-¿Le...bañasteis? -Helen la miraba con los ojos abiertos de par en par.
-Los chicos le desnudaron y lo pusieron a nuestra disposición en la bañera -Eara sonreía divertida -Nosotras le cortamos el pelo, le arreglamos las uñas. Yo personalmente escogí la ropa.
-Dios mío -Helen frunció el ceño -Debe haberlo pasado muy mal.
-Gritaba como un cachorrillo asustado -Eara la miro de reojo y las dos rieron.
-¿Puedo saber que es tan divertido? -Ewan se paro ante ellas, en pleno jardín, mirándolas con interés.
-Oh, Helen te lo contara, yo voy con Kendrick -y Eara se marcho sonriendo.
-¿Y bien? -el la observo y al ver que se sonrojaba frunció el ceño, le tendió el brazo, esperando su reacción. Respiro tranquilo cuando vio que ella lo aceptaba y empezaron a caminar -Supongo que son cosas de mujeres.
-¿Te bañaron? -y Helen giro el rostro y lo miro. Al ver que él se tensaba, empezó a reír -Oh dios mío. Te has puesto colorado.
-¿Te causa mucha gracia? -el entrecerró los ojos, mirándola.
-Te bañaron Ewan, no puedo imaginar....-Helen no podía parar de reír y el sonrió observándola.
-¿A caso a ti nunca te han bañado? -el alzo una ceja.
-Oh si, cada día lo hacen -ella asintió, dejando de reír.
-¿Quien? -y el humor desapareció del rostro de él.
-Mis doncellas -Y Helen sonrió -Me ayudan. Para eso están.
-¿Ah sí? -el alzo una ceja -Así que me pueden frotar la espalda.-y al ver que ella desviaba la mirada y no contestaba, dejo de caminar -Me gustaría mas que lo hiciera mi mujer.
-Pero tú no tienes mujer -ella le miro, nerviosa.
-Si, la tengo -y la tomo por la cintura -Justo delante -y tiro de ella besándola
Lo primero que paso por la mente de él, es que estaba de nuevo en casa. No había pensado en cuanto había echado de menos sus labios, su cuerpo, su olor. La apretó contra él y la sensación de sus pechos, estrujados contra su abdomen. Frunció el ceño y dejo de besarla, mirando hacia abajo.
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La Duquesa
RomanceCuando Ewan MacLain es informado por uno de los guardias que protegen las Tierras Archivald, que su prometida exige que la reciba, ¡Exige! Lo enfurece hasta límites insospechados, pero entonces piensa, ¿Que prometida? Y ahí comienza la diversión par...