Aurora salió de la casa de Sara, sintió un alivio al verla, tomó ese encuentro como el primero de muchos, no se daría por vencida, no era de ese tipo de mujer, se conmovió al pensar todo lo que Sara había hecho por ella en el pasado, cuánto había luchado por estar a su lado, reconoció su esfuerzo y ahora sería ella quien lo haría.
Entretanto, Sara estaba en su departamento abriendo la carta, no podía esperar a leer lo que Aurora le había escrito. Sara sintió pena, por un momento se identificó absolutamente con las líneas, habían sido muchas las veces que había pedido perdón a Aurora, sin embargo, la respuesta no sería tan condescendiente.
"Una carta, una cena, el pedir perdón o el arrepentimiento no son suficientes, no me basta con tus lágrimas, a ti no te bastaron las mías; cuando se ama solo bastan los hechos, los actos, y créeme tú has actuado y caminado en la dirección contraria; cuando se ama, se lucha, se cree, se confía, se pelea; cuando se ama, se ama y tú me has demostrado lo camaleónicos que pueden llegar a ser tus sentimientos hacia mí. No digo que no existan, lo que digo y me llama la atención es su fragilidad, el que no te detengas a pensar, el que no tengas dudas a la hora de juzgarme. Aurora, tu arrepentimiento no es suficiente, tus lágrimas mucho menos, la metáfora del papel arrugado está tomando protagonismo en esta historia: una hoja en perfecto estado, no podrá volver a su aspecto original una vez que esté arrugada, por más que lo intentes, por más que te esfuerces, quedarán marcas y así está mi corazón, y aunque tu hayas sido la responsable de dejarlo así, no creo que seas la indicada para repararlo".
Terminó de escribir. No sabía cuándo la entregaría, porque no iba a propiciar ningún encuentro, pero la tendría lista en la cartera.
Se acostó en su cama, ese domingo lo único que quería hacer era nada, quería dejar que los minutos pasaran sin que se detuvieran a vivir en ella, sin recuerdos nuevos, lo único que hacía era pensar en todo lo vivido en el último año. Comenzó a remembrar y a sacar conclusiones de cómo cambió su vida al aceptar enamorar a Aurora por dinero.
Recordaba lo feliz e infeliz que esa decisión la había hecho, quiso colocar lo bueno y lo malo en una balanza, pero prefirió no hacerlo, aun sabiendo que los seres humanos dejan perder una buena historia, solo por una mala acción o por cobardía. Los hombres y mujeres le dan más importancia a lo negativo, "podemos hacer mil cosas buenas, pero el día que lo hagamos mal, es lo que el resto recordará, qué infame se ha vuelto la humanidad", reflexionó.
Sus pensamientos daban vueltas, no podía sacarse a Aurora de la cabeza, se ponía en su lugar, Sara sufría en silencio pese a que toda solución estuviera en sus manos, porque con una llamada ambas volverían a estar juntas, pero esta vez decidió darle paso al orgullo, era una decisión tomada, Sara estaba convencida que la mejor actitud ante lo que había sucedido era no perdonarla, por lo menos no tal fácilmente.
El sonido del celular la sacó de su pensamiento. Era Olivia.
Olivia: Hola Sara, ¿cómo estás?, ¿cómo te sientes?
Sara: Estoy bien, por qué me lo preguntas.
Olivia: Supe lo de Aurora y Rafael, sé que él fue el culpable y también sé que no quieres volver con ella.
Sara: Si Olivia, parece que estás mejor informada que yo.
Olivia: Es que todo me lo cuenta Salvador, sabes la conexión que tiene con Rafael.
Sara: Si, lo sé.
Olivia: ¿Quieres que vaya a tu casa, podemos hacer domingo de chicas, o quizás quieras salir?
Sara: Realmente prefiero quedarme casa, quisiera estar sola, no quiero hablar con nadie.
Olivia: Lo entiendo, entonces te dejo tranquila, pero sabes que si me necesitas, solo debes escribirme, estaré en tu casa en 20 minutos, así que sin vergüenza, me llamas.
Sara: Muchas gracias Oli, por preocuparte.
Olivia: Perfecto, ten un buen día, chaito.
Colgaron.
Olivia colgó el teléfono y comenzó a hablar con su acompañante.
Olivia: No sé cómo va a terminar esto entre ustedes Aurora, pero sinceramente la escuché muy triste, mi amiga está deshecha por todo lo que está ocurriendo. Yo sé cuánto se aman ambas, sé que se han herido mutuamente, sé que se han perdonado una a la otra, y sé que deberían estar juntas, como el resto de las personas enamoradas, quienes deberían poner por encima de todo el amor; pero quiero que tengas claro una cosa, esta llamada es lo único que haré por ti a escondidas de Sara, ella es mi amiga y le debo lealtad, no pienso actuar a sus espaldas.
Aurora: No pretendo que le seas desleal, yo entiendo perfectamente tu posición y es algo que me gusta que ella tenga, una buena amiga, pero entiéndeme a mí, estoy desesperada.
Olivia: No entiendo como tú desconfiaste tanto, no le diste el beneficio de la duda, recuerdo en el hospital cuando dijiste que conseguirías al culpable y lo harías pagar.
Aurora: Y es así, pero yo sentí que ella acusó a Rafael sin ningún tipo de pruebas. Estoy realmente arrepentida Olivia, por favor, ayúdame.
Olivia: No es una cuestión de ayuda, es de respetar su decisión, yo viendo las cosas desde fuera, entiendo que ustedes deberían estar juntas, sin embargo, voy a acatar lo que ella decida.
Aurora: Lo entiendo, muchas gracias por hacer esa llamada por mí, realmente no logré nada con eso, pero gracias por intentarlo. Si la ves en algún momento, por favor dile que la amo y la extraño con locura, no sé cómo continuar Olivia, no sé cómo seguir, no sé cómo resarcir el daño, esta vez, la infelicidad está corriendo por mi cuenta, soy la responsable y lo admito, me echo la culpa por no creer en ella, por ir en contra de lo que pregono, mi amor por ella. Soy culpable, es verdad, pero también lo soy de amarla, le dijo mientras salía de su casa, entre lágrimas.
***
ESTÁS LEYENDO
¡Cuando toca, toca!
Roman d'amourLa historia de dos mujeres heterosexuales que consiguen en la otra una nueva manera de amar. Una novela que refleja las vivencias de mujeres que nunca se conocieron como lesbianas pero que viven la pasión con mucha confianza a pesar de las dudas y l...