Capitulo 12: La llegada de un guerrero

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La puerta se abrió despacio y ....


-Buenos días -Ewan hablo en voz baja, tumbado en la cama, con la sabana cubriendo su cintura, los brazos tras su cabeza y sonriendo.


-Eh.... Disculpe -y Elsa cerró la puerta.


Se giro y la miro. Tumbada de lado, con su melena esparcida sobre la almohada, la sabana cubriendo sus piernas, pero dejando a la vista su espalda. Alargo el brazo, y con los dedos acaricio aquella piel al descubierto, bajo hasta su cadera y subió hasta su cuello. Escucho el suspiro de ella y sonrió, se acerco, arrastrándose sobre el colchón. Acerco la cara a su cuello y aspiro su aroma.


-¿Aun duermes? -le hablo al oído, colocando la mano en su cintura y besando su mandíbula -No sabía que las Duquesas eran tan perezosas. -la vio entreabrir los ojos y se maravillo, aquella imagen era la más perfecta que jamás pudo tener ante él, la sonrisa que se instalo en sus labios, mientras se movía en la cama, para mirarle. Alzo una ceja, con superioridad -¿O quizás es que te deje muy exhausta anoche?


-No alardees tanto, guerrero -ella se acomodo en la cama, mirándole. -¿Que hora es?


-No se -se encogió de hombros -¿A que hora suele venir tu dama de compañía?


-¡Elsa! -y ella salto de la cama, llevando consigo la sabana y dejándole alli desnudo, tumbado de lado, con la cabeza apoyada en su mano. Sonriendo. -Tienes que irte, antes...


-Ya vino -el la miro de arriba abajo.


-¿Que? -ella se sonrojo


-¿Vas a volver a la cama o me harás ir por ti? -extendió el brazo hacia ella.


-No creo que ...-aun así se acerco a él y antes de seguir hablando, él la agarro de la mano y tiro de ella, logrando que cayera sobre él, riendo. -¿Te has vuelto loco?


-Podría decirse que si -Ewan le aparto el pelo de la cara y sonrió.


-Tenemos que levantarnos -ella apoyo las manos en su pecho e hizo ademan de incorporarse, pero él la agarro y los hizo girar, quedando tumbado sobre ella. -¡Ewan!


-Me temo Duquesa, que sois mi prisionera -agarro sus manos, llevándolas sobre el colchón y beso su cuello.





-Yo... quería disculparme por...-Helen hablo en voz baja, mirándola de reojo.


-No tenéis que dar ninguna explicación -Elsa la miro y la preocupación se vio reflejada en su rostro -Pero tened cuidado. -desvió la vista -Se que, es distinto a los caballeros a los que estáis acostumbrada. Es un guerrero, un autentico hombre. Pero señora, en el fondo, todos son iguales. No olvidéis quien sois y todo lo que habéis vivido. -suspiro -Quizás el sea distinto, quizás sea el indicado, quizás lo deje todo por vos, os siga os haga feliz. Pero quizás y solo quizás. De momento no olvidéis, nunca olvidéis.

La DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora