Capitulo 25: El legado

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-Señora - Elisabeth se paro en la puerta, observándola.


-¿Si? -Helen alzo la mirada del rostro de su pequeño, al que sostenía en sus brazos


-Lady Lancaster solicita verla -Elisabeth sonrió y cuando la Duquesa asintió, esta se hizo a un lado y Eara entro en la habitación.


-Veo que te has recuperado muy bien -Eara entro en la habitación y camino hacia ella mirando al niño -¿Y Alec?


-Está muy bien -Helen miro a su hijo y de nuevo a ella -¿Quieres cogerle?


-Me encantaría -y Eara tomo al pequeño de los brazos de su madre y lo acuno sonriendo -Hola chiquitín


-Le has traído -Helen hablo mirando hacia otro lado.


-Por supuesto -La Condesa se sentó en la cama a su lado, y coloco bien al bebe, entonces la miro a los ojos. -Y no ha venido como Ewan MacClain, como el guerrero. Sino como el futuro Duque.


Los ojos de Helen brillaron, con un anhelo imposible de esconder, la miro y también el miedo se podía ver en ellos.


-Sir Alfred Gudray -Eara dijo el nombre, observándola -¿Estabais enamorada de el?


-Si -sonrió con cierta tristeza -Fue mi primer amor y si...


-Si tu tía no se hubiera interpuesto, ahora estarías casada con el -Eara suspiro -Pero ha vuelto, a buscarte. -frunció el ceño al ver sus ojos -¿Le quieres?


-Alfred me recuerda todo lo que era antes de... me recuerda la tranquilidad, la felicidad de una joven que no podía saber cómo realmente era el mundo -la miro a la cara -Le quiero, siempre le querré. Pero no le amo. No puedo. Ya no soy la misma, he cambiado demasiado. Y aunque se esfuerza en estar a mi lado en .... Quiere darme todo lo que no tuve.


-Sabe lo de Alec -no fue una pregunta, miro al niño -Y está dispuesto a ser su padre. Dime ¿Era tu elección?


-Por supuesto -Helen asintió -Se que cuidaría de mi hijo, como si fuera suyo.


-Y le has dicho que no le amas, que amas a otro -vio como la Duquesa se sonrojaba -Que amas al padre de tu hijo. -sonrió -¿Confías en él?


-Si -frunció el ceño.


-Helen, Ewan esta aquí por ti -acaricio la carita del niño que sostenía en sus brazos -Y por él. -volvió a mirarla -Pero no puedes lanzarte a sus brazos, no hoy.


-¿Hoy? -ella la miro confundida.


-Ewan pidió tu mano al rey ayer -lo dijo y se quedo pensativa un instante -Bueno, más bien reclamo a su hijo y a su mujer.


La DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora