Ventiotto

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Harry casi se desmayó al reconocer el lugar donde había despertado, sólo tenía breves recuerdos de la noche anterior, nada que le dijera cómo había llegado a esa cama otra vez.
Bajó de la cama y caminó sigilosamente por el pasillo hasta llegar a la habitación principal, abrió la puerta con cautela y metió la cabeza en busca de señales del alfa. Suspiró con alivio al no verlo en su cama. Seguramente se habría ido temprano a la oficina.

"¿Por qué estás espiándome tan temprano? Si quieres verme desnudo sólo tienes que pedirlo." Harry casi se desmaya al escuchar esa voz susurrando tan cerca de su oído, esas manos apretándose en sus caderas estaban enloqueciéndolo y ni hablar del hecho de que su trasero estaba sobre la entrepierna de Louis. El celo verdaderamente había comenzado a nublar su mente. "¿Por qué tan callado? ¿Te comió la lengua el gato?" Murmuró Louis una vez más antes de frotar su nariz contra la sensible piel pálida del rizado, pasó la punta de su lengua lentamente por esa misma zona mientras una de sus manos sujetaba la cabeza de Harry para hacerla un poco hacia atrás. La respiración del omega era pesada e irregular, mordía su labio y luchaba por no humedecerse. La mano de Louis sostenido su cuello lo dejaba completamente inmóvil, le hubiese gustado poder acostarse con Louis para regresarle el favor a Danielle, quería complacerlo tanto que la próxima vez que tuviera relaciones con esa mujer, lo único que podría pensar sería en que él lo hace mejor; pero el recuerdo de James no le permitía tal acto.

Un fuerte golpe del codo del menor fue a parar en el costado del castaño, quien rápidamente lo soltó y se alejó un par de pasos. "Te aprovechas de que mi celo está cerca para hacerme tener sexo contigo. Sabía que alguien como tú no podía tener buenas intenciones. Me das asco." Negó y se giró nuevamente en dirección a su habitación, lo único que quería era llegar a casa y dormir más.

"No puedes culparme cuando hueles tan bien, mejor que cualquier omega que haya conocido. Mi alfa me pide que satisfaga las necesidades de mi omega, me pide que te dé lo que tanto necesitas, vas a volverme loco." Su cuerpo apresaba el del rizado contra la pared del pasillo, Harry estaba entrando en pánico. No temía de Louis, temía de no poder negarse y serle infiel a James. Negó rápidamente e intentó separarse de su cuerpo, caminó aceleradamente a su habitación y buscó su ropa. Hora de ir a casa.

"¿Ya te vas, Harry?" Suspiró al verle asentir, se apoyó en el marco de la puerta y lo miró desvestirse, lo ayudó a encontrar su ropa del día anterior antes de seguirlo por los pasillos hasta la puerta principal. "Vuelve a casa, amor. Por favor. Ya no la soporto, quiero a mi omega." Intentó convencer al ver a Harry subiendo al auto que lo llevaría a su nueva casa. El rizado bajó, se acercó a él y rió un poco.

"Debiste pensarlo dos veces antes de cogertela mientras estábamos juntos. Te hubiera perdonado si hubiera sido cualquier otra persona. No la loca que intentó asesinarme. ¿O es que ya lo olvidaste?" Escupió con furia y lágrimas en sus ojos mientras llevaba los dedos del alfa debajo de su camisa hasta el lugar donde podían sentirse tres cicatrices. Louis bajó la cabeza, estaba verdaderamente avergonzado. Suspiró y negó, no intentaría convencerlo de que nunca le fue infiel. Sacó sus manos de la camisa del omega y lo envolvió con desesperación entre sus brazos. No quería dejarlo ir otra vez.

"Promete que algún día me perdonarás y volverás a casa conmigo." Mencionó en un hilo de voz, era demasiado doloroso saber que su omega se iría con otro alfa. "Promete que no dejarás que te muerda, que no dejarás que te toque. Tú perteneces conmigo, eres mi omega. Harry, por favor no lo dejes marcarte." Suplicó el alfa por primera vez en su vida. Sus brazos se sentían tan bien a su alrededor, como si nada pudiera hacerle daño cuando Louis lo sostenía. No podía quedarse, pero definitivamente no quería irse. Las palabras del mayor resonaban en su cabeza. Jamás dejaría que James lo marcara, pero tal vez en algún momento tendrían relaciones sexuales.

Se separó, acarició las mejillas del alfa y buscó algún rastro de mentira en esos ojos azules y llenos de lágrimas. Nada, no había nada más que el dolor de un corazón roto, pero Harry  no podía sólo quedarse con Louis y mandar a James a la mierda. Arreglaría las cosas con James y después, tal vez, podría considerar volver con Louis.

Se separó y subió al auto sin decir ni una palabra. Al llegar a casa bajó y fue directamente a la oficina principal en busca de el alfa mayor. Tocó la puerta un par de veces antes de entrar. Se acercó rápidamente al escritorio y se inclinó para besar la mejilla del alfa. Pero al acercarse James lo tomó por el cabello y gruñó.
"Hueles a otro alfa. Confié en ti, ¿así es como me pagas?" Se levantó sin soltar su cabello y lo empujó contra una pared. "Ya decía yo que eras demasiado inocente para ser un jodido omega. Todos son jodidas zorras de mierda. Ve a tu habitación, no te quiero ver hasta mañana. Si te veo cerca juro que voy a sacarte ese asqueroso olor a golpes."

Genial, Harry había vuelto a equivocarse con sus decisiones. Suspiró profundamente y se fue a su habitación. Durmió el resto del día. Su pequeña burbuja de felicidad había explotado otra vez. Quería volver con Louis. Iba a irse esa misma noche. Empacó sus maletas y salió de la habitación, bajó las escaleras, pero antes de que pudiera abrir la puerta principal, James lo estaba tomando por el cuello. "Antes muerto que dejar que te vayas con ese estúpido alfa." Y lo siguiente que supo fue que estaba de vuelta en la habitación.

Pero Harry ya sabía qué tenía que hacer para liberarse.

Dark DaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora