Linaje

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No todos somos la sombra de nuestros antepasados.


Su madre suele decirle que es el consentido del Dios Ra, y él no lo duda.

Bakugo Katsuki tiene todos los dones que un faraón puede exigir y junto a ello tiene todo aquello que un humano común puede adorar.

En su pueril edad, ya se hace líder de un sequito de los hijos de los altos cargos de su padre. Ya goza de la obediencia total de todos los sirvientes del palacio, y es incluso reconocido entre los pueblerinos por su autoritaria y demandante personalidad.

Para nadie es un secreto, al primogénito del faraón le gusta el poder.

Y no hablemos de que quiera dominar todas las tierras que ve desde la cima del palacio sino de sus infantiles sueños.

Porque a sus cortos años, quiere que sus caprichos sean cumplidos al pie de sus letras.

Y sobre todo no teme, a que tenga que recurrir para que eso suceda.

Si necesita una sonrisa la da, si requiere una lastimera cara no vacila, si convence con palabras de elogios las regala, si debe gritar no duda y si hace falta una amenaza no titubea en maldad.

Porque es un niño listo, aunque su desembocada personalidad diga lo contrario. Porque muchos creen que su furica personalidad es inmadura, ya que no entienden que gritar es la forma más rápida de conseguir todo cuanto quieres mientras seas el pequeño, y predilecto hijo a los ojos de tu padre el supremo monarca.

Goza de todos los privilegios que el primogénito del faraón de Egipto puede tener.

Tiene niñeras, tutores, sirvientas, esclavas y guardias. Especialmente guardias porque su padre ha cultivado enemigos como los agricultores campos, y no es porque sea un regente cruel y tirano sino, más bien, todo lo contrario. El faraón es un hombre tranquilo, manso, resignado que no gusta de meterse en disputas ni manchar sus manos en complicadas relaciones políticas.

Muchos dicen que quien gobierna Egipto es su esposa Mitsuki.

Ya que él prefiere evitar situaciones espinosas, ha dejado que se fragmente lo que tantos antecesores suyos lucharon y mataron por unir. El alto y bajo Egipto, se están alzando como tierras distintas. Pues en su mandato ha dejado alzar opositores que han tomado el control de las tierras bajas. Perdiendo así su dominio.

Sus consejeros de guerra lo han dicho, el faraón tiene que actuar con mano dura.

Aunque en él no se haya la valentía, es un hombre sumiso que ha subido al poder por la muerte de su difunto padre, un cruento guerrero y conquistador, que no temió nunca a la batalla.

Pero Masaru Bakugo, no es su padre.

Eso esta claro, sin embargo él solo quiere un poco de paz. Poder disfrutar las vistas que le ofrece el Nilo, agradecer la buena bonanza, convivir con su familia y ver crecer a su hijo. No quiere matar a sus opositores, hacer esclavos los pueblos recién descubiertos, saquear tierras para enriquecer las suyas, ni sacrificar a sus sirvientes para tomar el dominio del bajo Egipto. Para él, si los opositores quieren quedarse allí de forma pacífica y llevando tratados políticos de utilidad para ambas partes esta bien.

Aunque esto para Katsuki sea un insulto.

Nadie debe estar por encima de su papá el faraón y eso es lo que suele escuchar de algunos súbditos en la corte, que su padre es débil y ha perdido gran parte de lo que logro su abuelo.

Le hierve la sangre de que se atrevan a insultar de ese modo su familia, y esta totalmente seguro que si en sus manos estuviera ya hubiera dado sus lenguas inmundas como comida a los caimanes del Nilo.

La grandeza del faraónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora