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Todo fue más lento que la última vez, en esta ocasión  tuvimos que esperarlos para que fueran por nosotras.
Las niñas habían descansado, pero los ánimos para luchar no eran los de antes.
Los nervios me mataban, no sabía si el plan saldría sin Adam, si podríamos sin él.
No sé cómo hacerlo sin él.
Él era el arma secreta, él era el plan.
Pero ya no cuenta él. Ya no debe.

Notaba también como los nervios crecía en todas. Una chica empezó a llorar y mecerse en su cama. Adelante y atrás, adelante y atrás.
Otras jugaban con sus manos exageradamente mientras otras lloraban en silencio.

-¿Qué vamos a hacer?

Miré a Angélica, quién no sabía que responder. Esperaba otro discurso, un plan en el que pudiéramos confiar. Pero no solo con las ganas saldremos.

-Angélica...

Sus ojos no me veían, ellos estaban puestos en la pared. Después me miró, sus ojos estaban rojos y casi vacíos.

-No sé.

Tan pronto como acabó las puertas se abrieron y llegaron los cinco. Acompañados de soldados armados.
No escuché lo que se dijo, estaba sorda como para escucharlos y obedecerlos. ¿Íbamos a morir? ¿Tan fácil?

-No Angélica -dije ya avanzando- no nos vamos a dejar morir, sé que no tenemos un plan pero... Hay que pelar, hay que demostrar que los entrenamientos que tenemos todos los días nos han servido. Hay que estar juntas.

-Sí -dijo Angélica decidida- lo lograremos.

Ya no veía a alguien con miedo en ella, veía a toda una guerrera. Todo lo que es. Tantas cosas por las que ha pasado la hacen eso.

En poco tiempo en el que avanzábamos juntaron a los hombres, quienes aparentaban no tener miedo, pero sus miradas decían "¡No quiero morir!"

Tenía a las niñas tomadas de las manos, una de cada lado. No querían entrar al juego, nadie, supongo.
Rachel no estaba en el gran grupo, lo mas posible es que Aitor la haya escondido.

No se, pero incluso me sentí algo bien por ella. Salvará su vida.

Pronto entramos a un pasillo más pequeño, el cual hacia a todos chocar.
Sentí unos pasos detrás de mí, más percibidos que los demás.

-Te arrepentirás, te lo dije...tú serás la primera a la que ataque, no tendré piedad y cuando llegue el momento te asesinare de la forma más horrible que te imagines.

Solo vi al joven alejarse, aquel que me dió tantos problemas en el transcurso de nuestra estancia aquí.

No le tengo miedo, he hecho tantas cosas que no creí que fuera capaz de lograrlas, todas esas veces queriendo salvar a alguien...está vez lo haré por mí.
Pelearé.

Frente a mí había una chica, era delgada como un palo, y sus huesos se notaban en todas partes. Pellejo pegado al huesos.
Sus pies comenzaron a tambalear, y los cruzaba, querendón mantener el equilibrio, pero pocos poco bajaba más.
Hasta que cayó en el suelo de un segundo a otro, muchos siguieron avanzando, cómo si hubiera sido una mosca la que se desvaneció. Solté las manos de las niñas y me acerqué a ella.

Sus labios estaban secos, su cuerpo pesaba tan poco, más de lo que creí.

-Oye, oye... estás bien...

Dije, como cualquier tonta sin nada que decir.

-Salvate...- su voz era débil, tanto que necesitaba acercarme más a ella- te he visto, a ti y a tus amigas...se ven muy bien juntas, hagan todo lo posible por sobrevivir- se acercó a mí y tomó mi cara antes de acabar de hablar.

Sus ojos se volvieron blancos, y pude sentir su último aliento chocar con mi mejilla, mientras mis lágrimas llenaban su cara.

-Lo haré.

Me acerqué a ella y la abracé.
Pero algunos soldados empezaron a gritar, y tuve que levantarme, y dejar el cuerpo sin vida en el suelo.

Avancé corriendo hacia Angélica y me tomó hacia ella, y me recargue en su hombro.

-Me pidió un favor.

-¿Cuál fue?

-Que hiciéramos todo lo posible por sobrevivir...

-Lo cumplirás...

Me sonrió. Y asentí.

Seguimos caminando, giré la cabeza para bee por última vez a la chica; pero ya no estaba.
Suspiré.

-Pan comido...- dijo Angélica sonriendo hacia el frente.

-¿Qué?

-Pan comido.

-No, aún no tengo hambre.

-No me refiero a eso, es sólo una expresión, lo que quiere decir es que será fácil.

-Ah sí.

Miraba a las niñas, bueno, ya no eran tan niñas, ya habían crecido bastante como para ser unas señoritas.
Vallolet tenía los ojos como unos platos, estaba asustada, y lloraba con unas pequeñas lágrimas. Tomaba grandes suspiros, como si le faltara el aire, pero le faltaba otra cosa.
Yaiza mantenía su cara tan dura como una piedra, y no expresaba nada, solo sus ojos, quiénes la delataban. Sus cejas gruesas y oscuras se juntaban una con la otra, mostrando su enojo. O su furia, su impotencia. Su cara era...no se, algo como para poder pintar, por un lado demostraba dureza, pero por otro lado, demostraba tristeza.
La necesitaban, necesitaban a Deka. Pero no. No se podía.

Nos metieron al mismo lugar que ayer. Y como antes, todo estaba oscuro.

-Buenos días a todos. Sabemos que están asustados, peo es normal. Les pedimos que hagan todo lo posible por sobrevivir, pero ustedes. En este tipo de circunstancias no cabe el amor, ni la bondad, amistad, olvidarán todo eso cuando vean que su vida está en juego. Y literalmente, estarán en un juego. Aquí mi compañero Aitor lo presentará.

La comandante Renata terminó de hablar, estirando su mano hacia Aitor. Quien no sonreía.

-Estos juegos, parecerán como los del día de ayer, pero cambiarán. Totalmente, ya que esta vez habrá ganadores y perdedores. No les diremos cuántos podrán ser salvados, pero sonará esto- un sonido fuerte se escuchó- y sabrán que son los ganadores.
Espero que pelen con entusiasmo- juntó las manos como si recibiera una sorpresa- para que así, logren ganar, pero no solo eso, habrá premios tanto físicas como honores.
Les deseamos lo mejor. Sin más que decir. Que los juegos comiencen, que gane la inteligencia o la fuerza. Suerte.

Los pelos se me pusieron de punta.

-Ya saben qué hacer chicas, no se preocupen, todo saldrá bien si nos mantenemos juntas.

Angélica nos sonrió y se puso en un cuadro.
Los mismo hicimos todas. Me dispuse a iniciar en uno negro.

El horrible sonido de inicio apareció, y se elevó una chica, gritaba y pataleaba en el aire mientras se deshacía. Mire atrás, veía como detrás de un vidrio se encontraban los que controlaban a quién enviar. Presionaban un botón y el sonido se escuchaba,y una personas se iba.
La pantalla se prendió, dejando ver a los jugadores que ya estaban adentro, golpeándose entre ellos.
Nosotras nos movíamos de un lugar a otro, tratando de mantenernos juntas.
Pum. De nuevo el sonido. Casi sin notarlo estaba en el aire, miré hacia abajo y las chicas me veían.

Veía sus labios moverse, y sus ojos alarmados; algunos de ellos con lágrimas.
Tenía miedo.
Ahora todo era de verdad.
La sangre, las heridas, la muerte.
Estábamos tan cerca de nuestro posible final.

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Hola.
De verdad disculpen por tanta tardanza, se que fue exageradamente mucho tiempo. Y se, que algunos de ustedes ya esperaban que esté fuera el último capítulo. Pero escuché el consejo de algunas amigas, me dijeron que lo dividiera para que no estuviera tan largo y no se aburrieran.
Voy a procurar subir el siguiente capítulo mucho más rápido que este, el cual, posiblemente, sea el último.

Gracias a todos por esperar.

Atte.
Yajaira Barrientos.

Inteligencia y FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora