Escucho la puerta y suspiro.
-Elsa ayúdame con el vestido ¿quieres? -hablo sin girarse, parada frente a su cama -¿Que tal paso la noche Isobel? -sintió el tirón de la tela trasera, la cremallera subiendo, despacio y unos dedos rozaron la parte trasera de su cuello, que había quedado al descubierto al colocarlo ella sobre su hombro.
-¿Es vuestra hija? -la voz de Ewan sonó en un susurro y rápidamente ella se giro y dio un paso atrás.
-¡¿Como os atrevéis?! -lo miro altiva
-Vos me habéis pedido que os ayudara con el vestido -alzo una ceja -Y yo siempre procuro complacer a las damas que tengo cerca.
-¡Me refiero a entrar en mi habitación! ¡No debéis entrar en la habitación de una dama y menos a solas! -entrecerró los ojos
-Pero no sois una dama cualquiera querida -y el sonrió -Sois mi prometida.
-¡¡No lo soy!! -apretó los puños furiosas -¡Sois un descarado!
-¿Yo soy el descarado? -camino por la habitación, fijando la vista en la cama, en el camisón blanco que había sobre esta -No fui yo quien apareció en estas tierras, exigiendo que me abrieran las puertas y proclamando ser la prometida de...
-¡¡Ya os pedí disculpas!! -camino hacia el furiosa -¡Os he dicho que admitiré mi mentira ante todos! ¡¿Que mas queréis?!
-¿Que quiero? -la miro, observo su rostro y bajo por su cuello, hasta pararse en su escote -Veréis señora, no soy un hombre al que se le muestre el ciervo y después se le prohíba cazarlo.
-¡¿Como os atrevéis?! -frunció el ceño, llevando la mano a su escote, cubriéndose -¡Sois..!
-¿Apuesto? -y el ladeo su sonrisa.
-Dejad que nos marchemos -ella bajo la voz, como si le fallaran las fuerza -Por favor
-¿Por que? -el la miro a los ojos -¿Por que debería hacerlo?
-Porque os lo estoy pidiendo -ella le sostuvo la mirada.
-¿Y qué obtengo yo a cambio? -entrecerró los ojos y se encogió de hombros.
Y el rostro de ella cambio. Por un instante una sombra se cernió sobre ella, la sombra de un recuerdo, pero solo unos segundos. Su rostro volvió a ser el frio de la Duquesa.
-¿Si accedo a estar en vuestra cama, nos dejaríais irnos? -su voz sonó carente de emociones. El sonrió, camino despacio, rodeándola, poso una mano en su cintura y acerco sus labios a su oído, ella cerró los ojos, con fuerza.
-No querida -Ewan susurro en voz baja -Cuando estéis en mi cama, será porque supliquéis que os tome, que acaricie vuestra piel y que bese cada parte de vuestro cuerpo. -se giro y atravesó la habitación, saliendo de esta y cerrando la puerta.
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La Duquesa
RomanceCuando Ewan MacLain es informado por uno de los guardias que protegen las Tierras Archivald, que su prometida exige que la reciba, ¡Exige! Lo enfurece hasta límites insospechados, pero entonces piensa, ¿Que prometida? Y ahí comienza la diversión par...