CAPITULO II

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Mack, un hombre aún más silencioso que Harry, era el capataz encargado del ganado.
El rancho era tan grande que había capataces para cada cosa: el ganado, los caballos, la maquinaria, las ventas... incluso había un veterinario de guardia.
El padre de Louis había sido el encargado de los animales de cría durante el breve tiempo que pasó en el rancho Styles antes de su inesperada muerte.

La madre de Louis los abandonó cuando éste era un niño, harta de la vida nómada que tanto gustaba a su marido.
En los últimos años, Louis no había tenido noticias de ella. Se alegraba de ello. Esperaba no volver a verla nunca más.

-Oh -dijo mientras colocaba un plato-. ¿Por mí? -añadió con suavidad.

Niall dudó.

-No lo sé. Últimamente no ha sido él mismo. Bueno -corrigió sonriendo irónicamente - sí lo ha sido, sólo que peor de lo habitual.

-Yo no he hecho nada para enfadarlo, ¿verdad? -preguntó Louis mirando a Niall con gesto preocupado.

Era tan joven, pensó él, viendo la inseguridad que reflejó su rostro, ligeramente pecoso. Era muy bonito, y nada vulgar.
Tenía una luz interior que parecía irradiar de el cuando estaba contento, le gustaba oírle cantar mientras estaba en la cocina o cuando salía a alimentar a las pocas gallinas que tenían para surtirse de huevos.
A pesar de la reciente tragedia que había tenido lugar en su vida, era una persona feliz.

-No -dijo con firmeza-. No has hecho nada. Ya te acostumbrarás a los cambios de humor de Harry. No suele ponerse así a menudo, sólo en Navidad, en su cumpleaños y, a veces, durante el verano.

-¿Por qué? -preguntó Louis

Niall se encogió de hombros.

-Participó en la operación Tormenta del Desierto, en la guerra con Irak, nunca habla de ello, fuera lo que fuese lo que hizo, era secreto, pero estuvo en zonas peligrosas y volvió a casa herido. Mientras se recuperaba en Alemania, su prometida se casó con otro hombre; las Navidades y el mes de julio se lo recuerdan y se pone de mal humor.

Louis hizo una mueca.

-No parece la clase de hombre que le pediría a una mujer que se casara con él a menos que fuera en serio.

-No lo es. Le dolió mucho. Desde entonces no ha tenido mucho tiempo para las mujeres -Niall sonrió suavemente-. Resulta un tanto extraño cuando vamos a alguna convención. Ahí está Harry con su corbata negra, estirado como un faro, con varias mujeres siguiéndolo como terneras. Él nunca parece fijarse.

-Supongo que aún se está recuperando -dijo Louis, relajándose un poco. Al menos no era sólo el, el que hacía que Harry pareciera tan disgustado.

-No sé si alguna vez se recuperará del todo -tras observar unos momentos a Louis mientras éste seguía llenando el friegaplatos, Niall añadió-: Eres muy hacendoso ¿no?

Sonriendo, Louis echó detergente en el friegaplatos.

-Siempre he tenido que serlo. Mi madre nos dejó cuando yo era muy pequeño. Sólo vino a vernos en una ocasión, cuando yo ya tenía dieciséis años. Después no volvimos a verla -se estremeció interiormente al recordar-. No me quedó más remedio que aprender a limpiar y a cocinar para papá siendo muy joven.

-¿No tienes hermanos ni hermanas?

Louis negó con la cabeza.

-Sólo estábamos mi padre y yo. A mí me habría gustado estudiar o ponerme a trabajar, pero él me necesitaba -su mirada se oscureció un poco-. Lo quería mucho, y no dejo de preguntarme si... si hubiéramos sabido antes que sufría del corazón, tal vez su muerte se podría haber evitado.

A STAR IN THE NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora