Capitulo 25.

1.5K 90 22
                                        

Al terminar de cambiarme, recogí mi cabello en una coleta y me aplique un poco de labial rojo.
           — ¿todavía piensas ir?, pierdes el tiempo Jane, ¿dime qué vas a conseguir con eso?— dijo Liu mientras cubría a Lane con una manta.
         — me ayudaría a entender más a Jeff, de eso estoy segura.— me acerqué a Lane y le di un beso en la frente para después acomodarle el cabello.
          — de acuerdo, si eso te hace sentir mejor, adelante.—  dijo rindiéndose y en un tono molesto, suspire y le di un beso en la mejilla, me miró de reojo y medio sonrío — no estoy molesto, adelante, Jeff llegará hasta la noche.— baje las escaleras y salí de la casa de forma calmada.
  Comencé a caminar por la banqueta, me coloqué el gorro de la sudadera y metí mis manos en los bolsillos, la única información que tengo de esa chica es su nombre, Marian y que vive en un departamento, ¡gran idea Jane!, debí sacarle más información a Liu.
          — disculpe señor...— llame la atención de un viejo que barría la calle — ¿departamentos cerca de aquí?, ando un poco perdida.— se acomodó su gorra y sonrío amablemente.
          — mire mija, usted va a caminar hasta la plaza principal, después va a agarrar la calle Lincon y baja hasta el segundo semáforo, ahí vera una casa de tres pisos azul, ese es el único edificio que yo conozco que renta y vende habitaciones.— agradecí e hice caso a las indicaciones que me había dado el señor.
 
Al llegar afuera del la gigante casa, trague saliva por los nervios que sentía, ¿qué tal que escuchaba algo que me doliera o no me gustara?, son riesgos que se deben tomar.
  Entre y en seguida me encontré con una recepción y una señora pelirroja sentada detrás de un escritorio.
         — disculpe, busco el departamento de... ¿Marian?— reí nerviosa, la señora alzo una de sus cejas tatuadas y comenzó a escribir en su computadora dinosaurio.
         — ¿Qué es usted de ella?— que molesto tono de voz tenía.
         — somos... ¡Amigas de la infancia!, y bueno, al fin decidí visitarla y...— me interrumpió la vieja decrépita.
        — sabe que aquí se encuentran varias Marian, ¿cuál es el apellido de su amiga de la infancia?— ella sabía bien que estaba mintiendo, y me lo preguntaba intencionalmente, ahora estaba en mi lista negra.
          — es... claramente es...— en eso suena su voz detrás de mí.
          — tu...— mire detrás mío y era esa Marian, sonreí hasta más no poder y corri a abrazarla. — ¿pero qué...—
         — cállate y sígueme la corriente...— susurre amenazante — ¡tanto tiempo sin verte Marian!, ¿cómo has estado?— forzó su sonrisa y me separo delicadamente de ella.
          — muy bien, ¿cómo has estado tú?, vayamos a mi departamento, pasa...— me empujó para avanzar primero y me despedí con sonrisa sarcástica de la vieja que solo torció la boca.
Subimos hasta el tercer piso por las escaleras, al parecer la casa solo vendía el segundo y tercer piso, ya que el primer es recepción.
          — ¿qué es lo que quieres?— pregunto mientras abría la puerta y entrábamos a la sala.
         — quiero que me cuentes todo sobre tú y Jeff, eso es lo que quiero.— mencione con firmeza y me senté en su sofá café.
          —¿y tú eres?— dejó su mandado sobre la mesa de madera y comenzó a servir dos copas de vino.
          — Jane Arkensaw o Jane the killer, como gustes llamarme.— se sentó en el sofá opuesto al mío y me estiró una copa.
          — ¿Jane?, así que tú eres la famosa Jane.— tomo un sorbo de su copa y la mire confundida — Jeff siempre te mencionaba, era irritante el todos los días escucharlo, pero a la vez era algo muy tierno.— me quede atenta escuchándola. — nos conocimos hace dos años, yo había salido a trabajar como todas las noches, en espera de un cliente, de pronto un hombre con una capucha encima pasó por delante de mí y me indicó que lo siguiera, dude al principio, pero después enseño un fajo de dinero y lo seguí. Llegamos a un callejón y en un parpadeo yo ya estaba contra la pared y un cuchillo en mi cuello, a punto de cortar mi piel, no sabía qué hacer, tenía mucho miedo...— tomo un trago de su copa — se quedó mirándome unos segundos, como que empezó a dudar sobre si matarme o no. De pronto pregunto por mi nombre con una voz ronca y profunda, se lo dije con dificultad, después quito el cuchillo de mi cuello y me limpió las lágrimas, me dio el dinero y se fue, desapareció en otro parpadeo.—
           — normalmente solo le perdona la vida a niños...— susurre.
         — ¿en serio?, entonces yo creo que el parecerme a ti me salvó.— abrí los ojos como platos y reí sarcásticamente — o bueno, eso es lo que él dice... Un mes siguió visitándome, establecimos una buena relación, y yo le había tomado cariño. La última vez que me visitó me exigió que dejara mi trabajo, que dejará la prostitución y me fuera a vivir con el; obviamente acepté, compro este departamento y nos establecimos enseguida, el ganaba bien, no sé qué trabajo tendría un asesino, pero me advirtió que no anduviera en donde no me importaba, así que solo ignore lo que lo rodeaba a él y me centré en el amor. Lo hacíamos cada...— la interrumpí.
         — mira, no me cuentes detalles sexuales, solo lo importante— no quería escuchar sus aventuras. Ella rió y continuó.
         — bueno, el caso es que parecíamos una pareja normal, solo que claro, todo hombre tiene sus problemas, llegaba ebrio, drogado, por cualquier cosa me gritaba o se enojaba, es muy explosivo. Y pues, cuando él quería se tenía que hacer e incluso si yo no quería.— su rostro comenzó a tornarse triste por algún motivo.
          — ¿como que cuando él quería?, ¿qué?— no le entendía.
          — piénsalo y comprenderás... El caso, que a pesar de todo el amor que le entregue, él siempre me vio como una barata sustitución de ti, ya que como mencioné, él siempre hablaba de ti, del como eras, sus peleas, el como se llevaban antes de que el cayera en la locura; sabes, me sentía muy celosa, yo quería ser la persona que siempre fuera mencionada por su boca, pero jamás lo logré.— dejó la copa sobre la mesilla y suspiro profundamente. — un día no volvió, pensé que había sido por su trabajo y algo que había mencionado de su hermano, decidí no preguntar ni meterme en sus asuntos, si no se lo dirá muy molesto y violento. Pero apenas hoy reuní el valor suficiente para ir y buscarlo, ¿un poco deprimente no?—
  Esta chica de verdad me deprimía, Jeff la trataba tan mal y ella aún seguía ahí amándolo y esperando por el.
         — y... ¿Ahora qué piensas hacer?— pregunte.
         — bueno, es probable que venga más noche o me hable, probablemente me abandone, me saque de aquí y regresare a mi vida de antes... ¿Necesitas algo más?, tengo algunas cosas que hacer—. se levanto y me levante junto con ella.
         — ¿lo amas?— pregunte por último.
          — más que a mi propia vida.— sonrío y sacudió su vestido.
        — me sorprende que me contaras todo.—
         — ¿de qué me serviría no contarle nada a la famosa Jane?— camino a la cocina y comenzó a sacar ingredientes de sus bolsas. — solo no le digas que te conté todo, me mataría.— harina, huevo, fresas, queso crema, ¿acaso...?
         — ¿harás un pastel de fresas?, no es por ser presumida pero soy muy buena haciéndolo.— me coloqué a un lado de ella y me miró un poco molesta.
          — apenas he estado empezando a cocinar, me he estado alimentando muy mal. Esto lo vi en la televisión y se me antojo demasiado, pero no encontré ya hecho.—
          — te puedo ayudar si gustas...— sonreí lo más sinceramente posible.
         — si gustas...—

-TRUST ISSUES- [+15]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora