—¡Pues discúlpame! —Espetó, consciente de lo revuelto que estaba lacio cabello—. Por si te interesa saberlo, no he tenido tiempo de cepillármelo. ¡He estado demasiado ocupado anotando qué toro ha sido padre de qué ternero!Harry contempló su pálido rostro y se ablandó un poco.
—Ve a la cama —murmuró—. Pareces un muerto viviente.
—Qué agradable cumplido —replicó Louis en tono burlón—. Muchas gracias.
Ya se alejaba cuando Harry lo tomó por el brazo y le hizo volverse. Buscó algo en el bolsillo de su chaqueta, lo sacó y se lo entregó.
Era una cajita de joyería, cuadrada y cubierta de terciopelo.
Louis miró a Harry y éste señaló la cajita con un gesto de la cabeza, indicando que quería que la abriera.Louis empezó a hacerlo con manos temblorosas, que Harry le hiciera un regalo era algo totalmente inesperado.
Alzó la tapa y vio un precioso colgante sujeto en una cadena de oro con un zafiro en el centro rodeado de pequeños diamantes. No había visto nada tan bonito en su vida.
—¡Oh! —exclamó, sorprendido y conmovida por el inesperado regalo.
Luego alzó la mirada, cauteloso, preguntándose si se habría precipitado creyendo que era para el—. Oh, ya veo. Querías enseñármelo...
—Lo he comprado para ti —dijo Harry, incómodo.
Louis estaba totalmente desconcertado, y se le notaba.
—Es un regalo de cumpleaños retrasado —. murmuró Harry, sin mirarlo a los ojos.
—Pero... mi cumpleaños fue el primero de marzo —dijo Louis tenso—, y no lo había mencionado.
—No lo habías mencionado —asintió Harry, mirando intensamente el cansado rostro de Lou—. No tuviste tarta, ni regalos, ni una tarjeta de felicitación.
No podía decirle a Louis que se sentía culpable por aquello.
Ni siquiera supo que la fecha había pasado hasta que Niall se lo dijo, dos semanas atrás.Podían haber preparado una pequeña fiesta, haberle hecho algún regalo..., pero sabía que Louis no había dicho nada sobre su cumpleaños por cómo reaccionó él cuando preparó la tarta para el suyo.
Sabía que había estropeado los cumpleaños de Louis como su madre estropeó para él los suyos.Su conciencia no le dejaba en paz a causa de ello. Por eso se había mantenido tan alejado de el, y por eso había entrado impulsivamente en una joyería... él, que nunca hacía nada impulsivamente.
—Gracias —murmuró Louis, cerrando los dedos en torno a la cajita, sin mirar a Harry.
Viendo su rígida postura, él pensó que había algo más. Algo...
—¿Qué sucede? —preguntó con brusquedad.
Louis respiró profundamente.
—¿Cuándo quieres que me vaya?
Harry frunció el ceño.
—¿Cuándo quiero qué?
—El día de tu cumpleaños, cuando te preparé la tarta, dijiste que me podía ir en primavera —le recordó Louis, porque el no había podido olvidarlo—. Ya estamos en primavera.
Harry frunció aún más el ceño.
—¿Y qué íbamos a hacer sin ti durante el rodeo? —preguntó, razonablemente—. Quédate hasta el verano.
Louis apretó suavemente la cajita en su mano.
El colgante era una especie de lazo entre el y Louis, aunque éste no lo hubiera pretendido.
Nunca había recibido un regalo de un hombre, excepto el abrigo que le habían regalado los hermanos. Pero éste no había sido tan personal como el de Harry.
—Hablaremos sobre ello en otro momento —dijo Harry al cabo de unos segundos—. Estoy cansado y aún tengo cosas que hacer.Se alejó sin mirar atrás.
Louis contempló cómo se alejaba, sosteniendo la cajita en la mano como un tesoro inestimable.
Como si hubiera sentido sus ojos en la espalda, Harry se detuvo y volvió la cabeza. Sus verdes ojos se encontraron con los de Louis y de pronto fue como si hubiera caído un rayo entre ellos. Louis sintió que las rodillas le temblaban y que su corazón galopaba.
Ninguno de los dos apartó la mirada.
En ese instante, Louis perdió su corazón.
Sintió la lucha de Harry por romper el contacto, y su consiguiente victoria, se alejó rápidamente, mientras el apretaba los dientes ante aquella inesperada complicación.De todos los hombres del mundo, el último del que debía haberse enamorado era Harry.
Pero saberlo no impedía que sintiera lo que sentía. Dando un suspiro, se encaminó hacia su dormitorio.
Y esa noche durmió con su preciado colgante al cuello.A la mañana siguiente, Louis olvidó quitarse el colgante, y los hermanos no dejaron de divertirse a su costa durante al desayuno.
Eso molestó a Harry, que se fue sin tomar su segunda taza de café, no sin mirar antes a Louis como si el fuera el responsable de todo.Niall y Matt se disculparon al comprobar que sólo habían logrado empeorar la situación, pero mientras pasaba el día, Louis se preguntó si no debería haber dejado el colgante en su caja. Parecía que había irritado a Harry llevándolo. Pero la joya le gustaba tanto que apenas podía pasar junto a un espejo sin mirarse.
Su mente estaba tan ocupada con el asunto de su regalo que apenas prestó atención al acuario de la habitación de Harry cuando fue a hacer la cama. Y eso fue un error.
Estaba inclinado, recogiendo la colcha de la gran cama de cuatro postes, cuando oyó un ruidito.
Lo siguiente que supo fue que tenía a Herman, la serpiente pitón, en torno al cuello.El peso del enorme reptil le hizo doblar las rodillas, pues pesaba más que el.
Louis gritó y trató de zafarse, pero cuanto más se empeñaba en ello, más se asustaba Herman y más apretaba. Niall llegó corriendo, pero se detuvo en el umbral de la puerta. A él tampoco le hacían especial gracia las serpientes, y no tenía idea de cómo liberar a Louis.—¡Ve a por Harry! —gritó el, tirando de los anillos de la serpiente—¡Date prisa, antes de que me coma!
— No te comerá —prometió Niall, pálido —. Sólo le gustan los animales muertos y con piel. Harry está en el corral. Ahora mismo voy a buscarlo.
Unos tortuosos minutos pasaron antes de que se oyeran unos apresurados pasos acercándose.
Harry estaba de rodillas, con el enorme reptil en torno al cuello.
—¡Por Dios santo, Herman! —exclamó Harry—, ¿Cómo te has escapado esta vez?
—¿Te importaría preguntárselo luego, cuando me la hayas quitado de encima? —Protestó Louis—. ¡Pesa una tonelada!
—Tranquilo, tranquilo —dijo Harry con suavidad, pues sabía el miedo que Louis tenía a la serpiente. Se acercó despacio, para no asustar a su mascota. Pasó la mano bajo la barbilla del reptil, hablándole casi con dulzura mientras lo desenrollaba del cuello de Louis.
Cuando tuvo a Herman liberado, se acercó al acuario, movió la tapa y lo metió dentro.
—No entiendo por qué insiste en salir —murmuró.
Cómo te sentirías viviendo en una habitación de tres metros cuadrados sin amigos con los que jugar? —Preguntó Louis, frotándose el cuello—. Me ha aplastado los hombros y creo que también me ha partido la columna. ¡Ha saltado sobre mi!—
Harry cerró la tapa del acuario antes de volverse.
—¿Saltado? —Preguntó, frunciendo el ceño—. ¿Desde dónde?
Louis señaló una de las columnas de la cama.
Harry silbó.
—Hacía tiempo que no trepaba —se acercó a Louis y entrecerró los ojos—. ¿Te encuentras bien?
—Ya te lo he dicho —murmuró el—. ¡Tengo huesos rotos por todo el cuerpo!
Harry sonrió.
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VOTEEEEEN YAAAAA
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A STAR IN THE NIGHT
FanfictionDonde Harry es un ranchero abnegado y Lou un suave cocinero lleno de vida, y se complementan. O donde Harry se niega a aceptar que el destino le tiene algo mas preparado y esta mas cerca de lo que cree. #27 en AU 10-may-2018 #24 en AU 24-may-2018 #1...