Como siempre. No podía dormir nada. Y pues mas por lo ocurrido, todavía no lo puedo creer.
Vallolet quiso dormir hoy conmigo. Había llovido, pero ahora estaba haciendo calor y el sudor de Vallolet lo demostraba. A lo lejos veía la litera en la que por ultima vez estuvo Tirzah. Pero prefiero quitar todo lo relacionado con ella, puede ser que después la quiera recordar, pero ahora no, la herida todavía está sensible. Adam no pudo decir nada, después de mi show de hoy solo tomó mi mano y sonrió, pero ni siquiera pudo sonreír bien. Ni yo tampoco.Vallolet empezó a moverse mucho en la cama, incluso casi caía. De repente abrió los ojos, grandes y grises. Su respiración estaba agitada y empezó a llorar. No entendía por que lloraba del todo y solo la abracé.
-¿Lloras por Tirzah?
Sacó la cabeza de mi pecho.
-No, por mamá.
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El tío Dmitri como siempre dando halagos a mi padre. Ya me tenían aburrida y apuesto que a mi hermano igual. Mi mamá tuvo suerte por que estaba lavando los trastes. Era raro cuando mi tío no venía. Siempre venía junto con mi padre, no es que mi tío me caiga mal, es solo que... fastidia viniendo todos los días. Demasiado.
-¿Y cómo has estado pequeña Zenobia?
-Ya no es tan pequeña Dmitri, ya tiene trece años mi hija.
Dice mi padre con una sonrisa.
-He estado bien... no me quejo.
El asiente, no logra ver nada de ánimo en mi hablar y se dirige a mi hermano.
- ¿Y a ti cómo te ha ido campeón?
- No soy ningún campeón... perdí el torneo de béisbol.
Dijo con un nudo en la garganta.
-¿Enserio hijo? - siguió mi padre- no lo sabia, ¿cuándo fue eso?
-Fue hoy papá, solo que estabas trabajando y no pudiste ir a ver, como siempre.
Mi hermano no apartaba la vista del puré de papa y jugaba con él.
- Y otra vez las ñoñas de mi salón me molestaron, tengo una herida en la rodilla... no pude defenderme.
Estaba enojada con mi padre, no siempre sabía lo que pasaba en la casa... lo que nos pasaba. Me le quedé viendo directamente a los ojos con el fin de hacerlo sentir incómodo, y lo logre, hubo un silencio tenso, nadie hablaba. Mi madre dejó de lavar los platos y se acercó a sentar en la mesa.
-Hijos - la miramos- despídanse, es hora de dormir.
Mi hermano y yo nos levantamos y uno a uno nos despedimos de los presentes, odiaba que mi tío me diera un beso en la mejilla, yo nunca le había dado permiso de hacerlo. Nos despedimos de mi madre con un beso sincero y después nos acercamos con mi padre, tomé su mano y me despedí de él sin un beso, solo estrechamos la mano. Estaba enojada con él. Subí unos cuantos escalones para esperar a mi hermano que también subiera, finalmente subimos los dos. Estábamos lavando nuestros dientes cuando se escuchó cerrar una puerta.
- Se fue el tío.
- Lo se.
Contesté cortante.
- ¿Estás enojada?
- ¿Por qué siempre hacer preguntas tontas?
Sonrió y no pude evitar también sonreír.
Nos despedimos dándonos buenas noches y nos fuimos a nuestra respectivas habitaciones. Me puse la pijama con dificultad, me dolía la pierna que estaba lastimada. Me recosté en la cama y fue cuando todo empezó. Gritos y mas gritos de una pareja inconforme. Quería dormir pero los gritos no dejaban. Mis lágrimas salían, no quería llorar, ya estaba muy grande para llorar. Los gritos pararon. Después unos pies subiendo las escaleras, los escuchaba cada vez mas cerca, cerré los ojos para que la persona pensara que estaba dormida.

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Inteligencia y Fuerza
Bilim KurguNo ames. Siempre ama. ¿A qué voz obedecer? ¿Estará mal querer o amar? ¿Por qué pienso esto? Puede que algunas veces te hagas alguna de estas preguntas, yo lo hago todos los días desde que tengo memoria de ser yo... Zenobia. Obra corregida por @...