Una decisión lo cambia todo

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Me quedé paralizada, estaba soñando? Cómo había entrado a mi casa? Y lo más importante... Cómo supo donde vivía?

-Como entraste?- dije sin apartar la vista de enfrente, no tenía el valor para verlo a la cara. El solo apretaba fuertemente mi muñeca.

-Estoy aquí desde en la mañana... No cuidas la puerta de tu patio, eh?- Jeffrey puso su rostro en mi cuello e inhaló fuertemente -Tambien tienes el sueño pesado, hubiera podido hacer tantas cosas mientras dormías- no procesaba bien lo que estaba pasando, no podía ser verdad. Casi de inmediato, le arrebate mi mano a Jeffrey y salí corriendo hacia la puerta de mi patio pero justo antes de que llegara el me alcanzó y me inmovilizó de una manera muy agresiva contra el suelo, uno de mis brazos se doblaba tocando mi espalda, Jeffrey lo sostenía firmemente y amenazaba con dislocarme el hombro.

-Jeffrey...- dije llorando -No te he hecho nada... Por favor detente...-

-De hecho si hiciste algo... Pero no tenemos tiempo de discutir eso- se acercó mucho a mi oído lo que me provocó un escalofrío -pues alguien reveló mi ubicación-

-Por favor no me mates...- cerré los ojos fuertemente, esperando lo peor.

-Hacer solo eso no sería divertido- su voz perversa provacaba en mi una sensación desagradable que recorría todo mi cuerpo haciéndome tener pequeñas convulsiones de vez en cuando.

-Jeff...- fueron las últimas palabras que salieron de mis labios, después sentí un fuerte golpe que provocó que todo se volviera negro... Deje de sentir mi cuerpo.

Se me ponía la piel de gallina cada vez que sus dedos pasaban delicadamente sobre ella, recorriendo todo mi cuerpo con solo las huellas de sus dedos. Después de eso dije de sentir el suelo. El viento golpeaba mi piel y mi rostro haciendo que temblará un poco por el frío, mis brazos extendidos hacían que cada segundo se sintiera especial, estaba volando y no tenía que abrir los ojos para saberlo. Se sentía tan bien, tan excitante y relajante. Me deje llevar por la brisa que me golpeaba con delicadeza, mi cuerpo se empezaba a hacer de la humedad poco a poco... Entonces caí por tanto peso. Impacte con algo más suave que una colcha de plumas... El placer que se sentía era indescriptible y el aroma era de rosas. Unas manos acariciaban las mías con delicadeza, recorriendose hasta mis hombros, de ahí a mí cuello y por último a mi cabello. Sentí la presencia de aquella persona arriba de mi...muy muy cerca, podía sentir su respiración combinarse con la mía, poco a poco se acercaba más, hasta que sus labios se pegaron a los míos. Después de eso algo golpeó fuertemente mi rostro.

Tuve que toser para que el agua saliera de mi garganta. Todo mi rostro y parte mi cabello estaba empapado. Abrí los ojos con dificultad... Pero casi no alcanzaba a distinguir nada, están muy oscuro. Solo alcanzaba a distinguir una sombra a un par de metros de mi sostenido algo.

Trate de moverme, pero no pude, mis manos se entraban sujetas a lo que parecía ser un tubo en la pared. Mi cuerpo dolía y mi trasero se encontraba adormecido por la mala posición en la que me encontraba, estaba medio sentada en el suelo.

-Despertaste bella durmiente- dijo Jeffrey... Era claramente su voz, una voz inconfundible -empezaba a temer que el golpe que te di hace rato te hubiera matado- dijo con tanta tranquilidad que daba aún más miedo.

-Donde...- dije con dificultades -donde estoy?-

-No te preocupes- dijo mientras se acercaba amo y se arrodillaba para quedar a mi altura - aquí nadie nos va a encontrar- empezó a soltar pequeñas carcajadas.

No podía reaccionar bien, la cabeza me dolía demaciado y hacia un frío infernal, no favorecían mis shorts y mi playera de manga corta para esto.

-Jeffrey...- dije mientras alzaba la mirada, pero se me quiso salir el corazón cuando ví que su rostro estaba a unos pequeños centímetros del mío... Y a pesar de que todo estaba muy oscuro, podía ver ese brillo en sus ojos, ese brillo que le helaba la sangre hasta a el más fuerte -por que...- me quedé pálida, el no se alejaba ni un poco, pasaron largos segundos.

-Sabes? Me alegra haberte encontrado en el parque... Pude distinguir ese perfume tan dulce que te pones desde lejos- cerré mis ojos fuertemente, las lágrimas empezaban a salir, tenía miedo...no, más bien era terror, pánico, pensar que me haría... Pensar que estaba tan cerca de mi muerte, tantas cosas que quería hacer -No llores- dijo mientras limpiaba una de mis lágrimas con su pulgar -guardalas para más adelante- se rió y caminó lejos.

-Espera- dije con las más fuerzas que pude, el se detuvo y miro sobre su hombro -a donde vas?- dije tratando de incorporarme.

-Quiero que veas que se siente estar atrapado y ver cómo alguien más te embarra su libertad en tu cara- el se fue inmediatamente después de decir eso.

-No! Espera.. no me dejes aquí! Donde estoy? Jeff!!- el sonido de una puerta asotarse se hizo presente...y luego nada, no escuchaba coches, no escuchaba pájaros, no escuchaba gente, no escuchaba nada, solo escuchaba el sonido de mi respiración -JEFF!!!- Grité por última vez con todas mis fuerzas. El se había ido a no se donde y yo me encontraba atada en una posición en la que no aguantaría mucho tiempo, mis brazos se doblaban hacia arriba, lo que causó que después de un par de horas me empezarán a doler.

Tenía hambre y sed... Mucha sed, mis labios se sentían partidos y mi boca se encontraba seca, al tratar de tragar saliva mi garganta ardía provocando una sensación desagradable que no podía dejar de causar... Pues estaba todo el tiempo tratando de pasar saliva.

Me movía en mis mismo lugar una y otra vez, mi posición era desgastante y hacia que me tuviera que mover para que mi cuerpo no empezará a doler.

No sabría decir cuánto tiempo pasó exactamente, pero fué mucho, demaciado, una horas tortuosas sin duda, pero si algo me perturbaba mas que mi situación, era pensar en que haría Jeffrey cuando volviera, que me haría? O peor aún, tendrá pensado volver? Querrá matarme de inanición?! Mi respiración se volvía fuerte al pensar todo eso, no podía evitar llorar de arrepentimiento, que hubiera pasado si no hubiera salido de compras? Seguramente me encontraría durmiendo cómodamente en mi suave cama.

Mis párpados pesaban, no quería dormir, no podía hacerlo, tenía que estar alerta, pero no podía aguantar, pero que más podía hacer? Me resigné y deje que el sueño hiciera lo suyo.

Asylum    ■Jeff The Killer■Donde viven las historias. Descúbrelo ahora