CAPÍTULO XXV

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Al día siguiente, Harry bajó a desayunar elegantemente vestido con un traje gris.

Su bolsa de viaje ya estaba preparada junto a la puerta, junto con su sombrero Stetson.

Louis tuvo que esforzarse para no mirarlo demasiado abiertamente mientras servía el desayuno.

Matt, también trajeado, llegó poco después; Él como Harry, nunca ganaría un concurso de belleza, pero le sentaban muy bien los trajes.

Resultaba elegante de un modo ligeramente peligroso y sexy. Louis se alegró de ser inmune a él, y se preguntó vagamente si habría habido alguna vez una mujer especial en su vida.

—Me siento como Cenicienta antes del baile —murmuró Niall, mirando a sus hermanos.

Él vestía los habituales vaqueros, camisa y botas.

Louis no reaccionó, pero Matt se agachó para mirar por debajo de la mesa y comprobar si su hermano llevaba puesto un vestido.

—Muy gracioso —dijo Niall— Estaba hablando metafóricamente. No suelo ponerme vestidos.

—Haces bien, sobre todo con lo peludas que tienes las piernas —replicó Matt. Mirando a Harry, preguntó—: ¿Sales de viaje?

Harry asintió.

—Voy a esa conferencia sobre legislación ganadera en Kansas City. He decidido que será mejor asistir, la prensa no nos mantiene al día sobre los cambios de legislación, y he oído algunos rumores que no me han gustado.

—Yo también los he oído —dijo Niall.
—Tenemos que empezar a controlar mejor nuestros negocios —continuó Harry—Todas las reglas y regulaciones del mundo no sirven de nada si no se cumplen —miró a Niall—Deberías haber conservado tu plaza en el comité legislativo de la asociación de ganaderos.

Niall asintió.

—Es cierto, pero ya sabes lo ocupado que estaba en esas fechas.

—Si vuelven a pedirte que la ocupes, acepta.

—Desde luego —Niall miró a Harry—. ¿Por qué no entras tú también en el comité?

—Ya tengo más trabajo del que puedo abarcar, como comprobarás cuando veas el papeleo en el estudio, ayer sólo metí la mitad de los datos en el ordenador, tendrás que llevarle el resto a Margie para que termine el trabajo.

—Desde luego.

Ni Niall ni Matt notaron que Louis se había vuelto deliberadamente hacia el fregadero, porque conocía el motivo por el que Harry no había terminado el trabajo.

No quería que sus hermanos vieran cómo se ruborizaba.

Harry sí lo notó, pero no lo miró, porque sabía que en las últimas semanas su expresión lo delataba claramente en todo lo referente a Louis.

Terminó su café y se levantó.

—Me voy. Trataré de estar de vuelta el próximo fin de semana. Podéis localizarme en el Airport Hilton si me necesitáis.

—No te necesitaremos —dijo Niall, sonriendo— Que lo pases bien.

Involuntariamente, Harry miró a Louis, pensando en lo vacía que iba a estar su vida, aunque sólo fuera por unos días.

Se había encariñado demasiado con aquel pequeño castaño de preciosos ojos azules.

—Cuidad a Louis mientras estoy fuera —dijo, tratando de bromear.

—Yo cuidaré de mí mismo —replicó Louis, obligándose a sonreír para que Harry no percibiera cuánto lo entristecía su marcha.

—No nos has contado qué tal te fue con la matrícula en el instituto —dijo Niall de repente.

A STAR IN THE NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora