-Buenos dí...-se agacho y la copa se estrello contra la puerta -Vaya, ¿no habéis meditado mucho no? -y salto a un lado esquivando el plato -¿Podemos ¡eh! -esquivo el cuchillo -Empiezo a pensar que sois muy sanguinaria querida -¡Esta bien! -alzo las manos -¡¿Puedes dejar de tirar cosas?!
-No -y lanzo el tenedor y le dio en la frente.
Se quedaron mirándose uno al otro.
-Vale, quizá me lo merecía -suspiro
-¿Tu crees? -y lanzo la jarra de plata
-¡Eh! -la esquivó frunciendo el ceño -¡Ya basta!
-¡¿Es una orden señor?! -La cuchara voló hacia él.
-¡Muy bien! ¡Trate de ser un caballero! -y corrió hacia ella.
-¡¡No os atreváis a tocarme!! -y le lanzo la taza de té, que le dio en el hombro.
-¡Deja de tirarme cosas mujer! -la vio situarse tras el sillón, se movió hacia un lado y al ver que corría hacia el otro, se movió hacia el mismo
-¡¡No te acerques!! -Cogió la tetera y le amenazo.
-¿Una tetera? -alzo una ceja sonriendo y se agacho a esquivarla -Vale, una tetera. -suspiro, se incorporo -Me canse -y rodeo el sillón.
-¡¡No!! -corrió hacia la cama y salto sobre ella.
-El mejor lugar para discutir las cosas, estoy de acuerdo -y salto sobre la cama agarrándola de la falda de su vestido, que se rajo, mostrando un trozo de piel de su pierna.
-¡Salvaje! -se giro hacia él y le empujo.
-¡Y aquí esta mi fierecilla! -la agarro de la cintura y cayeron sobre la cama, en un lio de mantas, faldas y telas.
-¡¡Suéltame!! -le empujo, apartándose y arrastrándose por la cama, el la tomo de la cintura y la giro , colocándose sobre ella -¡Ah!
-Reconozco que me estoy divirtiendo mucho desde vuestra llegada -acerco su rostro al de ella e hizo una mueca al notar el rodillazo en el estomago.
-¡¡Sois un animal!! ¡Salvaje! -le aparto, colocándose sobre él, cogió la almohada y le golpeo -¡Voy a...!-frunció el ceño, viendo como él la miraba sonriendo, con los brazos tras la cabeza.
-Y yo dejare que hagáis conmigo lo que queráis, querida -sonrió cínicamente
Entonces ella miro hacia abajo, se vio sentada sobre él, con dos broches de su corpiño abierto, mostrando unas excelentes vistas.

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La Duquesa
RomanceCuando Ewan MacLain es informado por uno de los guardias que protegen las Tierras Archivald, que su prometida exige que la reciba, ¡Exige! Lo enfurece hasta límites insospechados, pero entonces piensa, ¿Que prometida? Y ahí comienza la diversión par...