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Recuerdo la voz de mi madre. "Lo mas importante es la familia" pensaba que exageraba, que solo decía cursilería y media para parecer a papá. Pero ahora lo entiendo, ahora veo lo que significaba todo aquello, todo lo que abarcaba. Era todo.

El tiempo que había estado sin ellos, sin tocarlos ni hablarles, había conseguido una nueva familia, e igual, daría todo por ellos, como mi familia lo hizo conmigo.

Vallolet era parte de mi nueva familia y no la dejaría morir.
No lo maté, no me quería atrever si no, sería como todos, una cínica.
Dejé al joven con una herida en el hombro y tomé su cuchillo. Así podría tener dos.

-Hay que movernos rápido, tus hermanas vendrán pronto.

La tomé de la mano, y por más que miraba a los lados no veía ninguna parte segura, todo estaba al descubierto.
Alguien me sostuvo por el brazo, giré bruscamente y apreté el cuchillo.
Era Angélica y detrás de ella se encontraba Nicole a la vigilia.

-¡Muévete!

Me gritó. Vallolet y yo las seguimos. Ellas eran las expertas, ya habían estado aquí antes. Conocían el terreno.
Llegamos a un auto volcado y nos metimos dentro de él.

-¿Dónde están las demás?- Nicole preguntó.

Era cierto, las niñas. Avancé sin mirarlas, sabía que no me dejarían ir sola, ni siquiera yo dejaría ir a alguien sin experiencia, sin nada a su favor. Pero era algo que quería y necesitaba hacer.

Me moví normal, no corrí por buscar a las niñas que posiblemente estaban juntas, si no, el trabajo se duplicaría.

A lo lejos las pude ver. No las reconocía tan fácilmente. Yaiza sostenía un gran cuchillo en su mano, incluso mas grande que los que yo tenía. Lo agitaba a su alrededor, donde tres chicos las rodeaban. Deka lloraba detrás de ella. Al poder distraerla, tomaron a Yaiza de los brazos y a Deka igual tan fácil como nada.

Ella seguía moviendo el cuchillo en círculos y pudo alcanzar a cortar a unos de los chicos de la pierna, se quejó de dolor y le dio un golpe en el estómago a Yaiza, Deka empezó a gritar que la dejaran.

Empecé a correr lo más rápido que pude. Quería llegar con ellas igual de rápido como con Vallolet.
Pero todo acabó. Gracias.
Vi y sentí como todos nos desaparecíamos en pequeñas luces.
Pronto estuvimos en la sala grande de blanco y negro.
Caí en el suelo casi delicadamente. Sin buscar recibí a las niñas con los brazos abiertos.
Todas ellas lloraban. Angélica y Nicole se acercaron.

-Lo hiciste bien.

-Lo hicimos- contesté.

Me puse en cuclillas a la altura de Deka.

-Fueron muy valientes... Les prometo que no volverá a suceder.

Las luces se prendieron con un blanco cegante. Ellos pasaron al frente mientras los demás se levantaban del suelo.

-Un buen desempeño chicos, me impresionaron. Hubiéramos podido dejarlos más adentro, pero al fin de cuentas solo era una probadita de lo que va a pasar mañana. Espero... que en estos juegos sobrevivan más.

Los pelos se me pusieron de punta, solo fue una pequeña parte de lo que sucederá...esto no fue nada, fue solo el inicio de el show que los privilegiados verán.

Estaba asustada, tenía miedo... pero en el fondo sabía que estaríamos la mayoría fuera del juego, donde todos los privilegiados pedirían piedad.

-Ahora,- la comandante Renata hablaba- irán a comer y por su gran esfuerzo, lo que queda del día no entrenarán, descansarán.

A mí alrededor se escucharon algunos suspiros de alivio. Estábamos cansados.

Inteligencia y FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora