Capítulo 18 - ¿A estudiar y a dormir?

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Aparcó la moto delante de su casa y ayudó a Nayeon a quitarse el casco.

- Mina... Tu padre no está en casa, ¿no?

- No debería estar, pero quédate aquí mientras lo compruebo.

Lejos de hacerle caso, se puso a andar inmediatamente detrás de ella, no iba a dejar que se enfrentara sola contra ese hombre que la golpeaba. Mina rodó los ojos pero ni siquiera intentó que se quedara, ya había aprendido que iba a hacer lo que quisiera igualmente. Abrió la puerta con cuidado y entró despacio. Todas las luces estaban apagadas, eso era una buena señal.

Guió a Nayeon hasta la cocina y se fue a revisar todas las habitaciones, encontrándolas vacías. Después de esta revisión, también fue a asegurarse de que todas las ventanas estaban bien cerradas y la puerta también. Cuando volvió con su invitada la encontró sentada, tiritando de frío, ambas estaban empapadas. Fuera diluviaba e incluso había empezado una tormenta. Se acercó a ella y le tendió la mano, la otra la agarró. Empezaron a andar por la casa.

- ¿Cómo me has encontrado? ¿Ha sido casualidad?

- Sí, de hecho, iba a comprarte un casco. La tienda está justo delante de donde te he encontrado.

- Eres como una súper heroina, apareces cuando te necesito.

- Soy lo menos parecido a una heroína que existe. - Vio que la coreana iba a decir algo pero no la dejó. -Deberías darte una ducha con agua caliente, o te vas a resfríar.

Nayeon se soltó de golpe y frenó en seco.

- ¿Aquí? No puedo ducharme en tu casa...

- Claro que sí, te dejaré toallas y ropa para luego, no te preocupes.

Aunque le daba mucha vergüenza decidió aceptar, porque estaba muriendo de frío pero también se preocupó por Mina.

- ¿Y tu que harás? También estás empapada y debes tener el mismo frío.

- No te preocupes, yo me ducharé cuando tu termines. -Se quedó unos momentos pensativa. -A no ser que quieras que nos duchemos juntas, claro. Por mi no hay problema.

La cara de Nayeon se convirtió en rojo puro y solo pudo tartamudear como respuesta. Mina rió ante esto y la coreana dio media vuelta para entrar ella primera a la ducha, no sin antes golpear a la otra en el hombro.

- No tardaré.

Con esta sentencia cerró la puerta del baño y Mina pudo escuchar como abría el agua. Decidió cambiarse la ropa para no morir de frío mientras esperaba a su turno, así que se cambió y bajó a la cocina para comer algo mientras esperaba. Este era el plan pero cuando estaba por abrir el paquete de patatas fritas escuchó la puerta principal abrirse. Se alarmó, solo podía ser una persona. Rápidamente, subió escaleras, evitando que la persona que acababa de entrar la viera. Tenía mucho miedo, ¿que haría si veía que estaba con alguien más en casa? Nunca había sucedido esto pero desde luego no iba a permitir que Nayeon saliera herida. Abrió la puerta del baño y entró. Nayeon escuchó esto desde dentro de la ducha.

- ¿Mina?

- No digas nada Nayeon.

- ¿Qué haces? -Se notaba el nerviosismo en su voz.

Mina no contestó pero ambas escucharon la voz de un hombre fuera de la habitación.

- ¡MINA!

Nayeon incluso paró el agua.

- No hagas eso, vuelve a encenderlo.

Le hizo caso, y asomó la cabeza por la cortina. La miraba asustada pero no quería hacer ruído así que no dijo nada. Mina por su parte se acercó a la ducha. Cuando estuvo suficientemente cerca Nayeon le susurró.

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