Capitulo 33.

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Después de terminada nuestra terapia en la azotea junto con el atardecer, al caer la noche, subimos al auto nuevamente y arrancamos hacia la última dirección que Jeff tenía apuntada.
Decidí dormirme en el camino, tenía algo de vergüenza ahora por el show que monte, Jeff me había prestado una sudadera que tenía en la cajuela, ya que el sereno empezaba a sentirse y yo no había tomado nada de abrigo para mí.
— Jane, Jane...— susurro la tierna voz de Jeff mientras me agitaba suavemente "despertándome". — ya hemos llegado.— abrí mis ojos y me estiré para mirar alrededor mío.
—¿dónde...— había reconocido el lugar, quede perpleja, baje del auto desesperada y seguí mirando alrededor.
Era nuestro viejo vecindario, habían remodelado el pavimento y cortado algunos árboles más la remodelación de algunas casas, pero aún se podía sentir esa aura de paz y calidez hogareña. Me tomé de los costados de mis brazos y comencé a caminar por el pavimento húmedo. Gire a mi izquierda y Jeff ya se encontraba en la puerta de donde era su casa y de Liu.
Me coloqué a su lado, ambas casas, tanto la mía como la de el, tenían cintas de precaución, se encontraban en mal estado, descuidadas y claramente muy abandonadas.
Ambos respiramos hondo y entramos, unas velas y rosas formaban un camino que nos llevaba hasta el comedor. Donde una mesa, dos sillas y demás utensilios en buen estado se encontraban bien colocados y listos para darnos la bienvenida.
—¿y esto?— dije mientras era la primera que me sentaba gracias a Jeff quien separó la silla.
— bueno, Liu me ayudo. Quería que el despedirme de ti fuera, ¿lindo?— se sentó y dejo ver lo que había en la gran charola de plata.
              — todo tan lindo y romántico, ¿y cenaremos pizza?— me reí.
            — teníamos que poner algo que supiera rico tanto caliente como frío.— se encogió de hombros y tomo una rebanada, al igual que yo, no me pondría de especial en estos momentos que él se está esforzando tanto por quedar bien.
   Comenzamos a comer y charlar un poco, más que nada, recuerdos y momentos que pasamos juntos en su casa de niños.
           — ¿recuerdas cuando quisiste seguirnos el paso a mí y a Liu pero solo lograste caerte y rasparte por completo las rodillas?— dijo para después soltarse a carcajadas.
          — oye, yo recuerdo como ambos corrían a rescatarme y cargándome me llevaron a mi casa.— me queje mientras al mismo tiempo evitaba no reírme.
         — pero en el fondo me estaba riendo, la verdad es que, cuando te dejamos en tu casa, al darnos media vuelta nos atacamos de risa.— le lance una servilleta y el la esquivo mientras se calmaba poco a poco. — eran buenos tiempos, donde yo no necesitaba nada más que ustedes dos para ser feliz.— dejó la orilla de pan en su plato y desabrocho su cinturón.
—¿no comerás eso?— negó y decidí estirarme para tomar esa pobre orilla y comerla. — que desperdicio de tu parte.— rió y fijo sus ojos en mi.
— te agradezco Jane, por todo.— se levanta y desabrocha dos botones de su camisa — ¿qué tal si nos vamos ya?, no quiero tener ni un segundo más esta camisa.— me reí y asentí, mientras me levantaba, sorpresivamente tomaba de mis mejillas pegándome a él y a su rostro al mismo tiempo.
— ¿qué pasa?— pregunte nerviosa.
— tienes sucia la cara.— pasó un pedazo de su manga sobre mis labios y después lamió la yema de su pulgar para limpiar la comisura.
Aproveche y comencé a mirar con detalle sus ojos azules, qué bonito color de ojos, me recuerda al cielo y al mismo tiempo el mar frío de los polos. Baje un poco más mi mirada y me encontré con sus labios, quería besarlo, no podía resistirme, es como el estar a dieta y que te encuentres un pastel en la cocina. Hice un movimiento minúsculo, casi inobservable hacia adelante, me la pensé dos veces antes de avanzar más, ¿qué tal que se enojaba?, pero, ¿acaso me podía rechazar más?, aún estaba la opción de que esquivara mi intento y me dejara en ridiculo nuevamente.
Deje de pensar en el momento que sentí que su pulgar se alejaba de mi comisura, apreté un poco los dientes y los afloje en cuanto mis labios chocaron con los de Jeff, cerré los ojos fuerte y lo abrace por el cuello, esperando lo peor. Pero jamás pasó lo peor, en cambio, recibí una respuesta positiva, correspondió mi beso mientras me abrazaba por la cintura.
Me separé unos segundos y lo mire mientras sonreía de lado y acariciaba su mejilla.
              —¿por qué no me has rechazado?— pregunte.
         — si no lo hacías tú, probablemente lo hubiera hecho yo.— nos miramos por unos milisegundos, no haríamos nada, no continuaríamos el beso, pude leerlo en su expresión, pude notarlo en sus palabras y pude sentirlo de alguna extraña forma. Lo solté lentamente y me separé aclarando mi garganta mientras el hacia lo mismo.
— entonces, volvamos a casa, tengo que empacar mis cosas ya que salgo en cinco horas.— asentí levemente y volvimos al auto.
  Jeff lo encendió, miro por la ventana unos instantes su casa, después la mía que queda al frente para al final mirarme a mí.
         — ¿no quieres entrar a tu casa?—. Pregunto. Negué rotundamente y me encogí de hombros. Regresar ahí solo me recordaría el motivo por el que odiaba a Jeff, caería nuevamente en depresión, ya lo había superado. — bien, entonces, andando.—

-TRUST ISSUES- [+15]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora