó mi ropa del baño en la canasta donde la había dejado junto con ropa de ella, justo cuando sale del cuarto me levanto detrás de ella y le quito la canasta para seguirla a donde sea que se encuentre la lavadora.

— Jane, yo...— dije detrás de ella mientras bajábamos las escaleras — se que... mi comportamiento no fue el correcto y que dije cosas muy hirientes, sentía mucha presión y mi medicamento no me estaba funcionando por tal razón, pero ahora que he descansado y el medicamento hace su función puedo decirte que aquí me voy a quedar con ustedes dos...—

No dice nada y sigue caminando, llegamos a un pequeño cuarto al fondo de la cocina que parece ser la lavandería y abre la lavadora apuntando hacia dentro, entiendo su mensaje y tomo mi ropa para hecharla dentro.

— Deja la canasta por aquí, ya después lavaré la mía—.

Se sienta en un banco de madera y respira agitada mientras su mandíbula se tensa y hecha hacia atrás la cabeza.

—¿Que te pasa?, ¿todo bien?.— pregunté algo preocupado y dejé la canasta en el suelo para acercarme a ella. Asiente para suspirar.

— Si, estoy bien, solo me cansa caminar.— acaricié su cabello para después frotar un poco su espalda e hincarme frente a ella. La miro detalladamente y noto sus ojos llorosos, mira hacia otro lado y suelta un último suspiro.

— ¿Que tienes?— pregunté mientras me acercaba un poco más, podía notar su cansancio y mirada triste. De golpe lágrimas empiezan a salir de sus ojos y ella sigue mirando hacia otro lado mientras evita torcer la boca para no llorar.

— Todo esto ha sido tan... tan difícil Jeff, y nadie ha estado aquí para ayudarme, ni siquiera para atarme los zapatos, y yo... yo estoy muy cansada, deforme, me duele mi espalda todo el tiempo y no puedo ni respirar, todo esto me lo he tenido que aguantar por mi orgullo y por tú no querer estar conmigo.— finalmente sucumbió a hacer una cara de puchero y soltarse en llanto.

No pude evitar sentirme mal, torcí mis labios en incomodidad y frote sus muslos tratando de reconfortarla un poco, haciéndole saber que estaba arrepentido pero que ya estaba aquí, y que aquí era donde me quería quedar.

— Yo...— tenía que elegir mis palabras sabiamente sin hacer una biblia de disculpas — lo siento tanto Jane, de haber podido predecir que la pasarías tan mal yo... desearía haber podido ser quien necesitabas desde el principio y sin embargo yo, yo solo te deje ir, ¿por que no te quedaste con Marian?, ¿por que fuiste tan terca y te viniste a vivir sola?.—

Traté de mantener la calma para no mortificarla más con emociones fuertes innecesarias.

— Yo no quería ser un estorbo para ella y su familia.— sollozó mientras se trataba de secar las lágrimas que seguían cayendo de sus ojos. — Este es mi problema, no de otros.—

Mi incline más hacia ella mientas entrelazaba mis dedos en su cabello y mis pulgares secaban parte de sus lágrimas.

— Oh mi linda Jane, tú jamás serías un estorbo, ¿quieres que te ayude a llegar a tu cuarto para que descanses?— besé ambas mejillas sintiendo sus saladas lágrimas sobre mis labios. Ella asintió y respiro profundo para calmarse mientras se ponía de pie. — Yo te voy a llevar.— la cargue a modo de recién casados y ella negó.

— No quiero que me cargues así, me vas a tirar, tienes el pie lastimado.—
Me reí mientras sacudía la cabeza y empezaba a acercarme a las escaleras para subir, ella no estaba tan pesada como me imaginé que estaría, podía con ella.

— Yo jamás te dejaré caer Jane, puedo ignorar el dolor por ti.—

Una vez en su habitación la recuesto sobre la cama con cuidado y la ayudo a quitarse las sandalias, ella se cubre con sus sábanas blancas y yo me siento en la orilla de la cama a la altura de su barriga, la miro unos segundos y después su rostro, acercó mi mano con cuidado y froto su panza con cuidado encima de la sábana, después de uno o dos minutos me meto bajo las sábanas con ella que inmediatamente me da la espalda y yo la abrazo por detrás mientras mi rostro de entierra en su cuello.

        — te extrañe mucho Jane, Liu también te extraña, pero obviamente a mi eres al que le hace falta.— susurre para darle unos besos en su nuca.

        —yo también los extrañé, pero ya no quería rogar tú aten...— no la deje hablar ya que la tomé de la mandíbula mientras me levantaba un poco para encontrarme con su mirada, bese su mejilla repetidas veces hasta llegar a la esquina de sus labios, donde trató de apartarse pero no la dejé.

        — Jane, te amo tanto que me duele y me calcina el alma no tenerte, dime que te vas a quedar conmigo para siempre, es que tú eres mía Jane, tu y esa bebé son mías.— me incliné hasta besarla nuevamente, ahora sin sentir tanta resistencia pude meter mi lengua en su boca forzando la suya para moverse también.

Mientras más intensificaba el beso mi mano pasó de su mandíbula a deslizarse por el cuello del vestido para tomar uno de sus pechos y acariciarlo.

        —Jeff...— gime sobre mis labios mientras la sigo besando.

        — Shh...— beso nuevamente su mejilla y paso a su cuello ahora más apasionado. —¿no me extrañaste?, ¿no extrañaste mis caricias ni mis besos amor?...— susurré entre los besos que le seguía dando.

Su respiración y la mía ya estaban agitadas, ya no me empujo ni me apartó, así que con mi otra mano quite la toalla de mi cintura y después se deslizó hacia su ropa interior par acariciarla por encima por unos minutos mientras mis labios se volvían a conectar con los suyos en un beso ahora si correspondido.

        — n-no estoy muy cómoda con esto...— se aparta un poco y vuelve a dejar caer su cabeza en la almohada. Besé su espalda mientras movía de lado su ropa interior y me empezaba a frotar en ella.

        — puedes quedarte así y dejaré la sábana encima si eso te hace sentir más cómoda, pero te necesito ya...—