CAPITULO XXI

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Louis se encogió de hombros.

La cálida sensación de las fuertes manos de Harry en ellos era muy agradable.

Él le hizo alzar el rostro para mirarlo a los ojos, un intenso calor comenzó a palpitar en el interior de su cuerpo.

No podía permitirse ceder a lo que estaba sintiendo, sobre todo allí, en la cocina, donde sus hermanos podían entrar en cualquier momento.

Pero, mientras pensaba aquello, sus rebeldes manos enmarcaron el rostro de Louis y lo besó con ternura en los labios.

—No deberías dejarme hacer esto —dijo, con voz ronca.

—No te dejo —aseguró Louis— Hago todo lo posible por resistirme —alzó los brazos y rodeó con ellos el cuello de Harry.

Él sonrió y volvió a besarlo.

—¿En serio? —preguntó contra su boca.

—Sí. Me resisto todo lo que puedo. ¿No se nota?

—Me gusta cómo te resistes...

En breves instantes el beso se volvió ardiente, Harry estrechó a Louis contra sí y gimió de pasión.

Sólo el sonido de unos pasos acercándose logró que se separaran.

Harry volvió a sentarse y trató de recuperar el ritmo normal de su respiración.

Louis dio la espalda a Niall y a Matt hasta que logró recuperar la compostura, pero no se dio cuenta de que sus labios estaban ligeramente inflamados y que el brillo de su mirada resultaba igualmente revelador.

Mientras, Harry se estaba maldiciendo a sí mismo.

Empezaba a sentir una auténtica fijación por aquel muchacho de pelo castaño y rostro pecoso, era demasiado joven para él.

Lo sabía, pero no lograba mantener las manos apartadas de el. No sabía qué iba a hacer.

Si no encontraba algo en que ocuparse, y pronto, iba a acabar seduciéndolo, y eso sería el fin del mundo.

A la mañana siguiente, Louis tomó prestado uno de los vehículos del rancho y condujo hasta el Instituto Técnico de Jacobsville.

No le costó encontrar el departamento de admisiones, le dieron unos papeles para rellenar y de allí fue al departamento de ayuda financiera, donde rellenó otros formularios.

No terminó con los trámites hasta la hora de comer, pero salió del instituto con la sensación de haber aprovechado bien el tiempo.

De regreso al rancho, se detuvo en una cafetería local y pidió café y un sándwich mientras pensaba en su situación.

Harry decía que no quería que se fuera, ¿pero lo decía en serio, o sólo sentía lástima por el?

Sin duda, le gustaba besarlo, pero también decía que no quería seguir haciéndolo.

Tal vez ese era el problema, su presencia le hacía olvidar todos los motivos por los que no debía relacionarse con el.

Si se iba, el problema de Harry se resolverí; pero insistía en que no quería que se fuera.

La situación era un rompecabezas que Louis no parecía capaz de resolver.

El sándwich apenas sabía, aunque era de ternera, uno de sus favoritos, lo dejó sobre el plato y lo miró distraídamente.

—¿Estás pensando si comértelo? —preguntó Niall con una sonrisa mientras se sentaba frente a el. Se quitó el sombrero, lo dejó en el asiento contiguo y pidió a la camarera un café.

A STAR IN THE NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora