Capítulo 38 - Confesiones

1.6K 181 39
                                    

- Mi madre murió en el parto. La habían avisado de que era arriesgado, pero ella decidió seguir adelante sin hacer caso a las súplicas de mi padre por que no lo hiciera. Tal y como le advirtieron los médicos, no salió bien. Mi padre me hubiera dado en adopción si no fuese porque mi madre le hizo prometer antes de morir que me criaría. Él de verdad la amaba, por eso cumplió la promesa aunque me odiara con todo su ser. Ojalá no la hubiera cumplido. Tuve que aprender a hacerlo todo por mi misma lo más pronto que pude porque él nunca movió un dedo por mi. Desde que tengo memoria me ha estado repitiendo la misma frase, una y otra vez: mataste a tu madre. Cada vez que me pegaba una paliza, terminaba con esa frase, haciéndome creer que lo merecía. ¿No es lo mínimo que merece alguien que ha matado a su propia madre?

- Tu no la mataste Mina... -Nayeon habló con un hilo de voz.

Mina rió amargamente.

- Eres una niña, no entiendes que está pasando. Solo ves a un hombre que te hace llamarle papá ponerse a llorar después de haberte golpeado y gritarte una y otra vez que se lo has arrebatado todo matando al amor de su vida. Que no tienes madre porque tu misma te la quitaste y que no mereces que te pase nada bueno. Hasta hace poco me creía todo eso, por eso dejaba que me pegara. Creí que lo merecía.

La japonesa sintió la garganta arder y supo que estaba apunto de llorar así que estuvo apunto de levantarse e irse pero Nayeon pareció leer su mente y la atrajo hacia ella para abrazarla con fuerza. Ahora si que no pudo contener sus lágrimas y rompió a llorar en el hombro de Nayeon. Cuando se separó vio que su novia también tenía los ojos rojos de haber llorado.

- Tu no merecías nada de eso. Nadie lo hace. Voy a cuidarte para que a partir de ahora solo te pasen cosas buenas.

Mina rió un poco por esta afirmación.

- Vas a tener que esforzarte mucho, parece que atraigo a los problemas.

Nayeon se acercó para agarrarla de las mejillas y darle un tierno pero largo beso, transmitiendo en él todo el amor que le tenía. Cuando se separaron Mina siguió contando su historia, un poco más tranquila.

- Conocí a Sana y a Momo cuando fui a la escuela por primera vez, tendría unos seis años. Ellas ya se conocían porque sus madres eran amigas, pero para mi fue la primera vez que las vi. Desde entonces no nos hemos separado y no sé que sería de mi ahora sin ellas. Cuando tenía once años mi padre me dijo que nos mudábamos a Corea, estaba muy nervioso y no dio ninguna explicación, solo que nos íbamos.

Mina frenó en seco relatando estas memorias que tenía enterradas. Ahora entendía todo, claro que estaba nervioso, estaba planificando el asesinato del padre de Nayeon, fue por eso que se mudaron a Corea.

- ¿Mina?

La dulce voz de la coreana la sacó de sus pensamientos y siguió el relato. Debía contar todo paso a paso.

- Momo y Sana se mudaron también por mi. Sunmi y Yubin ni siquiera se lo pensaron, ellas querían cuidarme y ocuparse de mi por lo que fueron detrás. Sana lo tuvo un poco más difícil pero al final también acabó aquí. Tuve suerte de que fueran familias adineradas. -Pensó un poco antes de seguir la historia. -Lo de la banda fue porque necesitaba dinero para pagar una multa de mi padre. Nunca he dejado que Yubin y Sunmi me presten dinero y lo he ganado por mi mano. Fue la única forma que encontré de conseguir una buena cantidad de dinero en poco tiempo. Después, bueno, estuve un tiempo porque me gustaba ganar dinero fácil. Allí conocí a Minhyuk, el único con el que de verdad me llevé bien de toda aquella gente. Realmente podría decir que hasta entonces, fue mi único amigo aparte de Sana y Momo. Sin embargo, cuando me di cuenta de en lo que estaba metida fue cuando decidí salir sin mirar atrás y para empezar me cambié de colegio. Bueno, nos cambiamos. Sana y Momo me dijeron: "somos un pack", y vinieron conmigo.

IronyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora