-JEFFREY!!!- grité una vez más mientras golpeaba la puerta, pero ese fué mi último esfuerzo, me sentí al borde de desmayo.
Mis necesidades básicas estaban siendo pisoteadas desde que llegué aquí, pero más estos días, pues llevaba casi dos días sin comer ni beber, apesar de que que busqué en cualquier rincón, cualquier oportunidad, no había nada.
Lo confieso, pensé en beber de mi orina, pero no me imaginé que de verdad me sentiría a este grado de sed.
Me acosté en el frío suelo del baño, me sentía mareada por gritar demaciado, aparte de que me empezaba a doler la cabeza. Mis heridas tenían pus por qué no me las había limpiado, todo mi cuerpo se encontraba sucio y débil, aparte de que comenzaba a sentir fiebre.
-Ya terminaste?- sonó del otro lado de la puerta acompañado de una leve carcajada -pensé en sacarte hoy de ahí, pero tus fastidiosos gritos me cambiaron de parecer- me quedé callada, sabía que no era cierto, sabía que el me quería ver morir aquí de hambre, sed y desesperación -sabes que este lugar lo abandonaron por qué resultó que muchos osos y varias bestias venían por acá? Que lástima, hubiera sido perfecto para vivir, por cierto, tuviste mucha suerte en no pisar una trampa de oso en tu "huída"- seguía escuchando a Jeffrey, no había nada que pudiera decirle, estaba claro que el no me dejaría salir, debería resignarme a morir? Debería aceptar mi eminente destino? Hay demaciadas cosas con las cuales lastimarme aquí pero... Tengo el coraje de quitarme la vida? -Estos dos días que has estado sola para reflexionar, me he dado a la tarea de "recolectar" varias de estas trampas, nadie va a poder acercarse aquí, solo quería que lo supieras- se escuchó una leve risa después de esa frase. Pensé en decirle algo, pero nada de lo que saliera de mi boca lo iba a hacer cambiar de parecer, solo iba a empeorar las cosas más de lo que estaban.
Mi fiebre subía, podía sentirlo, ni siquiera acostarme en el suelo helado hacía que mi frente se sintiera más fría. Mi vista borrosa y mi cabeza punzante solo hacía que cada segundo se volviera una tortura. Me sentía agotada, agotada de esto, agotada de Jeffrey.
-Te odio...- dije en un susurro y con un suspiro muy fuerte, cerré los ojos inevitablemente. Lo último que escuché fueron una fuertes carcajadas que se oían del otro lado de la puerta, una carcajadas que harían correr a el hombre más fuerte y valiente, unas carcajadas que solo aparecían en las peores de las pesadillas.
Abrí los ojos repentinamente de una manera exaltada. Había oscurecido y muchas cosas eran poco claras para mi vista.
-Aissa...- un susurro que venía de un lugar desconocido me llamaba, esa voz gruesa y penetrante me erizó la piel en cuanto la escuché, sin duda la voz de un hombre como nunca la había escuchado.
Me puse en mis dos pies decidida a buscar el origen de aquella voz que me provocaba tan extraña pero adictiva reacción. Caminé casi en total oscuridad, apenas pudiendo reconocer el lugar como un pasillo que parecía no tener fin. La madera del suelo cirugía con cada paso que daba y las paredes se sentían sumamente ásperas al contacto con mis dedos, pero aún así seguía caminando hacia el frente, esperando poder encontrar aquella persona responsable de tan peculiar voz.
-Aissa...- volvió a aparecer ese susurro diciendo mi nombre, pero esta vez se escuchó más cerca, por lo que decidí apretar el paso -Aissa...- una vez más sonó, empecé a correr, tenía que llegar lo más pronto posible -AISSA!- tropecé con algo que no podría identificar, pero caí de rodillas y manos directo a el suelo. Me quedé ahí unos segundos, recuperando el aliento perdido. La luz empezaba a hacerse presente por lo que pude verificar que estaba en un pasillo muy largo, este contaba con una decoración muy antigua pero desgastada, muy desgastada.
Unos pasos empezaron a retumbar en la vieja madera, las pasos se oían muy cerca de mi, unos segundos después pude ver unos zapatos bastante elegantes muy cerca de mi, por lo que levanté la mirada. La luz que venía de arriba no me dejó ver bien el rostro de aquel hombre bien vestido que se encontraba frente mío, pero eso no era lo importante, lo importante era de que lo había encontrado, y necesitaba su ayuda.
ESTÁS LEYENDO
Asylum ■Jeff The Killer■
FanfictionJeffrey Woods, un asesino atrapado e internado en un psiquiátrico especial, conoce a Aissa, su psiquiatra. Jeffrey, obsesionado, es orillado a cometer ciertas locuras que nunca antes había hecho, locuras de las que se verá victima Aissa. Cosas inhum...