Capítulo 14 - La mejor venganza

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- Chicas ya he cumplido la misión.

Momo y Mina oyeron la voz de Sana desde dentro de la clase y la primera se acercó a abrirle la puerta con mucho cuidado de no resbalar con su propia trampa.

- Entra pero da un salto hasta el sitio seguro, no te vayas a caer. Dame la mano.

Con su ayuda, la pelinegra entró en la clase y se acercó a Mina mientras Momo volvía para terminar su trabajo.

- Solo quedan 5 minutos de descanso Minita, ¿ya lo tienes?

- Esto lo tendré en un minuto, mientras tanto necesito que me dejes tu móvil y que llenes los cubos de leche.

Sin rechistar se puso manos a la obra, por su parte, Mina terminó de hackear el sistema del instituto y conectó el móvil de Sana al ordenador. Quedaba nada para que el timbre anunciara el inicio de las clases así que se acercó a sus dos amigas que ya estaban desocupadas, hablando tranquilamente entre ellas.

- Esto es lo que vamos a hacer...

Cinco minutos después de que el timbre sonara todos los alumnos se encontraban ya en clase, excepto los tres buscados, Mina se había encargado de enviarles un mensaje aparentemente de parte del director diciendo que debían quedarse en la cafetería después del descanso. Momo se dirigió a ese lugar para poner en marcha el plan.

- ¡Eh! ¡Los inútiles de ahí! -Los divisó sentados en una mesa.

La reconocieron al instante, era una de las amigas de Mina.

- ¿Qué te pasa japonesita? ¿Quieres vengarte por cómo dejamos a tú amiga?

Los otros dos rieron exageradamente.

- ¿Quieres decir cuando os dio una paliza incluso siendo un uno contra tres?

Al escuchar esta provocación se levantaron los tres a la vez.

- ¿Qué quieres japonesita?

- Quiero deciros que vais de malotes y sólo sois unos gallinas. Dais pena.

La miraron con odio pero no se movieron así que tuvo que improvisar algo para que la persiguieran y poner en marcha el plan. Agarró una silla y se la lanzó. Ellos asustados, la esquivaron por poco.

- ¿Qué haces maldita loca? ¿Quieres pelea?

- ¿Pelea? Volveríais a salir llorando a casa, no sé si vale la pena.

- Tú lo has buscado.

El que parecía el líder se puso a correr hacia ella seguida de los otros dos así que Momo se puso a huir, camino al aula de informática.

- ¡No tienes escapatoria!

Asustada, llegó a su destino y entró de un salto, evitando caer en su propia trampa, y le dio indicaciones a las otras dos.

- Están a nada de llegar, agarra uno de los cubos ya Mina. Sana tu ya puedes empezar a grabar.

Dicho esto la pelinegra encendió la cámara de su teléfeno mientras las otras dos se colocaban a los lados, sin llegar a salir en el vídeo, a la espera de las tres víctimas. Los tres entraron corriendo a la sala, resbalando uno detrás de otro de manera cómica con la mantequilla que Momo había estado esparciendo por la entrada del aula. Intentaron levantarse y volvieron a caer, esta vez hacia arriba, viendo a las autoras del crimen. Sin embargo, antes de que pudieran pronunciar una palabra Momo y Mina arrojaron la leche a sus cabezas, dejándolos completamente empapados. Cuando los cubos estuvieron ya vacíos también se los tiraron. A este punto las tres japonesas no podían reprimir sus risas y las carcajadas se rebotaban entre las paredes de la sala. Mina se giró hacia Sana dándole una señal para que dejara de grabar pero esta decidió seguir un poco más. La menor se acercó a los tres chicos, se agachó delante de ellos para quedar a su altura y los miró desafiante.

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