Capitulo editado*
Mauren no sabia que la tenia más aterrada, los gritos de aquel hombre, la fuerza con la que la zarandeaba, el no saber que estaba pasando, o toda la situación entera. ¡ yo creo que todo, definitivamente todo!
En fracción de segundos, imágenes empezaron a cruzar por su mente, unas manos fuertes que la halaban, pero no eran iguales a las manos de este hombre, un olor asqueroso a suciedad y sudor, este hombre tenia un sudor diferente, no era molesto, todo lo contrario, pero sus ojos, los que más llamarón su atención.
Estos ojos además de evidenciar rabia o enfado, también mostraban dolor y desesperación, por el contrario los ojos que se cruzaban en sus recuerdos eran más parecidos a los dementes psicópatas que protagonizaban películas macabras de horror.
Mauren se sentía muy alterada, su cuerpo empezó a somatizar un dolor a la altura de su abdomen que parecía matarla, lagrimas rodaban por su rostro a la vez que procesaba todo lo que este hombre le decía.
-¿Maldita mujer que ha hecho?, ¿Quién es Usted?, ¿Por qué Ailen, por qué ella?
Hizo una pausa mientras volvía a tomar aire.
-¡Vas a pagar lo que ha hecho!, ¿Quién es usted, responde?. Vas a podrirte en el calabozo; oh no, te voy a llevar con el rey para que te cuelguen!, mataste a mi esposa.
Entonces los criados empezaron a llegar al lugar, algunas mujeres se tapaban sus rostros, una señora Robinson lloraba desconsoladamente mientras el anciano que hacia de capataz la sostenía.
En cuestión de minutos, Alex Sinclair hermano de Ailen, junto a su esposa Rosalyn y Duncan Lowel amigo de la infancia de Alex, llegaban corriendo por el pasillo que conducía a la escalera.
- Le ordeno que suelte a mi hermana, Lord MaCkintosh!
Duncan tomo a Alan del cuello y con ayuda de unos criados lograron separarlo de una muy desconcertada Mauren.
Mientras Alex parecía desecho abrazado a su hermana y Rosaly arrodillada a su lado trataba de consolarlo.
La situación era una locura, nadie había visto nada, nadie sabia nada, pero todos los ojos apuntaban a Mauren, siendo ella la menos enterada, no sabia quienes eran ellos, solo este hombre que acababa de llegar, sentía que sus ojos le hacían sentirse como presa en boca del lobo.
Alan
Alex se había levantado dejando a su hermana nuevamente en el suelo, empezó a dictar ordenes y rápidamente el pasillo se lleno de guardias, todos fueron separados, el mal nacido de Duncan Lowell quien pertenecía a un clan enemigo, soltándolo, se ubico al lado de la asesina de su esposa, ¡ Su hermana!, tenia que ser de esa familia, los Lowell, mas rencor se instalaba en su interior.
Dos de los guerreros, James y Tiler trataban de mantenerme en mi lugar pero un monstruo se adueño de mi ser, me reclamo en su poder, el ver a la mujer de mi vida yacer sobre aquel suelo me rompió en pedazos, ahora solo quería venganza y la iba a obtener, disfrutaría haciéndolo.
-Alex, fue ella, yo vi como se levantaba de su lado, esa maldita le robo el anillo que le entregue el día de nuestro matrimonio. Ella la mato.
Mis ojos se posaron nuevamente sobre aquella mujer, en medio de la rabia me detuve a observarla, era morena, tenia el pelo negro largo y liso, eso ya lo había notado, pero además era delgaducha y alta.
No le gustaba, no era bonita, no como su Ailen, Ailen era blanca, toda hecha curvas, su pelo siempre estaba en su lugar, y llenaba su vida como un sol.
Aquella mujer le había quitado lo que mas amaba y la esperanza de tener a su bebe con Ailen, el se encargaría de quitarle todo a ella, incluso lo que no tuviera también se lo quitaría.
- Mauren, quiero que me expliques, en este momento que paso con mi hermana.
La voz de Alex tembló al mencionarla, Alex siempre fue muy pasivo, sensible y lleno de amor para con los suyos. Pero en este momento miraba a " Mauren" como la acabo de llamar, como si quisiera matarla. El monstruo dentro de mi sonrío, si señores, el también deseaba matarla, pero la parte racional que muy en el fondo residía, le recordaba que era una mujer, las mujeres no hacían parte de la guerra, tendría que encontrar otra forma de castigarla.
-Señor yo...
La muy maldita no sabia que decir, eso demostraba mas su culpa.
- ¡Por un demonio!, ¿ Señor que?
Grite desde el rincón, sin ser capas de mantenerme callado. Inmediatamente la mujer empezó a llorar de nuevo y de esta forma Alex dicto su sentencia.
Alex era el conde de Caithnes y por lo tanto el señor superior de las tierras de los Lowell y los Mackintosh, así como de otros clanes, tenia la autoridad de tomar decisiones siempre y cuando estuvieran justificadas, como esta.
- Tiene que pagar Alex, nos la ha quitado, esa bruja tiene que pagar.
Duncan dio un paso frente a Mauren y torciendo su cabeza como un animal analizando a su presa le dijo.
- ¿ Fuiste tu hermanita?, ¿ tu causaste la muerte de la hermos.. ( aclaro la voz) de la hermana de Alex?.
Hizo una pausa, como dando tiempo a que la mujer contestara. Ella parecía aterrada, como si la persona quien le hablaba fuera un fantasma. Entonces Duncan prosiguió.
- Oh hermana, hasta donde han llegado tus celos, pobre de mi conciencia no descansara sabiendo que tu estabas celosa de lo hermosa que era y todo lo que poseía, tenias que llegar hasta este punto.
Así que eso era, envidia, ya sabia por donde empezar su venganza.
Entonces, Alex hablo, su voz era dura, parecía otra persona, fue claro y contundente.
- Mauren Lowell, te sentencio a 30 días en el calabozo de esta mansión, ha ser azotada 10 veces y una vida de servidumbre en las
Tierras del Laird MaCkinton
Ailen era su esposa, tienes que pagar tu deuda con él, y Alan tendrá todo el poder sobre ti.
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Destinos cruzados
Ficción históricaDestinos cruzados cuenta la historia de Mauren una joven amante de la vida a quien asesinan el dia de su graduación, antes de morir, mira al cielo y pide a Dios por una oportunidad más, solo una, pues siente que su destino esta inconcluso. Despierta...