Capitulo 6: Un beso

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-Buenos dí...-se agacho y la copa se estrello contra la puerta -Vaya, ¿no habéis meditado mucho no? -y salto a un lado esquivando el plato -¿Podemos ¡eh! -esquivo el cuchillo -Empiezo a pensar que sois muy sanguinaria querida -¡Esta bien! -alzo las manos -¡¿Puedes dejar de tirar cosas?!


-No -y lanzo el tenedor y le dio en la frente.


Se quedaron mirándose uno al otro.


-Vale, quizá me lo merecía -suspiro


-¿Tu crees? -y lanzo la jarra de plata


-¡Eh! -la esquivó frunciendo el ceño -¡Ya basta!


-¡¿Es una orden señor?! -La cuchara voló hacia él.


-¡Muy bien! ¡Trate de ser un caballero! -y corrió hacia ella.


-¡¡No os atreváis a tocarme!! -y le lanzo la taza de té, que le dio en el hombro.


-¡Deja de tirarme cosas mujer! -la vio situarse tras el sillón, se movió hacia un lado y al ver que corría hacia el otro, se movió hacia el mismo


-¡¡No te acerques!! -Cogió la tetera y le amenazo.


-¿Una tetera? -alzo una ceja sonriendo y se agacho a esquivarla -Vale, una tetera. -suspiro, se incorporo -Me canse -y rodeo el sillón.


-¡¡No!! -corrió hacia la cama y salto sobre ella.


-El mejor lugar para discutir las cosas, estoy de acuerdo -y salto sobre la cama agarrándola de la falda de su vestido, que se rajo, mostrando un trozo de piel de su pierna.


-¡Salvaje! -se giro hacia él y le empujo.


-¡Y aquí esta mi fierecilla! -la agarro de la cintura y cayeron sobre la cama, en un lio de mantas, faldas y telas.


-¡¡Suéltame!! -le empujo, apartándose y arrastrándose por la cama, el la tomo de la cintura y la giro , colocándose sobre ella -¡Ah!


-Reconozco que me estoy divirtiendo mucho desde vuestra llegada -acerco su rostro al de ella e hizo una mueca al notar el rodillazo en el estomago.


-¡¡Sois un animal!! ¡Salvaje! -le aparto, colocándose sobre él, cogió la almohada y le golpeo -¡Voy a...!-frunció el ceño, viendo como él la miraba sonriendo, con los brazos tras la cabeza.


-Y yo dejare que hagáis conmigo lo que queráis, querida -sonrió cínicamente


Entonces ella miro hacia abajo, se vio sentada sobre él, con dos broches de su corpiño abierto, mostrando unas excelentes vistas.


La DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora