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Todo estaría bien, haría que las niñas fueran fuertes, que soportaran.

Los ejercicios cada vez eran más difíciles, era más el dolor que se sentía, veía cómo las niñas estaban exhaustas, lo bueno era que en la noche ya no pasaban por tanto frío y ya no habían tenido tanta hambre como antes, iba algunas veces con Adam aunque no debía. Angélica siempre me reprendía, no lo hacía para molestarme, sabía que tenía razón, seguía siendo uno de los cinco, ella solo quería protegernos.

Mi cuerpo estaba cambiando, pero el entrenamiento estaba haciendo su efecto también en las niñas pero no tan marcado como yo;  Angélica y Nicole seguían igual, siempre fortalecidas y fuertes. Prefería trabajar en el campo que ir a los entrenamientos, era demasiado.

Angélica iba a ver a las niñas junto con Nicole varias veces, se querían mucho y eran una buena amistad para ellas, además de que Angélica sabía algo de medicina y ayudaba a Deka con las ampollas de sus pies y a Vallolet solía darle algunas medicinas y Yaiza... al parecer no le gustaba que se preocuparan por ella, pese a que tenía demasiadas cortadas y moretones.

Habían estado poniendo a pelear unas con otras, era horrible ver a la perdedora, siempre quedaba echa trizas, Yaiza ya había pasado por ello pero para su suerte fue alguien de su tamaño, ella ganó, tenía mucha fortaleza, me preocupaba más por sus hermanas que por ella.

Angélica me llamó lejos de las niñas y le hice caso, me interesaba saber cada cosa que decía, aunque algunas de ellas se trataran casi siempre de Adam. Nicole se quedó con la niñas y las arropó para dormir.

Noté que Angélica estaba algo preocupada.

— ¿Sigues yendo con ese hombre?

Asentí.

— No seas tonta, sabes que es uno de los cinco, tarde que temprano va a traicionarte, vas a hacer que todas suframos.

Pensé qué decir.

— Haré lo que pueda.

Respiró profundo y quiso marcharse pero la tomé del brazo, necesitaba respuestas y sabía que ella las tenía.

— Angélica dime por qué separaron los géneros, necesito respuestas sé que estuviste antes aquí, Adam me dijo.

Angélica abrió los ojos sorprendida pero después los cambió a enojo.

—No necesitas saber, suéltame.

Dijo con paciencia pero no lo hice. Vi cómo sus ojos empezaron a llenarse de algunas lágrimas a punto de caer.

— ¡Suéltame! — gritó y se soltó de mi agarre — Nicole vámonos.

Fue impresionante lo que hizo aunque no fue mucho, Nicole se levantó sin dudarlo. No debí preguntar, posiblemente había pasado por algo malo, preferí no recordárselo y dejar esa pregunta sin contestar, que al cabo no podría cambiar nada en absoluto.

Las niñas tenían ojos de pregunta pero me apenaba lo que había hecho y solo subí para dormir.

— Buenas noches.

Dijo Vallolet a lo lejos. Me sentía mal por ellas, por todas, menos las amigas de Aitor, odiables traidoras lo querían solo por conveniencia, ¿quién pudiera querer a un hombre como él? Me daban asco.

No podía dormir y me levanté con cuidado sin despertar a las niñas, me diriji al lugar de aseo para mojar mi cara, pero algo hizo que me detuviera y escondiera, miré a una de las de que estaban con nosotras, se llamaba Rachel, algunas ya las conocía de nombre por Nicole, quiso que conociera a algunas.

Vi como reía con Aitor, me hacían querer vomitar.

— Qué bonita estás esta noche.

Le dijo él, ella solo sonreía mientras él se le acercaba para darle un beso en los labios, era asqueroso, era más que repugnante. Preferí regresar a mi litera y dormir, aunque era imposible a causa de lo que vi, no sabía cómo ella podía estar con él, no lo amaba, de eso estaba segura, solo quería protección.

Duro toda la noche sin dormir he estado así desde lo que me dio a entender Adam acerca de que el que no es fuerte muere, las niñas serán fuertes, bien me dijo que no es nada fácil salir vivo, que suelen variar los triunfantes pero que no duran mucho, dice que al paso de algunos juegos fracasan, también comentó que los dos géneros se pueden ver pero que es muy difícil hacerlo, dice que hay un patio donde se pueden unir pero pocas personas, la verdad ya no tengo interés en ver a los jóvenes, solo que hay chicas que tienen familiares y novios del otro lado, también lo hago por ellas.

Es muy feo que todos te vigilen hay más hombres pero de ellos no me importa su nombre, son mandados por Aitor, al parecer él nos manda. Y lo peor es que no sólo me ven a mí, Angélica y Nicole lo notan, nos tienen en la mira a nosotras tres al parecer somos muy notables. Odio ser notable de esta manera.

El trabajo estuvo algo cansado, menos que otros días, la tierra nos ayudaba, ponía lodo en la cara y brazos de las niñas para que no les dañara mucho el sol, que al cabo después nos bañaríamos. Algo no tan malo era que el baño ya era por separado, teníamos nuestras propias regaderas, podíamos bañarnos sin ser vigiladas y por turnos; Adam mencionó que la primera vez fue con agua fría porque según ellos limpiaba mejor, que absurdo.

Ya era medio día y nos dirigimos al comedor, ahí era más tranquilidad, me gustaba ver a las niñas llenas de lodo, me agradaba la niñez, pero las disfrutaría más si en todo momento fuera así.

Angélica y Nicole se sentaron con nosotras como de costumbre y Nicole empezó a hablar con las niñas pero Angélica no decía ni una sola palabra, solo empezó a comer lentamente. Quería creer que se le pasaría el enojo, pero sabía  que fue muy desconsiderado el preguntarle cosas sin solución y sin importancia. La comida como siempre fue asquerosa pero al parecer Vallolet había subido algo de peso, ya no le importaba mucho el sabor de la comida, igual a Deka quien antes no comía nada.

Ya cuando acabamos de comer nos dirigíamos a la habitación para asearnos y después entrenar, pero presencie que algo no estaba bien, vi como Angélica se quedó atrás, estaba con Aitor, dejé a las niñas con Nicole y me acerqué a ella, se veía agitada, Aitor tocaba su cara de una forma que me hacía querer vomitar. Como a mí en la última vez.

— Aléjate de ella.

Espeté mientras apartaba la mano de él, Angélica le impresiono mi acción pero no tuve tiempo de pensar, Aitor la apartó y me golpeó pero esa vez no me desmayé, gran error posiblemente no me dejaría, siguió golpeándome a patadas en el suelo, intentaba detener sus golpes pero eran demasiado fuertes.

— ¡Alejen a las niñas!

Grité a Angélica y Nicole. Yaiza empezó a correr a mí y le dio un golpe en la mandíbula a Aitor antes de que él reaccionara para con ella jalé su brazo, Angélica logró alejar a Yaiza antes de que Aitor se reincorporara, me miró y siguió golpeando en varias partes de mi cuerpo, solo quería que las niñas estuvieran bien y esperaba que con ellas lo estuvieran, logré ver cómo Angélica y las niñas se alejaban, Yaiza daba patadas para que la dejaran, Vallolet y Deka solo lloraban de la mano de Nicole quien las sacaba del lugar. Era mejor.

Las botas de Aitor estaban demasiado duras, sentía cómo hundía su pie en mi estómago y más partes de mi cuerpo, dolía demasiado hasta que la oscuridad llegó a mi...

Inteligencia y FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora