Rafael había enviado un mensaje a Aurora para informarle que había despertado. Aurora cortó su conversación con Camilo y salió corriendo en dirección a la habitación donde permanecía Sara acompañada por sus amigos.
Sara estaba adolorida, casi no podía hablar por la hinchazón, pero aun así preguntaba por Aurora, eso obligó a llamarla.
Aurora llegó junto a Camilo. Sus lágrimas brotaban de felicidad.
Rafael se quedó perplejo cuando vio a su sobrino, se sorprendió de que estuviera enterado de la verdad.
Aurora: Sara mi amor, gracias a Dios despertaste, he estado muy preocupada, estoy feliz de que te estés recuperando; y le dio un beso en la frente.
Sara no recordaba con detalle el suceso, pero los dolores de daban la conciencia de que había sido agredida.
Olivia le pidió a Aurora salir. Necesitaba hablarle.
Olivia: Aurora, disculpa mi actitud de hace rato, pero me preocupa que estés cerca de Sara, temo que le pase algo peor, por favor vete, es por su bien.
Aurora se negó.
Aurora: no me iré Olivia, Sara me necesita, la única persona a quien llamó fue a mí y no la dejaré sola.
Olivia: Si a Sara le pasa algo más grave, será tu entera responsabilidad, le dijo mientras la señalaba.
Camilo las interrumpió preguntando qué pasaba.
Aurora: Pasa que estoy cansada de que la gente quiera decirme qué tengo que hacer, pasa que me cansé de que me menosprecien por creerse con derechos sobre Sara por ser sus amigos, pasa que me quedaré aquí y además daré con el responsable de todo esto, dijo en un tono suficientemente alto, para que todos a su alrededor la miraran.
Aurora prosiguió.
Aurora: Pasa que no me iré a ningún lado, esa es la mujer que amo y no la dejaré sola, que todos se enteren.
Salvador y Rafael, quienes estaban al lado de Sara también voltearon a verla y se sorprendieron de la fuerza y determinación con la que habló Aurora a todos los presentes.
Rafael prefirió irse, se excusó con Salvador diciendo que debía hacer una diligencia. Salvador intentó convencer a Olivia de que fuera a tomar una ducha y comer y luego volviera y así lo hizo.
Sara estaba incorporada, y Aurora aprovechó de darle la buena noticia de que su hijo Camilo las apoyaba. Camilo se acercó, tomó su mano y se la estrechó con fuerza en señal de aprobación.
Aurora: Él nos entiende y nos apoya Sara.
Aurora comenzó a llorar, se sentía emocionada. Camilo salió de la habitación y las dejó a solas.
Aurora: Lamento todo esto amor mío. He pasado momentos angustiantes, pero te vas a recuperar, he leído varias de las cartas que te escribí, quizás no las hayas escuchado, pero yo siento que eso te despertó. El médico asegura que en tres semanas estarás recuperada, te hicieron una operación y te retiraron el bazo, tienes una fractura en un brazo y hematomas en general, pero todo eso se mejorará en al menos 21 días. Yo te cuidaré.
Sara: Te amo, le dijo con dificultad.
Aurora sonrió. Y luego se le borró la sonrisa cuando recordó que debía decirle la verdad a Sara.
Aurora: Amor, no sé si es el momento, pero debo decirte algo. Lo que nos pasó no fue un robo, alguien envió a esos sicarios para que nos agredieran. Además, me enviaron un mensaje de texto exigiendo que te abandonara, pero eso no lo haré.
Sara apretó fuerte su mano y se esforzaba por hablar, pero Aurora le pidió que guardara silencio.
Aurora: Sé que esto te altera, pero necesitaba decírtelo Sara, yo estoy muy preocupada, pero al contrario de otras veces, no pienso dejarte sola, estaré contigo apoyándote y acompañándote cuanto tiempo sea necesario, no volveré a cometer el error de abandonarte, no pienso cambiar de rumbo, mi rumbo es contigo y no lucharé contra ello. Te amo Sara, estuve muy alterada en estos días. Tu eres mi mejor calmante, mi mejor medicina, eres todo, y como eso te trataré. Perdón por todo lo de antes. Rememoremos lo bueno, que todo lo actual, se convierta en un renacimiento para nuestra relación. Sé mi novia, sé mi mujer, sé mi compañera y amiga.
Sara la miraba con emoción y le asentía con la cabeza, pero intentaba decirle algo a Aurora.
Sara: Por favor escúchame.
Aurora: Qué pasó, no quiero que hables, te dolerá.
Sara: Sé quién fue.
Aurora no entendía y trastada de sacar conclusiones de las palabras de Sara.
Aurora: Disculpa Sara, pero no te entiendo.
Sara: Sé quién fue.
Aurora se quedó atónita.
Aurora: ¿Cómo sabes quién fue?
Sara le respondió con dificultad y lentamente.
Sara: La única persona que sabía que yo había vuelto a la ciudad, que estaba muy molesto por nuestra relación y además me amenazó. Él me llamó en la tarde de ese mismo día para saludarme y no le creí nada, lo único que quería era cerciorarse de que yo estaba acá. Fue Rafael.
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¡Cuando toca, toca!
RomanceLa historia de dos mujeres heterosexuales que consiguen en la otra una nueva manera de amar. Una novela que refleja las vivencias de mujeres que nunca se conocieron como lesbianas pero que viven la pasión con mucha confianza a pesar de las dudas y l...