Parte 23

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Tras una noche completa en vela decido levantarme cuando son alrededor de las seis de la mañana.

Obviamente a esta hora solo está despierto el Señor Roberto,nuestro vecino de 74 años cuya afición es madrugar por lo visto.

Cuando ya he terminado mi desayuno(un buen tazón de leche con chocolate y galletas)me vuelve a consumir esa sensación que tengo desde ayer.

Siento que me queme por dentro mientras me congela a la vez y llevo toda la noche dándole vueltas a la forma de librarme de ella pero,hasta que no entro al antiguo despacho de mi padre,que por cierto lleva años sin ser usado para algo más que hacer bulto ya que ni si quiera entra allí desde...bueno,desde lo que sucedió con...Si,el caso es que hace mucho tiempo que nadie usa esa habitación.

La verdad es que tiene un ambiente preciosos,no entiendo por qué no la usa nadie.

Me acerco a la mesa situada justo a un lado de una gran ventana por la que se colaban los primeros rayos de luz de la mañana

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Me acerco a la mesa situada justo a un lado de una gran ventana por la que se colaban los primeros rayos de luz de la mañana.Puedo apreciar que hay un rollo enorme de papel blanco sabe Dios para qué.

Sigo caminando alrededor de la habitación y deteniéndome en una estantería situada encima del segundo escritorio de la habitación reconozco las pinturas de mi abuelo.

Me las regaló poco antes de morir con la esperanza de que yo cumpliese su sueño,por desgracia mi padre siempre ha dicho que la pintura era una gran pérdida de tiempo y que para una chica con pocas luces como yo no sería lo ideal.

En ese instante,justo cuando pensé en luces se me encendió la bombilla.

Volví al lugar donde había encontrado el papel y lo extendí por todo el suelo de la habitación.

Agarré las pinturas de temperas(qué era profesionales ya que mi abuelo le ponía mucho empeño a sus cuadros para que ahora estén guardado en cajas en el desván) y,con mis mismas manos comencé a extenderla sobre el papel.

Al principio no tenía ninguna forma o sentido eso que estaba tratando de hacer a gran escala,de hecho,ni siquiera estaba consiguiendo olvidarme de la angustia que sentía,pero al cabo de lo que a mí me parecieron dos segundos todo se había esfumado.

Me encontraba tirada sobre el papel yendo de aquí para ya,observando mis dedos bailar mientras yo simplemente me dejaba llevar.

El leve crujido de la puerta me sobresaltó e hizo que me apartara del dibujo y me girara hacia la misma.

Mi hermano.

-Sofía,esto es-

-Basura.No tiene sentido está mal hecho,no buscaba que lo tuviera porque sólo quería desahogarme.

-¿Estás de coña?-pregunta incrédulo-E-es que,Dios mío es asombroso.-afirma con un brillo en los ojos.

En ese instante decidí levantarme para observar bien que era lo que tenían mis garabatos de asombrosos y cuando lo vi desde la altura me di cuenta de que no era una basura,de hecho,era una jodida obra de arte.

Era arte porque era ella.

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Chiqxs,me gustaría que respondierais a la pregunta que os hice en el capítulo anterior sobre la portada,porque no sé qué hacer,si cambiarla o dejar la que ya está.

Bueno,hemos descubierto el talento oculto de Sofía,¿qué os parece que sea artista?Se le daban bastante mal las clases de arte en el instituto pero bueno,a veces cuando dejas volar tu imaginación funciona mejor que obligándola.

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