-¿Y has sabido algo de tu padre? -Niara se sentó a la mesa que habían improvisado en los jardines.
-Mando una misiva felicitándonos por el futuro nacimiento de nuestro hijo, junto con varios regalos -Eara suspiro
-Quizás es mejor que vaya a dar un paseo -Helen se incorporo de su lugar -Así podéis hablar con libertad.
-Tonterías -Eara señalo la silla -Siéntate Helen, al fin y al cabo, las dos estamos relacionadas con la corona.
-No lo creas -Y la Duquesa sonrió fríamente -Jamás tuve relación con mi tía, menos ahora. No creo que tenga que explicaros mucho sobre la reina, la habéis conocido más que yo
-En las pocas ocasiones que coincidimos, procuraba no dirigirme la palabra -Eara la miro a los ojos -Y si lo hacía, era para quejarse o regañarme por algo. Me odia y no puedo culparla, supongo que represento para ella todo lo que mi madre fue para el rey y ella no.
-La reina es demasiado fría para odiaros por eso -se acomodo en el asiento -Creedme cuando os digo, que lo único que fomenta su rencor hacia vos, es que os consideren el Rubí de la corona y que tengáis un lugar en la corte, cuando ella, es la única y la dama más poderosa.
-Dime Helen -Niara la miro fijamente -¿Es la reina una amenaza para vos?
-No -ella respondió con tranquilidad -Os hablo con toda seguridad y no me equivoco al deciros que hoy, nada es una amenaza para mí. Con el tiempo, he aprendido a utilizar mi posición. Mi marido se encargo de que en mi recayera poder suficiente, para no temer a nadie y así lo hago saber.
-Sois muy conocida -Eara sonrió -La Duquesa. Así os llaman en la corte, dicen que sois tan hermosa como...
-Como peligrosa -miro a lo lejos, donde Ewan, Alexander y Niaj entrenaban -Fría como el hielo y dura como la piedra.
-Perdón, no quería ....-Eara miro a Niara incomoda.
-No, no os preocupéis -la miro a los ojos -Soy así.
-¿Helen? -Niara la llamo y entonces fijo su vista en Ewan -¿Habéis pensado en casaros de nuevo?
-¿Casarme? -y ella siguió su mirada, observándole moviendo su espada contra Niaj, con su torso al aire y la luz del sol bañándolo -No. Tengo todo lo que necesito y seria una necia si os digo que estoy dispuesta a estar bajo las ordenes de un hombre de nuevo.
-¿Interrumpo? -Alexander se acerco a ellas y se inclino sobre su esposa para besarla suavemente -¿Como se encuentra mi Rubí?
-Como una preciada piedra preciosa -Niara hablo y todos rieron, después miro a Alexander sonriendo -Pronto, queda poco para que tu hijo llegue.
-¿Y como están las cosas por las tierras del Diablo? -se acomodo junto a Eara y tomo su mano, acariciándola
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La Duquesa
RomanceCuando Ewan MacLain es informado por uno de los guardias que protegen las Tierras Archivald, que su prometida exige que la reciba, ¡Exige! Lo enfurece hasta límites insospechados, pero entonces piensa, ¿Que prometida? Y ahí comienza la diversión par...