A STAR IN THE NIGHT

CAPITULO XIV

Niall no mencionó que tenía sus sospechas respecto a aquello.

Harry mantenía una intensa batalla defensiva en lo referente a Louis, pero cuando se acercaba, había captado la expresión de su hermano mientras abrazaba a Louis, y no era precisamente desagrado lo que había visto en ella.

—¿Le has visto lanzar el cuchillo? —Preguntó Louis, aún maravillado por la puntería demostrada por Harry—. Papá solía practicar el lanzamiento, y yo también, pero nunca llegamos a dominarlo hasta ese punto. Además, lo ha hecho corriendo.

—Es un veterano de guerra —dijo Niall—. Aún está en la reserva. Ya no nos sorprende nada de lo que haga Harry.

Louis lo miró con ojos brillantes.

—¿De verdad pegaste a Turkey Sanders para evitar que lo hiciera él?

Niall rió.

—¡Así que Gemma te lo ha contado!

—Sí. Me contó que ninguno de los hermanos dejáis que se meta en peleas.

—Harry no pierde a menudo el control. Pero cuando lo hace es mejor no estar en primera línea.

—Sí, lo sé —contestó Louis, recordando la tarta de cumpleaños.

Niall lo miró atentamente.

—No te lo ha puesto precisamente fácil.

Louis se encogió de hombros.

—No se porta tan mal. Al menos, no tanto como en navidades. Supongo que me estoy acostumbrando a sus sarcasmos. Cada vez me afectan menos.

—Puede que acabe por calmarse.
No importa. Me gusta mi trabajo, y está muy bien pagado.

Niall rió, pasando un amistoso brazo por los hombros de Louis mientras caminaban.

Ninguno de los dos se fijó en la intensa mirada que les dedicaron unos ojos verdes desde el otro extremo del campo.

A Harry no le gustó en lo más mínimo el gesto de su hermano. Iba a tener que decírselo a Niall más tarde.

Ajeno a los pensamientos de su hermano mayor, Niall se detuvo junto al sendero que llevaba a la casa.

—¿Te encuentras bien ya? —preguntó.

—Sí, gracias —contestó Louis.
Niall lo miró unos momentos en silencio.

—Puede que las cosas empeoren antes de mejorar, sobre todo ahora —dijo, preocupado.

—¿Qué quieres decir?

—No importa —replicó Niall, y en sus ojos brilló una secreta diversión.

Esa noche, después de la cena, Harry dijo a Niall que quería verlo en su despacho.

—¿Sucede algo? —preguntó Niall, extrañado por el taciturno silencio de su hermano.

Harry se apoyó contra el borde del escritorio y, cruzándose de brazos, lo miró sin parpadear.

—Sí —asintió. Ahora que debía enfrentarse al tema, no quería hablar de ello.

—Es sobre Louis, ¿no? —preguntó Niall con suavidad.

—Tiene sólo veintidós años —dijo Harry, mirando a su hermano con dureza—, y es inocente como un niño. No trates de ligártelo.

Aquello era lo último que Niall esperaba oír.

—¿Que no qué? —preguntó, para asegurarse de haber entendido bien.