Capitulo 3: La hitoria de una Duquesa

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-Iré a dar un paseo -se incorporo del sillón y camino hacia la puerta.


-¿Queréis que os acompañemos? -Elsa se incorporo y miro a su hija


-No, quedaos aquí -la miro y sonrió levemente -disfrutad de esta tranquilidad -asintió y abrió la puerta. Cuando  salió, se quedo en mitad del pasillo y miro la puerta. Tranquilidad, ella no la tenía, no podía tenerla. Tenían que irse de alli como fuera. Camino por el pasillo y cuando pasaba por la esquina del otro pasillo, una mano sujeto su brazo y tiro de ella. Se vio empujada contra la pared por un fuerte cuerpo.


-¿Puedo preguntar donde vais señora? -Ewan hablo en voz baja rozando su nariz con ella.


-¡Soltadme ahora mismo! -se revolvió contra el


-Quizás si me lo pedís por favor -sonrió divertido


-¡¡Que me soltéis!! -le empujo con todas sus fuerzas


-¿Os pongo nerviosa Duquesa? -su mano se apretó en la cintura de ella y sintió como se tensaba -Decidme -su otra mano aparto el pelo del hombro, rozando su cuello -¿Os tocaba así vuestro marido?


Y el noto el cambio en ella, alzo el rostro para mirarla pero antes de reaccionar, su mano se estampo en su mejilla y quedándose asombrado, sintió el empujón de ella apartándole.


-¡¡Nunca volváis a atreveros a tocarme!! -dio un paso atrás mirándole furiosa, se giro para marcharse.


-¡Eh! ¡Eh! -Ewan se interpuso en su camino


-Apartaos -respiraba agitada -¡Apartaos!


-Tengo algo que hablar con vos -acaricio su mejilla y la miro fijamente -¿Habéis intentado convencer a mi sobrino para que os deje marchar?


-Os arrepentiréis -ella le miro fijamente


-¿De tocaros? -el alzo una ceja


-De que permanezca en vuestras tierras -y entonces ella dio un paso hacia él y hablo en voz baja -No podéis imaginar las desgracias que puedo traeros.


-No -y el la miro con intensidad -Imagino muchas otras cosas mi señora


Y ella apretó los labios y paso junto a él, chocando con su hombro y se apresuro en alejarse.


Ewan cerró los ojos con fuerza y llevo la mano a su mejilla sonrojada. Cuando abrió los ojos miro en la dirección en la que ella se había marchado y después miro por el pasillo, en la dirección de la que venía. Rasco su barbilla pensativo y camino hacia alli.


Abrió la puerta despacio y observo y escucho.


La DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora