Capítulo 35 - Confío en ti

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- Vamos a tu habitación.

Mina se sonrojó como nunca y Nayeon sonrió con superioridad.

- ¿Qué te pasa? ¿Ya no eres tan valiente?

Y por si fuera poco lamió y luego mordió los labios de su japonesa que solo pudo cerrar los ojos para disfrutarlo. Sin embargo, Nayeon seguía con su propuesta por lo que se levantó y agarró a su novia de la mano para que se pusiera de pie también.

- ¿Está bien? Parece que sea tu primera vez. -Pocas veces había visto a Mina tan nerviosa.

- Es la primera vez que estoy enamorada. -Confesó el motivo de sus nervios.

- También es la mía, no te creas tan especial. -Bromeó Nayeon antes de atraerla hacia ella y darle un dulce beso intentando calmarla.

Esto surgió efecto ya que ahora tomó la japonesa la delantera y la agarró de la mano para guiarla hasta la habitación como si estuviera en su propia casa. Cuando llegó cerró la puerta y empujó a Nayeon contra ella para volver a besarla con fiereza, retomando la pasión que se había abierto antes. Sus manos bajaron de la cintura a su culo apretándolo y acariciando y los besos bajaron hasta el cuello. La coreana solo intentaba retener los gemidos e intentó lanzarle una advertencia a su chica aunque le salió con muy poca autoridad.

- Cuidado... con...aah... las marcas...

Mina rió en su cuello, ya que no tenía pensado hacerle caso y siguió con lo que estaba haciendo. Nayeon, viéndose completamente dominada, empezó a desatar la camisa a Mina para equilibrar un poco la balanza. Al percatarse, la ayudó y se quitó la camisa, quedando en sujetador para después dejar a su novia en las mismas condiciones. Volvió a besarla y llegaron a trompicones hasta la cama, quedando tumbadas Mina encima de Nayeon. La primera empezó a acariciar los muslos de la coreana encendiéndola más y más. Volvió a besar con fiereza los labios de su novia arrancando de ella más de un gemido hasta que de repente se apartó un poco para mirarla a los ojos y subió una de las manos que estaba en los muslos a su mejilla para acariciarla. Las respiraciones de ambas estaban aceleradas.

- Eres preciosa. - Las mejillas de Nayeon se tiñeron de rojo. -Te amo.

Terminó la frase para darle un beso mucho más calmado pero lleno de amor y necesario.

- Yo también te amo Mina. -Nayeon habló nada más se separó.

La japonesa sonrió y bajó la mano que todavía estaba en la mejilla de su novia al sujetador de esta, cosa que alarmó a Nayeon.

- Eh eh, ¿qué haces?

- Voy a quitarte el sujetador. -Mina le respondió confusa, ¿no era obvio?

- Y-ya eso ya lo sé tonta.

Mina soltó una carcajada, le causaba demasiada ternura ver a la mayor tan avergonzada e insegura.

- Cariño que ya te he visto desnuda, ¿lo olvidabas?

- Se suponía que no habías mirado casi...

- ¿De verdad lo creíste?

- No.

Mina rió mientras se pegaba a su boca para darle un profundo beso, tratando así de calmarla. Sus pieles chocaban y empezaba a hacer tanto calor que parecía que se iban a fundir. La menor le desabotonó el pantalón a la mayor y esta vez no hubo ninguna queja, ella también lo necesitaba. Le quitó el pantalón completamente, dejando a Nayeon solo en ropa interior y la japonesa acarició suavemente el muslo interno de la otra, provocándole un sensual gemido.

- Aah... Mina...

Se mordió el labio para no decir lo que estaba pensando, pero Mina lo sabía perfectamente.

IronyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora