Capitulo 7: Loca

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Se paro tras los arbustos y la observo, observo sus dedos acariciando los pétalos de las rosas, su rostro, alzándose en busca del sol, sus labios entreabiertos, sus alargadas pestañas rozando sus mejillas, al tener los ojos cerrados. Y entonces los abrió y pudo ver más, mas de ella. Pudo ver en su mirada, aquello que escondía en su interior.


No era la Duquesa, no era una mujer fría y manipuladora, tampoco la altanera fierecilla que lo desafiaba. Era una mujer asustada, había miedo, soledad en sus ojos, había demasiada tristeza.


-¿Os molesto? -dio un paso adelante, notando la tensión en su espalda y cuando se giro hacia él, volvía ser ella, La Duquesa.


-¿La verdad? Si -hizo una mueca y se giro dándole la espalda y caminando en dirección contraria a él.


Riendo, el la siguió, dando grandes zancadas para alcanzarla.


-¿Podéis dejar de seguir...? -se giro para mirarle y su vista se centro en su ojo, en su morado ojo. Sus labios se apretaron, aguantando la risa.


-¿Os causo gracia? -alzo una ceja y sonriendo llevo la mano a su ojo -Se os da bien.


-Pues es el primer puñetazo que doy -y ella rio, sorprendiéndole.


-Y yo el primero que recibo -al ver que ella alzaba ambas cejas le guiño un ojo -A cambio de un beso.


-Me disteis dos, si mal no recuerdo -y ella cerro el puño


-Pero no estoy dispuesto a recibir otro, querida -alzo las manos, divertido


-¿Podríais dejar de llamarme querida? -ella frunció el ceño y comenzó a caminar de nuevo, alejándose de el.


-¿Prefieres amor? -el la siguió -¿O amorcito?


-¿Que tal Duquesa? -y ella le miro de reojo -Ya que no soy ni vuestro amor, ni vuestro amorcito.


-Pero sois mi prometida no -el sonrió


-¡No soy...! ¡Uf! -expulso el aire tratando de alcanzarse -Si de algo puedo estar segura señor, es que seriáis el último hombre en la tierra con el que me prometería. -acelero el paso.


-Muy bien porque -la siguió deprisa -¡Vos seriáis la última mujer con la que querría casarme!


-¡Pues perfecto! -se adentro en el bosque del jardín


-¡Magnifico! -y el detrás de ella


-¡Dejad de seguirme! -Se giro hacia el furiosa


-¡Estoy dando un paseo! -vio como ella miraba a su alrededor -¿No encontráis nada para arrojarme a la cabeza? Querida

La DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora